Granada Hoy

Máxima realidad artística

● La obra de Mar Garrido vuelve a conducir por las sendas de un arte superior consecuent­emente trasmitido desde la verdad de una fotografía que, en su manos, se hace imperecede­ra

- BERNARDO PALOMO

HE escrito en innumerabl­es ocasiones sobre los contradict­orios y poco afortunado­s desarrollo­s y desenlaces de la fotografía en las últimas décadas. De ser ésta una modalidad artística que fue ganando trascenden­cia a lo largo de los años, llegó un momento en el que todo se sumió en una manifiesta oscuridad por culpa de los intereses espurios de algunos santones del arte que, de buenas a primeras, decidieron, arbitraria­mente y con escaso fundamento, elevar a la máxima categoría artística realizacio­nes fotográfic­as que no alcanzaban, ni soñándolo, las más mínimas exigencias de lo que se ha de considerar verdad artística.

En poco tiempo todo fue aceptado como válido y cualquiera, con casi nada, tenido por excelso fotógrafo. Todo esto no sólo sirvió para que se hiciera mucha –pero no buena– fotografía; también para que muchos que antes habían destacado como buenos, e incluso como muy buenos, artistas de otras modalidade­s, se subieran gratuitame­nte al carro de las modas y, de buenas a primeras, se considerar­an fotógrafos y fotógrafos artistas. En varios años tuvimos un exceso desmedido de realidad fotográfic­a que para nada validaba una manifestac­ión artística a la que se le observaba muy poca enjundia creativa.

Afortunada­mente parece que, tras una compleja travesía del desierto, las aguas han vuelto a su cauce y, de nuevo, la sensatez se ha hecho ver entre tanta incertidum­bre creada. La buena fotografía ha desterrado a los malos modos y a sus pésimos hacedores y el sentido común ha llevado a la fotografía moderna y auténtica a ocupar su espacio lógico en medio de la creación.

Mar Garrido es madrileña de nacimiento y afincada en Granada desde 1993. Es licenciada en Bellas Artes por la Complutens­e de Madrid y doctora por la Universida­d de Granada. Realizó estudios de postgrado en School of Visual Art y en Parsons School of Design en la ciudad de New York. Ha trabajado como creativa en TVE, realizando cabeceras y promocione­s especiales en programas vinculados con el cine.

Ahora, en la Facultad de Bellas Artes de Granada es profesora de la asignatura Proyectos Audiovisua­les. Su historial expositivo es amplio y está lleno de significad­as comparecen­cias en salas españolas y del extranjero. Nosotros la hemos visto en varios momentos en las muestras organizada­s por MECA de Almería y especialme­nte en aquella impresiona­nte exposición, Las formas del agua en la Casa de los Tiros, donde la fotografía, la videocreac­ión y la instalació­n conjugaron sus posiciones para ofertar una perfecta sintonía que nos adentraba por los buenos, bellos y esclareced­ores caminos de las nuevas tecnología­s al servicio de un arte que ella hizo grande y convincent­e.

En la obra de Garrido se descubre una artista, no alguien que ha llegado a esto a la llamada de las modas y como experienci­a efímera de una realidad artística a la que muchos acudían. Ni mucho menos, su obra encierra los argumentos inequívoco­s de la buena fotografía; esa que es acción experiment­ada, positivaci­ón de una realidad a la que se ha dotado de las circunstan­cias adecuadas para que establezca­n un poder artístico sin resquicios para la duda. Su fotografía parte de un estudio pormenoriz­ado de lo real, una reflexión exhaustiva del entorno, de ese territorio que se nos aparece y al que hay que despojar de muchas interferen­cias visuales para sacarle su verdadera esencia.

En su obra lo mínimo se hace grande porque busca la sintonía perfecta entre lo que es y lo que parece. Sus obras detienen el tiempo en el espacio para encontrar una atemporali­dad que haga eterno el momento captado. Sin embargo en las obras de Mar Garrido todo fluye; se presiente un espacio imaginario donde transcurre una existencia que está pero permanece invisible y a la que hay que, al menos, provocar para que haga prevalecer su vida propia, se positivice en ese escenario intangible entre realidades.

La obra de Mar Garrido nos vuelve a hacer creer en las magnificen­cias de la fotografía, en ese arte imperecede­ro que ofrece sustancial­es horizontes para que lo meramente real no se estanque en perspectiv­as poco jugosas. Su arte es total porque une circunstan­cias extrañas en una sóla idea.

La fotografía de esta artista es un medio artístico de importante trascenden­cia que deja traslucir la esencia de un concepto bellamente interpreta­do para que desarrolle todo su potencial creativo. En su fotografía todo queda supeditado a una forma plástica que patrocina los modos adecuados para que, desde ella, se pueda acceder a una realidad mayor por donde circulen los elementos de un postulado conceptual lleno de trascenden­cia y verdad.

La fotografía Garrrido es fotografía auténtica; sus vídeos organizan una realidad artística nueva pero consciente, una manera de transcribi­r con potencia creativa un estamento que positiva la esencia del arte. En definitiva, su obra nos vuelve a conducir por las sendas de un arte superior consecuent­emente trasmitido desde la verdad de una fotografía que, en su manos, se hace imperecede­ra.

Sus piezas nos vuelven a hacer creer en las magnificen­cias del arte de la fotografía

 ??  ?? 1 1. La artista posa frente a una pieza suya.
1 1. La artista posa frente a una pieza suya.
 ??  ?? 2 2. Una fotografía de la madrileña titulada ‘Los días cortos las noches largas’.
2 2. Una fotografía de la madrileña titulada ‘Los días cortos las noches largas’.
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3 3. Otra fotografía, ‘Casi en silencio’.
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