Honores y lágrimas
El ex presidente del Gobierno saca pecho de su gestión económica y la respuesta al desafío separatista, y se despide con una encendida defensa de la vocación política
El PP enfila hoy una jornada marcada por una absoluta incertidumbre. No hay encuestas ni israelitas que valgan. El partido estrena sistema de elección de presidente tras años de cultura del dedazo y lista única. Si no hay sorpresas de última hora y se esfuma definitivamente la posibilidad de una lista única, los compromisarios (un total de 3.082) elegirán entre Soraya Sáenz de Santamaría o Pablo Casado. Cada uno ultimaba anoche la lista de 35 vocales con los que aspiran a gobernar la por ahora principal formación del centro-derecha español. No existe nadie capaz de levantar la bandera de favorito ni de garantizar una victoria. No se sabrá el apoyo de cada provincia a cada candidato porque las urnas se organizarán alfabéticamente. Y, por supuesto, habrá cabinas para garantizar el secreto del voto. La delegación andaluza, que controla casi un 17% de los votos, es mayoritariamente sorayista y se movía ayer tratando de recuperar algunos de los apoyos que se fueron para Casado, sobre todo en la provincia de Almería.
El partido ha pasado página y ha despedido a Rajoy con honores y lágrimas. En los dos discursos oficiales del primer día del XIX Congreso Extraordinario, los de Ana Pastor y María Dolores de Cospedal, el político gallego fue aupado a la condición de mejor presidente del Gobierno de España. El propio Rajoy sacó pecho en su última intervención y aseguró, sin modestias ni complejos, haber logrado la mejor España de la historia. Sacó pecho, orgulloso de su gestión, e hizo una apasionada defensa de la actividad política. Con un mensaje en favor de una España “unida e igual”. Y con una proclama muy de su estilo sobre su futuro personal: “Me aparto, pero no me voy. Y acto seguido afirmó: “Y, desde luego, seré leal”, en alusión al ex presidente Aznar, que no ha dejado de cuestionarle en intervenciones públicas. En ningún momento se decantó por ninguno de los dos candidatos a la presidencia del partido: ni por Sáenz de Santamaría ni por Pablo Casado. Se mantuvo en la neutralidad anunciada el día que decidió dejar la presidencia del partido y abrir el proceso de primarias. Tuvo claro el objetivo de su último discurso: “Vengo a despedirme y a dar las gracias. No es fácil despedirse cuando se han compartido tantas cosas durante tanto tiempo”.
Repasó su actividad política y el desempeño de varios cargos públicos. “Empecé en 1977 pegando carteles por la noche después de haber estado durante el día estudiando las oposiciones”. Se quiso ir con generosidad y, siempre, sacando pecho: “No me considero enemigo de nadie. Y tengo el orgullo de haber hecho algo bueno para mi país. He dado todo lo que he podido, pero todo esto no vale nada comparado con lo mucho que he recibido de vuestra parte. He sido feliz con vosotros”, se refirió a los compromisarios.
Cómo no, alzó el estandarte de la gestión económica que evitó el rescate. “El PP encarna muchas cosas: la pasión por la libertad, la defensa de la unidad de España, su progreso, su concordia, su progreso económico... Hemos tenido que hacer frente a la mayor crisis económica. No es que la hayamos aliviado o corregido, le hemos dado la vuelta por completo. ¡Y eso está en el haber del PP!”. Presumió de haber creado 2.800.000 puestos de trabajo. “Deberíamos hablar más de ellos. De las nuevas empresas, de las familias que se animan a comprar un piso... Nadie habla de eso ahora. España está mucho mejor que cuando lle- gamos al Gobierno, incomparablemente mejor”.
Dedicó varios minutos de atención a Cataluña. “Le hicimos frente a la declaración de independencia. A algunos les parecía muy fácil. Siempre saben lo que hacer. Y lo saben después de que lo hubiéramos hecho nosotros”, afirmó con ironía. “A mi no parecía tan fácil. Carecía de precedentes y había que improvisar los procedimientos. No era fácil, pero se hizo. Y se hizo bien, como reflejan los hechos. El Gobierno autonómico que declaró la independencia fue cesado, un hecho sin precedentes en nuestra historia y en la historia reciente de Europa”. Refirió al huido Puigdemont, “que no ha vuelto a ser elegido”. “Nos ha bastado la Ley, sin alharacas ni gesticulaciones. Hoy muchos saben que el artículo 155 existe y que se aplica. Lo que tiene que haber es un Gobierno que aplique la Ley. En suma, un Gobierno del PP”.
