MENTIRAS SOBRE PRIVILEGIOS
HACE unos días se puso en circulación un bulo difundido en WhatsApp asegurando que el Hospital Gregorio Marañón ha cerrado una planta para atender a los bebés de Irene Montero, nacidos a los seis meses de gestación.
Una nueva falsedad en las redes sociales que atenta contra la integridad moral de Irene Montero y Pablo Iglesias, pero que en esta ocasión también afecta a la imagen y la credibilidad de la sanidad pública.
Algo parecido se difundió en su momento para extender la falsedad de privilegios similares de la sanidad pública con la presidenta de la Junta de Andalucia, Susana Díaz, con motivo de su maternidad en un hospital público sevillano.
Son ejemplos de situaciones cada vez más frecuentes que la población general tiene que soportar porque cada día enfrentamos una y otra vez la llegada de bulos y falsas noticias con apariencia de veracidad.
Estamos en una época en la que la utilización de las redes sociales es un espacio especialmente abonado a la manipulación de la población por parte de quienes de manera desaprensiva lanzan bu-
Merece la pena valorar medidas para neutralizar el efecto de las noticias falsas y el castigo correspondiente
los, comentarios y falsas noticias. Algo que resulta especialmente preocupante por el efecto negativo que generan estas acciones porque no hay duda de que quienes difunden ese tipo de falsedades no sólo quieren perjudicar la imagen social de las personas públicas a los que imputan este tipo de privilegios, sino que también saben que con ello perjudican la imagen de la sanidad pública.
Es por eso que merece la pena valorar qué medidas se deberían adoptar para neutralizar el efecto de estas falsas noticias y, en su caso, el castigo que pudiera corresponder. Las redes sociales han venido para quedarse y es verdad que son un fenómeno que tiene también elementos muy positivos; pero empieza a ser demasiado habitual el uso para el insulto, el descrédito y la manipulación. Y por esta razón debe ser una prioridad la lucha frente a estas prácticas desgraciadas y desagradables.
Lo preocupante de esta situación no es tanto por el hecho de afectar a personas públicas sino porque en cualquier momento afectará a cualquiera de nosotros. Y entonces, puede ser tarde. Así que bueno sería tomar conciencia del problema porque una sociedad manipulada con bulos y mentiras, sería una sociedad más débil y menos culta.