El uso de las redes sociales y el fracaso escolar
Es innegable el beneficio que han traído consigo las redes sociales, en el aspecto de la enorme facilidad que aportan para la comunicación intercontinental y el traslado en tiempo real de la información. Pero en los últimos años han traído desordenes y hasta riesgos para los usuarios y para quienes los rodean. Por principio, las nuevas generaciones, cada vez más obesas, no logran despegarse del asiento frente al monitor de su computadora, otros no despegan sus dedos de sus celulares y Blackberry, perdiendo no sólo tiempo de interacción real con humanos tangibles, especialmente sus familiares, sino también postergando sus tareas y estudios por preferir seguir obsesivamente la menor tontería que aparezca en alguna de esas redes sociales, llegando en la mayoría de los casos a caer en la compulsión y obsesión. Entonces se habla ya de adicción a las redes sociales. Esta enfermedad aumenta enormemente, y miles de personas pierden no sólo materias escolares, algunas el año escolar por completo e incluso el trabajo, cuando desatienden en su totalidad sus deberes por atender cualquier novedad en las redes. Por otra parte, también aumentan los casos de jóvenes agredidos por otros usuarios, quienes los acosan y suben fotos o videos humillantes de sus incautas víctimas, que las más de las veces dan información privada a cualquiera que quiera interactuar con ellas, sin pensarlo antes, y sólo se enteran del vídeo o la foto
cuando otro conocido les manda la información. Entonces se dan cuenta de su error, pero es demasiado tarde: su imagen está dañada y es casi imposible de borrar de internet. Por eso es mejor usar las redes sociales sólo para lo que fueron hechas, pero cuidando de no caer en la adicción. Pueden ser muy entretenidas, pero al final existe el mundo real, y para sobrevivir en él se necesitan conocimientos reales, fuera de la realidad virtual. Pedro Domínguez