Declaran BIC Villaviciosa, el secadero junto a la autovía que se salva del derribo
La protección evitará que entre las máquinas de demolición en esta casa secadero frente a El Florío
Villaviciosa, el palacete-secadero que ha resistido como nadie a las embestidas del urbanismo granadino, ha vuelto a ganar otra ‘bola de partido’. Quizás, el partido definitivo que proteja para siempre esta construcción que se pueden ver a la entrada de Granada llegando por Santa Fe –en el otro lado de la carretera frente al polígono El Florío– y que llama la atención por su cartel que dice “quieren derribarlo”. Sin embargo, las máquinas no podrán entrar después que la Consejería de Cultura haya inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Catalogación General (BIC) esta casa de Villaviciosa y el antiguo secadero de tabaco del Pago de los Montones.
Así lo anunció ayer la Junta de Andalucía con la culminación de un expediente que pone fin a un largo culebrón –con varios recursos judiciales– y que tuvo un giro decisivo en octubre de 2019 cuando Cultura empezó la incoación de procedimiento para proteger esta edificación característica de la Vega de Granada.
El delegado territorial de Cultura, Antonio Granados, señaló que la protección de ambos inmuebles como elementos simbólicos va a posibilitar que se pueda conocer en el futuro el relevante pasado que el tabaco dio a la ciudad y a su Vega. Las parcelas que ocupan la casa y el secadero de Villaviciosa se ubican junto a la autovía de salida o entrada de Granada, en dirección Málaga y Sevilla, y están incluidas dentro del Plan Parcial I7 destinado a suelo industrial donde en su día se proyectó la urbanización del Paraíso Industrial.
Según informó el propio Gobierno andaluz, la batalla del propietario (un conocido restaurador de Granada) ha sido decisiva en el proceso llevando hasta la última consecuencia su lucha por esta construcción histórica.
El estudio para la catalogación de la Casa de Villaviciosa y el secadero del Pago de los Montones indica que ambos inmuebles fueron levantados entre finales de los años 40 y principios de los 50, coincidiendo con una época importante para el cultivo del tabaco.