Los favoritos ganan los derbis
El Arenas vence en Peligros y el Atarfe, al Cubillas Derrota del Celtic
Se cumplió la lógica clasificatoria en los dos derbis granadinos de la jornada 15 en la División de Honor Andaluza con la victoria del Arenas en el campo del Vandalia y del Atarfe como local ante el Cubillas, mientras que el domingo se completó con la derrota como visitante del Celtic y con el aplazamiento del partido del Guadix ante el Torre del Mar por culpa del coronavirus.
El Arenas seguirá una semana más como líder destacado de su grupo tras vencer por 0-2 en Peligros al Vandalia, que no sale de la zona baja de la clasificación.
Un tempranero gol de Alberto puso pronto de cara el choque para los de Armilla, que se defendieron muy bien durate todo el encuentro y certificaron su triunfo con la diana de Javi Prieto al inicio del segundo tiempo.
El Atarfe también ganó al Cubillas por 2-0 en el otro duelo provincial de la jornada para certificar su buena racha de resultados y el mal momento de los alboloteños.
Tras una primera parte sin goles, Malano adelantó a los atarfeños con su diana en los primeros compases del segundo tiempo. El Cubillas se fue arriba para tratar de empatar, pero lo que llegó fue el segundo total local, marcado por Fran Moreno ya en el último cuarto del duelo.
El Celtic no pudo pescar ningún punto en su visita a Baeza al perder por 2-1. Se adelantó el equipo local, empató Torrillo para los granadinos y de nuevo marcó el Baeza, todo en apenas veinte minutos en el primer tiempo.
Por tercera vez en las últimas cuatro temporadas el Barça volvió a arrebatar una Copa del Rey al Real Madrid, aunque en esta ocasión sin apreturas finales ni polémicas arbitrales, porque fue muy superior a un rival atenazado que no pudo acabar con la maldición del anfitrión, que dura ya 19 años.
Los azulgranas, olvidado el susto de su debut y sin síntomas de cansancio, fueron de menos a más en un torneo en el que ya suman 26 Copas y amenazan el dominio de su eterno rival, que se queda con 28. El proyecto de Sarunas Jasikevicius ya tiene su primer título en el bolsillo.
Pareció arrancar mejor a la final el equipo de Pablo Laso de la mano de Abalde, pero esa sensación le duró muy poco porque los azulgranas reaccionaron de inmediato vía Mirotic, que empezaba a producir en ataque y dio las primeras ventajas a los suyos.
Llegó entonces la desconexión blanca, que lo tuvo fuera de juego durante casi cinco minutos, en los que se pasó del 7-4 al 7-18 tras un parcial de 0-14. Los tiros no le entraban y, además, perdían claramente la batalla en el rebote y se veían asfixiados por la defensa de un conjunto catalán dueño y señor del primer acto (11-20).
Con sólo tres canastas de dos puntos en su haber (33%) y un solo triple de los siete intentados en esos diez minutos (14%), los actuales campeones se veían obligados a las primeras de cambio a reaccionar, como les ocurrió en semifinales frente al Lenovo Tenerife.
Lo hicieron tímidamente, con un 5-0 de salida en la reanudación, pero ahí quedó su amago de remontada porque, además de jugar con un par de marchas menos, su oponente andaba mucho más fino, con un Higgins en la buena línea de los partidos anteriores, y no permitió acercamientos.
Los de Jasikevicius seguían a lo suyo, cumpliendo con su plan de partido, ante la mala tarde de los artilleros rivales. Pablo Laso movió el banquillo en busca de soluciones pero de nada sirvió, porque tras encajar 32 puntos en el segundo cuarto, se llegó al descanso con un claro 31-52 a favor de los visitantes.
Un 2+1 de Higgins en la primera jugada de la segunda parte agravó la situación para los intereses madridistas, que no encontraban el camino del aro y seguían acumulando errores, en la línea de los dos primeros cuartos.
Al menos su defensa empezó a carburar como acostumbra y a recuperar balones y Sergio Llull empezó a producir y a asistir a un Tavares hasta entonces desaparecido. Al Barça le entraron las dudas al ver que su colchón se quedaba en 16 puntos, pero Abrines, desde el perímetro, devolvió la tranquilidad a su equipo.
Llegaron entonces dos triples seguidos de Llull y Causeur que apretaron algo la final (50-63, min 28). Aún les quedaba mucho camino, pero al menos su actitud atrás era otra, hasta que un sprint final del Barça dejó el choque encarrilado (50-69, min 30).
El intercambio de golpes de los últimos diez minutos resultó estéril para un Real Madrid que, aunque minimizó daños desde el triple y llegó a ponerse 11 abajo, no tenía su tarde y acabó cediendo su corona ante un Barça mucho más compacto, que ya amenaza el dominio blanco en la Copa.