Granada Hoy

“Morgan Freeman pidió 4 millones de dólares”

La serie sobre la novela de Ildefonso Falcones llega hoy a su fin en A-3 Uno de los productore­s ejecutivos relata el proceso de llevar la historia a la pantalla

- Francisco Andrés Gallardo

Diagonal TV es una de las principale­s productora­s audiovisua­les de nuestra país. Ahora cuenta con la proyección de llevar sus ficciones desde Atresmedia hasta Netflix, nuevo camino de comerciali­zación que tras el último capítulo de hoy en abierto tomará La catedral del Mar al acabar su periplo por Antena 3. Jaume Banacoloch­a es uno de los productore­s ejecutivos de esta adaptación de la novela de Ildefonso Falcones y su nombre está detrás de ficciones como Isabel o Amar es para siempre.

–Esta ficción se llevó adelante con la implicació­n decisiva de Netflix...

–Una implicació­n tan decisiva como la de la principal cadena, Atresmedia, que es la que puso en marcha el proyecto. La catedral del Mar es muy costosa así que la participac­ión de TV3 o de Netflix ha sido clave para que Diagonal y Atresmedia consiguiér­amos hacerla realidad. Se financió a tra- vés de una AIE, una agrupación de interés económico.

–¿Es al final más rentable exportar una serie a través de un solo operador que buscar cadena por cadena interesada?

–Sí, es más cómodo en la gestión dejar el futuro de tu serie en un operador como Netflix. Este es un negocio muy complicado y todo lo que sea agilizar en explotació­n es bien recibido.

–¿Dependerán los ingresos del número de visionados?

–Una plataforma como Netflix paga un importe por un número de años de explotació­n. El número de visionados es de cara al futuro, para contar con un nombre y una confianza para nuevos proyectos. La casa de papel ha abierto aún más las puertas para las ficciones de Atresmedia. Nosotros ya tenemos Matadero, que se estrenará la próxima temporada, y seguimos adelante con Amar es para siempre.

–¿En la producción de series siempre hay que trabajar a largo plazo?

–No puede ser de otro modo por- que es el ritmo de producción. Si hay una urgencia por parte de una cadena que quiere acelerar la emisión, pues se hace.

–¿Qué es lo que suele presentars­e a los directivos para convencer con una ficción?

–Ahora es más sencillo. Las cadenas quieren una sinopsis de tres o cuatro folios, con un resumen, la descripció­n de personajes. Si lo ven bien piden una ampliación, con un nuevo avance que te llegan a pagar. A veces tienes más desarrolla­do un proyecto y lo pasas.

–¿Se guían por las sugerencia­s, los deseos, de las cadenas?

–Hay que tener el acierto de lo que se está buscando. A veces los directivos te guían el camino. –¿Y cómo convencen si se trata de géneros más difíciles, como la ciencia ficción, el terror?

–Hay que abordar entonces un trabajo firme para convencer de que tu proyecto va a funcionar. –Cuando llegan con Isabel a La 1 hay carencia de ficciones históricas en la parrilla...

–Sí, había falta entonces de ese tipo de series. Tuvimos muchos problemas con Isabel. Económicam­ente fue tremendo porque se paralizó la programaci­ón de la primera temporada con los consejeros interinos de RTVE. Teníamos los decorados a la espera. Debíamos tener una respuesta en enero y nos comunicaro­n la continuaci­ón en julio.

–¿Y Amar en tiempos revueltos? –Tuvimos mucha preocupaci­ón y fue cuando recibimos la llamada de Antena 3 para proseguir con Amar es para siempre.

–¿Los productore­s pierden la noción de la realidad cuando llevan tantos años dentro de un proyecto?

–Sí, como productor te enamoras de tu proyecto. Pierdes la noción porque nos gusta . Jordi Frades nos dice que no pensemos primero en gastar o ganar dinero, sino en contar historias que nos gusten.

–¿Por eso frustran más los índices de audiencia cuando algo no gusta , o se ha programado mal? –Es horroroso el estrés con las audiencias. A las 8.15 es una hora en la que no sabes si debes abrir o no el correo con los números...

– La catedral del Mar se verá en todo el mundo ¿pensaron en contar con actores de otros países? –Si hubiera sido una coproducci­ón con otras cadenas europeas no era cuestión de poner actores de distintos países, para después doblarlos, colocarlos tal vez en papeles poco creíbles. Hablamos con el representa­nte de Morgan Freeman para el papel que hace Josep Maria Pou y él solito se llevaba 4 millones de dólares. Con eso teníamos para unos cuantos capítulos.

–¿Cuánto cuestan los actores de una serie?

–El llamado “apartado 2”, que son los actores, es un porcentaje en torno al 30-35% de un capítulo. –¿Qué es lo más caro?

–Todo lo que es producción, por supuesto. El equipo técnico y artístico se lleva el 50%. Cada día tener a más o menos profesiona­les en movimiento tiene un precio. Cada día que vas a grabar es mucho dinero sobre la mesa. En La catedral eran sesenta profesiona­les técnicos, doblando horarios. En los títulos de crédito se ve el inmenso equipo extra que tenía la serie. En maquillaje teníamos a veinte personas ensuciando a los actores y figurantes para que se vean verosímile­s en pantalla. Mucho dinero está ahí.

Para una serie las cadenas piden sólo tres o cuatro folios con la sinopsis y a partir de ahí se desarrolla”

 ?? ATRESMEDIA ?? Aitor Luna, el condenado Arnau en la ficción, en una escena del último capítulo de ‘La catedral del Mar’.
ATRESMEDIA Aitor Luna, el condenado Arnau en la ficción, en una escena del último capítulo de ‘La catedral del Mar’.

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