UN ACUERDO PARA MEJORAR EL EMPLEO EN ANDALUCÍA
LA presidenta de la Junta, Susana Díaz, los sindicatos y los empresarios retomaron ayer la vieja senda de la concertación social con la firma del Acuerdo por la Calidad y Estabilidad en el Empleo y de Apoyo a la Negociación Colectiva en Andalucía. Independientemente de que dicho pacto pueda ser mejorable o no, o de que se interprete como un gesto electoralista en unos momentos en el que las especulaciones sobre un posible adelanto electoral en nuestra autonomía son un clamor, en general podemos saludarlo como una buena noticia, pues el entendimiento entre las administraciones y los agentes socioeconómicos no sólo es básico para la paz social, sino también para un crecimiento ordenado y justamente distribuido.
Más allá de la mera palabrería, el Acuerdo por la Calidad y Estabilidad en el Empleo contempla la inversión de 542 millones de euros hasta finales de 2019 que, además de lo que se explicita en el título, pretenden fomentar la formación profesional, una de las grandes asignaturas pendientes de nuestro sistema educativo, pese a lo mucho que se ha avanzado en los últimos años. En concreto, hay que destacar un bloque de 339 millones de euros (el más dotado de todo el acuerdo) que se dedicará al fomento del empleo estable y de calidad. Este aspecto es muy importante, pues si bien es cierto que nadie puede poner en duda la recuperación económica de España en los últimos años (impulsada por el Ejecutivo popular de Mariano Rajoy), tampoco nadie puede negar que ésta se ha conseguido mediante una devaluación interna que ha supuesto una notable precarización de los puestos de trabajo, cuyos salarios eran y siguen siendo a veces llamativamente bajos. La falta de estabilidad de los empleos también ha sido otra de las quejas de la sociedad española, que ha sufrido sobremanera durante los años de la crisis económica. El acuerdo, pues, es necesario para corregir algunas disfunciones.
El segundo bloque en el que más dinero se invertirá, con más de 159 millones de euros, es el destinado a la adecuación de las políticas activas de empleo para la mejora de la empleabilidad y adaptación a las necesidades del mercado laboral. Ésta es otra de nuestras grandes asignaturas pendientes, pues muchas veces se da la paradoja de que se deben buscar fuera de Andalucía, una región con altos índices de paro, técnicos y profesionales cualificados. La gran revolución debe ser la de la formación continua de las personas en edad laboral para que se puedan adaptar a un mercado en continuo cambio. El Acuerdo por la Calidad y Estabilidad en el Empleo debe ayudar a ello, si no de poco servirá.
El Acuerdo por la Calidad y Estabilidad en el Empleo es necesario para corregir algunas disfunciones de la recuperación económica