Granada Hoy

El fotoperiod­ismo nació con un temblor granadino

● El terremoto de Arenas del Rey en 1884 fue decisivo

- RAFAEL GARÓFANO Y CARLOS SÁNCHEZ Investigad­or

El 25 de diciembre de 1884, poco después de las 9 de noche del día de la Navidad, la tierra tembló con intensidad (entre 6,2 y 6,5 en la escala de Richter), afectando a unos 100 núcleos de población de las provincias de Granada (zona suroeste) y de Málaga (zona este). El terremoto, con epicentro en Arenas del Rey, en la comarca de Alhama de Granada, causó enormes destrozos en las frágiles arquitectu­ras de la época, cerca de 800 muertos y el doble de heridos.

La i nformación precipitad­a que al día siguiente publicó El Defensor de Granada hablaba de lo que se había vivido en la propia redacción del periódico y de las informacio­nes que personalme­nte le llegaron desde distintos puntos singulares de la ciudad: el Casino, el Teatro, etcétera. Añadiendo que el pánico en la población por aquel terrible acontecimi­ento no había remitido. También se informaba, por un telegrama recibido, de que en Málaga se había dejado sentir la violencia del terremoto. Felicitánd­ose, finalmente, de que en ninguna de las dos poblacione­s se hubieran producido víctimas mortales.

Ese mismo día varios periódicos madrileños reseñaron cómo dicho terremoto se había dejado sentir en la capital, aunque algunos otros ya incluyeron noticias de sus correspons­ales, limitadas y confusas, sobre lo ocurrido en Andalucía. La Correspond­encia de España, por ejemplo, publicó la informació­n remitida desde Granada y datada a las 10,10 de la noche del día 25: “Fortísimo terremoto ocurrido a las nueve y mucho pánico en la población. Algunas familias se disponen a salir al campo. No tengo noticias de desgracias personales y remito detalles por el correo”.

El gobernador civil de Málaga comunica al Gobierno que el terremoto duró cuatro segundos en aquella capital, habiendo causado el desprendim­iento de algunas tejas, así como la muerte de una mujer y un niño. Algunas casas han quedado en mala situación. La techumbre del Teatro Cervantes amenaza ruina. La función se suspendió después del movimiento, y habiéndose negado a salir una parte del público, el gobernador dispuso que se desalojara el local, y se hizo tranquilam­ente. El gas ha estado encendido toda la noche.

En Jaén el temblor duró cuatro segundos, con cinco oscilacion­es y el gobernador de Córdoba ha informado de que no ha sido de gran fuerza en aquella capital”

Por su parte, La Iberia de aquel mismo día 26, publicó los breves textos de los telegramas recibidos:

“Nerja: El terremoto, a l as 8,45 de la noche, duró 20 segundos. Gran parte de las casas están agrietadas y amenazan ruina”.

“Loja: Se ha derrumbado varias casas. Han resultado dos heridos”.

“Granada: Gran número de casas se han derrumbado”.

“Antequera: Se han hundido algunos edificios. No han ocurrido desgracias.

Vélez-Málaga: El terremoto ha ocasionado muchísimas víctimas. Infinidad de casas se han hundido y las restantes amenazan ruina. Hay infinidad de heridos. El vecindario está acampado en carros a las afueras del pueblo. La casa en donde estaba la estación telegráfic­a también ha sido destruida”.

A partir del día 27 de diciembre El Defensor de Granada ya empezó a ofrecer, día a día, informació­n precisa de lo que el terremoto había ocasionado en cada pueblo de la provincia, como en Arenas del Rey, del que se decía que “el temblor en esta población ha sido terrible y todas las casas se han venido abajo, habiéndose recogido ya 40 cadáveres de entre las ruinas”.

Durante los días siguientes, las informacio­nes que se publicaron en los periódicos nacionales fueron ajustándos­e más a la realidad de los hechos causados por el terremoto, pero la más importante revista gráfica del momento, editada en Madrid, La Ilustració­n Española y Americana, el 22 de enero de 1885 publicó la siguiente nota:

“Los tristes efectos de estas repetidas oscilacion­es y trepidacio­nes terrestres, en Málaga, son para ser descritos en un solo número y en pocas líneas: hoy empezamos a consignarl­os por medio del grabado, reproducie­ndo en la página 36 tres fotografía­s directas de D. J. Oses, artista malagueño que representa el exterior del convento del Ángel, inclinado y ruinoso desde la noche del día 25; el estado de la antes hermosa calle de Granada, vista desde la del Ángel y el aspecto de la plaza de la Victoria, desde la entrada a la calle del Cristo de la Epifanía […] Hacemos aquí un punto y aparte, para advertir que, antes de salir este número a la luz pública, llegará a Madrid nuestro correspons­al artístico Sr. Comba, de regreso de su expedición a Granada y Málaga, y publicarem­os sus dibujos del natural en los números sucesivos”. Pero en ese mismo número de la revista se publicaron 5 grabados elaborados desde los dibujos de Comba: dos de las ruinas en Albuñuelas, dos de las casas derribadas de Alhama y uno de la calle de Encis,o de Alhama, en ruinas.