La banda etarra centró buena parte de su discurso: “Hemos asistido al colapso de ETA, al fracaso de su doctrina y a la derrota de su proyecto criminal”. Ahora que voy a dejar de ser vuestro presidente vaya deciros algunas cosas. Jamás he cedido en la tentación de caer con ETA como tantos nos pidie-
Sin modestias ni complejos, aseguró ser el artífice de la mejor España de la historia
ron. Jamás he procedido a un acercamiento de presos y no será porque no lo hayan demandado con insistencia. No lo hicimos por respeto a las víctimas del terrorismo, las de nuestros partidos y todas las demás, víctimas con las que están en deuda los terroristas. Nuestra política ha consistido en aplicar la Ley, respetar las sentencias judiciales, estar con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y cooperar con los países amigos. Hemos derrotado a ETA a cambio de nada”.
Deunció que el socialista Pedro Sánchez preside un Gobierno que se ha “colado” en el poder: “Somos el primer partido de España a mucha distancia del segundo. Hoy no estamos en el Gobierno, pero no por decisión de los españoles. Tal vez ha ocurrido porque las cosas iban demasiado bien. Tal vez por las facilidades que da la ley. Se formó no una alianza, sino una confabulación para acabar con el Gobierno del PP. Se han colado por la puerta de atrás porque los electores les han privado de la puerta delantera”.
Explicó las causas por las que, en su opinión, fue desalojado de la Moncloa de forma repentina. “No gobernamos hoy porque la izquierda y la extrema izquierda tenían urgencia en interrumpir nuestra labor. Desde 2009 los españoles se han empeñado en que ganáramos todas las elecciones de ámbito nacional. Llevamos así desde 2009 incluso cuando grandes partidos europeos han sido severamente castigados en las urnas. Pero en España los españoles han preferido al PP. Y eso va a seguir ocurriendo en el futuro”. De- fendió la autonomía del PP como organización: “No vivimos esperando a las encuestas ni estamos a la orden de nadie que no sea la sociedad española. Este es un partido independiente, sin más dueño que la gente ni más tutelas que la voluntad de todos vosotros”.
Realizó una encendida defensa de la vocación política: “He tenido el honor de ser político. Y a mucha honra. Hay mucho remilgado que fruncen la nariz cuando se les habla de los políticos, especialmente entre aquellos que no han movido un dedo por los demás ni han bajado a la arena. La política es una tarea noble e imprescindi-
Sólo agradeció a su mujer su “discreción y cariño” y no citó a ningún colaborador en concreto
ble. Es la mejor oportunidad para servir a los demás aunque pueda ser amarga. Pero compensa”. Criticó la imagen “deformada” de la política que ofrecen “algunas series de culto”. Recordó que militantes del PP del País Vasco no perdieron la vida “por dinero o por poder”, sino “por la libertad. ¡Esa es la política!”. Y criticó el estilo político dominante de hoy: “No puede ser buen político quien no esta dispuesto a ser impopular. No se puede buscar el aplauso a toda costa, eso es incompatible con la búsqueda del bien común. Hoy en la política se ve mucha sensiblería y poca sustancia”.
El ex jefe del Ejecutivo repasó los lugares y sitios en los que se ha forjado como político: “No me he hecho político en la Moncloa, ni en Génova, ni en los cafés, sino en las ruas, de pueblo en pueblo. Así he conocido España. Sé lo que significa la política de verdad, no la de las fotografías. Poco tiene que ver la España de hoy con la de hace cuarenta años. Cuarenta años no han pasado en balde, aunque para algunos lo parezca. Me enorgullece haber alcanzado cimas que nuestros padres ni siquiera imaginaron. Las cosas no siempre fueron como ahora. La reciente historia de España es la historia de un éxito”. Ensalzó la España actual: “Somos una gran nación, aunque algunos se ganen la vida denigrándola, con una envidiable calidad de vida, aunque falten cosas por hacer, claro que faltan”, afirmó con rotundidad. “Jamás en la historia ha existido otra España mejor”, proclamó. “Lo que corre peligro en Cataluña no es la soberanía, sino la libertad”, insistió sobre el desafío separatista.
“Me voy con orgullo tras catorce años de presidencia del PP, aunque algunos de mis años podrían haber sido más cómodos...”, dijo con la única licencia de humor que se permitió. Recalcó que su salida del Gobierno no ha sido por voluntad de los españoles, “ni de mis compañeros de partido”. “He faltado a muchas fiestas familiares, al colegio, al médico... Y nunca he escuchado un reproche. Y si he escuchado alguno, ni me acuerdo”, dijo para homenajear a su mujer, a la que agradeció su “discreción y cariño”. No citó a ningún colaborador en concreto en el capítulo de agradecimientos generales.