El Sevilla golpea primero y con fuerza
● El cuadro nervionense derrota al Barça por 2-0 y logra una importante renta para la vuelta en tres semanas
El Sevilla ganó por 2-0 al Barcelona en la ida de las semifinales de la Copa del Rey y logró una valiosa ventaja para la vuelta tras un partido muy serio, en el que acertó ante el gol en momentos decisivos y en el que Bono le amargó la noche a Messi.
Frente a un Barça al que le faltó claridad arriba y mayor solidez en defensa, el Sevilla, que aún no ha encajado ningún gol en esta Copa (12-0 de balance), se adelantó en el minuto 25 con un gran gol de Koundé. Aunque el equipo culé acosó en la reanudación a su rival con intentos vanos, el cuadro nervionense amplió su renta en una contra culminada por Rakitic en la recta final.
El partido comenzó igualado y con intensidad, como se preveía por lo que estaba en juego, con una presión alta de los azulgrana, buscando conectar con Messi cerca del área rival y, sobre todo, sorprender por la derecha por medio de un activo Dembélé a un Sevilla que se esforzó por no perder ni el sitio ni el balón.
El primer aviso claro lo dio Messi a los 11 minutos, pero no aprovechó un magnífico pase a la espalda de la zaga de Griezmann al rematar sobre la marcha con la zurda y salvar a su equipo el meta marroquí Bono, con un despeje con el pie izquierdo al más puro estilo balonmanístico.
El equilibrio persistió, con más brío ofensivo por parte visitante y una dura pugna en el medio campo entre los sevillistas Jordán, Fernando y Rakitic, apoyados por Suso y el Papu Gómez, y los barcelonistas Busquets, De Jong y Pedri, con sus laterales Júnior y Jordi Alba intentando ayudar en ataque.
El equipo de Julen Lopetegui también asustó a los de Koeman poco antes el ecuador del primer tiempo con un remate cruzado de Koundé, incorporado al ataque, que salió ligeramente desviado. Fue el preludio del posterior premio para los locales con el mismo protagonista. Seis minutos después, el central galo logró el 1-0 con un gran gol de un fuerte tiro, también cruzado, tras recibir un balón de Fernando, irse con un caño de Umtiti y fusilar al Ter Stegen.
Este mazazo hizo mella en el Barcelona, al que le faltó claridad y no encontró el último pase o la acción decisiva, como en un centro de Jordi Alba que paró Bono o algún intento de Messi desde lejos, y fue el Sevilla el que controló la situación e incluso Sergio Escudero, de un fuerte zurdazo en el tiempo añadido, pudo lograr el segundo, pero Ter Stegen lo evitó con un despeje magistral.
En la reanudación, el Barcelona, obligado por su marcador adverso y herido en su amor propio, apretó y dominó más, pero el Sevilla no se amilanó y contragolpeó con peligro.
Messi asumió sus galones y lo intentó desde la frontal, pero su disparo lo desvió Bono. En plena ofensiva visitante ante un Sevilla que quizás se replegó en exceso, el argentino volvió a intentarlo, pero, tras recoger un rechace en el área grande, remató fuera demostrando que no tenía el punto de mira afinado. Con el Barcelona volcado, aunque con cierta impotencia por no encontrar opciones claras de gol, el que no perdonó fue Rakitic, quien en uno de los contragolpes de su equipo aprovechó que Umtiti rompía el fuera de juego para controlar, solo, en el área y fusilar a Ter Stegen para lograr el 2-0, un gol que puede ser muy valioso en la eliminatoria.
No fue la última ocasión del choque, pues Messi, en el tiempo añadido, lanzó una falta que se topó de nuevo con Bono, quien salvó de encajar al Sevilla y, de este modo, irá en tres semanas al Camp Nou con una renta a tener en cuenta.
Rakitic
Jugador del Sevilla
Hay que felicitar al equipo por su trabajo, aunque la vuelta será muy complicada”