Granada Hoy

La enésima reinvenció­n

● Diego apuesta de inicio por el 1-5-2-3 y acaba con Germán de boya arriba

- Javier Aguilera

“Hacemos lo que podemos”, dijo Diego con un poso de resignació­n e impotencia en la previa del partido ante el Levante. Era consciente de todas las rémoras con las que se presentaba su equipo al choque: cansancio por jugar menos de 72 horas ante el Barcelona un duelo de tremendo desgaste con prórroga incluida, el palo mental por caer eliminados de una forma cruel en la Copa, la fatiga acumulada por los estresante­s últimos meses de competició­n, otro viaje, un rival enfrente en gran estado de forma, las bajas de la medular... y encima el que elige las equipacion­es dice que hay que jugar con la tercera, la fosforito odiada y amada a partes desiguales que era sinónimo de derrota hasta ahora al ser usada.

CAMBIO DE DIBUJO

La unión de varios de estos condiciona­ntes, con la ausencia de centrocamp­istas como el principal, llevó al técnico a apostar en el Ciudad de Valencia por un dibujo diferente al usado de forma habitual. Regresó al esquema de los tres centrales y dos carrileros, a un 1-5-2-3, en el que Domingos, Nehuén y Vallejo ocuparon el centro de la zaga, con Foulquier en la derecha y el debutante Adrián Marín en la izquierda. Yan Eteki y Montoro, que están haciendo un esfuerzo brutal y rindiendo a un muy bien nivel en las últimas semanas, ocuparon el centro del campo, con Luis Suárez y Kenedy partiendo desde banda y escoltando a Jorge Molina.

EL AGUJERO

La necesidad de descanso de Carlos Neva, que fue uno de los siete jugadores que fueron titulares en Copa y que no actuaron de inicio ante el Levante, obligó al estreno de Adrián Marín. Quizás el hecho de que tuviera que jugar ya, con sólo tres entrenamie­ntos con su nuevo equipo, llevó a Diego a apostar por él y por Foulquier como carrileros en lugar de como laterales. Lo cierto es que el murciano no tuvo un debut brillante. En ataque aportó poco y en defensa sufrió en su cometido de tapar a Miramón, el lateral derecho local.

PUERTAS, DE CARRILERO

De hecho, el técnico lo dejó en el vestuario en el descanso y lo reemplazó por Antonio Puertas, que se colocó en su mismo lugar. Por ahí encontró el Levante un filón, por ahí llegaron los dos goles locales, uno en cada tiempo. En la derecha Foulquier estuvo mejor y hasta fue un destacado argumento ofensivo del equipo, aunque tampoco estuvo fino en la marca a Morales en el 1-0.

FACTOR MOLINA

Jorge Molina fue titular tras no tener minutos ante el Barça y casi todo lo que hizo lo hizo bien. Entre otras cosas, una perfecta asistencia a Kenedy para el 1-1. Tener al veterano atacante es un lujo para el Granada, porque es inteligent­e y completo, lo que provoca que casi siempre aporte mucho.

LÍNEAS AVANZADAS

Adelantó algunos metros la presión el Granada en el segundo tiempo, lo que permitió al equipo estar mejor y controlar más al Levante. Además, la entrada de Machís reactivó el ataque de un Granada que durante muchos minutos del segundo tiempo, manteniend­o el mismo dibujo, tuvo el partido donde quería. Sin embargo, en la primera ocasión que tuvo el Levante de atacar con ventaja a la espalda de Antonio Puertas, llegó el 2-1.

AL ATAQUE

No le quedaba al Granada otra que irse arriba, con un activo Fede Vico oxigenando el centro del campo al entrar por Yan Eteki, los carrileros muy avanzados, Soldado dando frescura al ataque y Rui Silva sosteniend­o a los suyos con otro partidazo y paradas de mérito para evitar la sentencia.

GERMÁN ARRIBA

Por segundo partido consecutiv­o utilizó Diego a sus cuatro centrales. Si ante el Barcelona fue con Vallejo y Nehuén entrando desde el banco para reforzar la zaga y el centro del campo, contra el Levante lo hizo al actuar con tres atrás y con Germán como ultima bala disparada desde el banquillo al campo para intentar empatar a la desesperad­a. Entró en el minuto 87 y se colocó de boya arriba, acompañand­o a Soldado en busca de alguna acción de juego directo con la que poder empatar, en el 1-4-4-2 al que mutó el equipo.

EL MINUTO 92

Por segundo partido consecutiv­o todo se resolvió en el minuto 92. Si ante el Barça un gol de Jordi Alba provocó la prórroga, preludio de la eliminació­n, este domingo en Valencia un cabezazo sensaciona­l de Soldado posibilitó que el Granada sumara un merecido y trabajado puntazo. En los últimos segundos, ya tras el 2-2, Germán dejó su puesto de boya arriba y se fue para atrás. El trabajo estaba hecho.

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EFE Fede Vico pugna por el balón con un jugador del Levante.

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