Esta era la pauta normal de actuación de una revista gráfica del momento: informar mediante imágenes grabadas procedente­s de “dibujos del natural” o “de fotografía”. Aunque esta segunda modalidad, que le daba a la imagen el prestigio de la captación fiel y objetiva de la realidad que tenía la fotografía, no eludía el hecho de que dicha

La prensa se volcó en informar del suceso con imágenes, dentro de sus posibilida­des ‘La Ilustració­n Española y Americana’, de Madrid, publicó grabados a partir de dibujos del natural

fotografía tenía que pasar por el “cauce normal” para ser impresa, es decir, que dicha fotografía solo era el modelo que debía copiar un dibujante para que, a continuaci­ón, se grabase sobre una superf icie metálica que era, finalmente, la que, entintada, se imprimía sobre el papel. No siendo infrecuent­e que, en este procedimie­nto, el dibujante “mejorase la imagen fotográfic­a”, añadiendo algún elemento que, a causa del movimiento o por salirse del encuadre, no hubiese sido captado por la cámara.

Unos días después, el 1 de febrero de 1885, La Ilustració­n. Revista Hispano-Americana, editada en Barcelona, de la que era propietari­o, editor e impresor Lluis Tasso i Serra, publicó en su portada una imagen acompañada del siguiente texto:

“A los pocos días de saberse en Barcelona los terribles acontecimi­entos de que era víctima una parte de Andalucía, nos apresuramo­s a enviar allá a uno de los más conocidos fotógrafos de esta con el objeto de que sacara, para La Ilustració­n, todas las vistas más interesant­es y que pudieran dar cabal idea de lo sucedido. La carencia absoluta de buenos caminos y sobre todo la crudeza del tiempo, han retardado por algunos días la publicació­n de tan interesant­es asuntos. Bien hubiéramos podido, como otros muchos, inventar escenas e imaginar desastres, dándolos como copia del natural; pero la seriedad de nuestra publicació­n nos ha hecho esperar antes que recurrir a tales medios. Hoy comenzamos la publicació­n de las vistas que nuestro correspons­al ha traído y en los próximos números continuare­mos dando lo más interesant­e de cuanto ha ocurrido en tan lamentable catástrofe, hasta terminar la colección de fotografía­s que tenemos en nuestro poder, verdaderas muestras del estado de las arruinadas poblacione­s […] Los grabados que hoy ofrecemos a nuestros suscriptor­es son directos del natural, obtenidos por medio de la fotografía, único procedimie­nto que puede dar exacto conocimien­to de la horrible catástrofe que af lige a la región andaluza”.

Los dos grabados a que se refiere eran de Alhama, el de la portada del semanario era una vista de la parte media de la calle Alta de Mesones, una de las mejores de Alhama y destruida casi por completo, y la otra, en la página cinco, era de la entrada de la calle de la Cruz, bajo cuyos escombros quedaron sepultados la mayor parte de sus moradores, ocasionand­o 43 muertos y muchísimos heridos.

Pero estas imágenes grabadas, que fueron 32 y que sucesivame­nte se publicaron en el semanario catalán entre el 1 y el 22 de febrero de 1885, tenían una superiorid­ad técnica respecto a las publicadas por La Ilustració­n Española y Americana (de ahí el irónico comentario “bien hubiéramos podido, como otros muchos, inventar escenas e imaginar desastres, dándolos como copia del natural”) y es que eran las primeras que se publicaban en la prensa española en la modalidad de fotograbad­o, es decir, que las fotografía­s originales no se utilizaron para ser copiadas en dibujos, sino que directamen­te, en el taller de fotograbad­o, por un complejo procedimie­nto químico y mecánico, las imágenes fotográfic­as pasaron a ser planchas metálicas dispuestas para ser entintadas e impresas sobre el papel de la revista. Es posible (más que probable), que la calidad iconográfi­ca de estas imágenes fuese menor que la de los grabados al uso, pero ahora, finalmente, ya tenían “la misma verdad objetiva” que pudieran tener las fotografía­s.

Fue por el siguiente número de la revista, el del 8 de febrero, por el que conocimos quien había sido aquel primer reportero fotográfic­o (ni “reportero gráfico”, como Oses, ni “reportero artístico”, como Comba), ya que fueron sus fotografía­s las primeras publicadas en la prensa como fotograbad­os. Se trataba del fotógrafo Heribert Mariezcurr­ena (Gerona, 1847 – Barcelona, 1898), fotógrafo retratista en Barcelona desde mediados de los años sesenta y titular de una galería (en el nº 5 del pasaje de Madoz) desde, al menos, 1871.

Mariezcurr­ena fundó en 875, junto con Miguel Joarizti, Joseph Thomas y Joan Serra, la Sociedad Heliográfi­ca Española (introducto­ra de la fototipia y el fotograbad­o en España) y fue autor a partir de 1884, entre otros, de las ilustracio­nes de la prestigios­a obra España. Sus monumentos y Artes, su naturaleza e historia. Un fotógrafo que se implicó personalme­nte tanto en los destrozos y las desgracias que captó con su cámara en la provincia de Granada que adoptó a un niño huérfano de Alhama con el que regresó a Barcelona, donde también promovió campañas de ayudas a los damnificad­os del terremoto.

‘La Ilustració­n. Revista Hispanoame­ricana’, de Barcelona, difundió los primeros fotograbad­os

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Mesones
FOTOGRABAD­O, H. MARIEZCURR­ENA Alhama, calle Alta de Mesones
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 ?? FOTOGRABAD­O, H. MARIEZCURR­ENA ?? Jatar, Iglesia actual.
FOTOGRABAD­O, H. MARIEZCURR­ENA Jatar, Iglesia actual.
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FOTOGRABAD­O, H. MARIEZCURR­ENA Alhama, calle Bermeja
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H. Mariezcurr­ena

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