Trump mantiene las riendas republicanas
Con la absolución en su segundo impeachment, Donald Trump ha demostrado que mantiene las riendas del Partido Republicano gracias a su enorme popularidad entre los votantes, quienes ya están haciendo pagar un alto precio a los conservadores que quisieron declararle culpable.
Uno de los siete republicanos que apoyó la propuesta de los demócratas para condenar a Trump por el asalto al Capitolio es Bill Cassidy, senador de Luisiana y que ha sido “censurado” por el partido de su estado, en lo que se considera uno de los mayores castigos que puede aplicar una formación local. No obstante, en una entrevista ayer en la cadena ABC, Cassidy se mostró confiado en que el tiempo hará entender su decisión a los vecinos de Luisiana y consideró que la formación debe abandonar el culto a la personalidad de Trump para volver a sus valores tradicionales.
“El Partido Republicano es mucho más que una persona. Son ideas. Fuimos el partido que se fundó para acabar con la esclavitud, fuimos el partido que preservó la Unión, fuimos el partido que aprobó la primera ley de derechos civiles, fuimos el partido que puso fin a la Guerra Fría”, reivindicó. Cassidy retrató la guerra que se libra dentro del Partido Republicano para definir su identidad, ahora que Trump ya no es presidente.
Parte de los republicanos quieren que el trumpismo siga atado al partido que lo acogió en 2016; pero, otros, como Cassidy, temen que esa ala más radical los haga perder votos en el centro y apuestan por volver a los valores tradicionales de la formación.
Además de Cassidy, otros dos republicanos que votaron contra Trump recibieron ayer críticas de sus constituyentes. Se trata de los senadores Richard Burr de Carolina del Norte y Patrick Toomey de Pensilvania, quienes el próxi
mo año se retiran de la política, por lo que gozaban de más libertad que sus correligionarios para votar a favor de una condena.
El miedo a ser objeto de la ira del trumpismo influyó, según los demócratas, en la decisión que la mayoría de republicanos tomó para absolver al ex mandatario. El resultado muestra que no habrá un divorcio inminente entre el trumpismo y los conservadores, en gran parte, porque Trump ha dejado claro que tiene intención de seguir copando titulares y rechaza la idea de pasar a un retiro silencioso, como han hecho tradicionalmente los ex presidentes.