“La vivienda tiene que moverse, su flexibilidad permite que no se caiga”
● La ACP de Granada y el Colegio de Arquitectos tranquilizan y apelan a la Norma de Construcción Sismorresistente
El presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Granada (ACP), Francisco Cañavate, quiso ayer mandar un claro mensaje de “tranquilidad” frente a la ola de terremotos basado en la importante Norma de Construcción Sismorresistente, cuyo última modificación data de 2002. De la misma manera, unos protagonistas principales como los arquitectos también pusieron el foco sobre esa normativa que hace que se lleven décadas revisando los edificios y viviendas en general.
“La norma es completa para todo el territorio nacional, pero trae unos anexos municipio a municipio”, apuntó el presidente de la patronal incidiendo en esa cuestión diferencial de Granada respecto a otras provincias. Así, explicó que es algo muy claro y que es prioritario cuando se piensan y se proyectan los edificios. “Las viviendas se plantean con la normativa sísmica en vena”, señaló Cañavate, quien además detalló que ya al inicio del proyecto se hace un planteamiento global de la situación.
“No es lo mismo construir aquí que en Huelva, por eso aquí a veces el precio de la vivienda se incrementa porque necesitan más hormigón y más acero que, por ejemplo, en Sevilla o Huelva”, apuntó el presidente de la ACP Granada, quien indicó que el caso de la provincia se da también en otras vecinas del Oriente andaluz como Almería o Málaga.
“La vivienda tiene que moverse porque el movimiento permite no caerse, tiene que haber f lexibilidad para evitar la rotura”, destacó el presidente de la ACP Granada, incidiendo en que “estamos tranquilos tras muchos terremotos que evidentemente son desagradables y dan susto”, pero en los que se demostró la eficiencia, resistencia y solvencia de las construcciones granadinas.
Evidentemente, cuanto más alta está la zona del edificio mayor es el zarandeo y más parece moverse el suelo por la sensación de altitud, lo que también lleva, en casos como la noche de este martes, al pánico. “Las viviendas no se caen, no se destruyen”, remarcó Cañavate, quien apuntó esa preparación en esta zona sísmica y la especial sensibilidad que se ha tenido desde hace muchas décadas en Granada.
“La realidad es que pueden pasar pequeñas grietas, pequeñas fisuras, molestias a nivel estructural pero no ha pasado nada importante”, subrayó el portavoz de los constructores granadinos, que hizo a su vez un advertencia ante el peligro de salir a la calle ya que si puede haber cornisas, balcones, una maceta o tejas que por las inclemencias meteorológicas estén sueltas. “Salirse a la calle tiene riesgos inherentes”, indicó salvo en casos donde hay un espacio abierto muy claro.
Por su parte, el Colegio de Arquitectos de Granada ante la alarma generada por la insistente actividad sísmica de estas pasadas semanas, acentuada desde el pasado sábado día 23, quiso informar también de que “desde finales de la década de los años 60 del pasado siglo, el parque inmobiliario edificado en España y más concretamente en la provincia de Granada, ha sido proyectado cumpliendo las exigencias y prescripciones obligatorias de las diferentes Normas Sismorresistentes que se han ido aprobando hasta nuestros días (PDS-1, NCSE-94, NCSE 02)”.
Además, a lo largo de estos años cualquier edificio construido desde entonces, sujeto a autorización administrativa (licencia de obras) previo visado preceptivo por el Colegio Oficial de Arquitectos de Granada, ha tenido que cumplir con las referidas normativas, cuyo fin principal es evitar el colapso de las estructuras de los edificios y, en la medida de lo posible, daños personales a sus habitantes.
“Aquí a veces el precio de la vivienda es más caro porque se necesita más hormigón y acero”