Granada Hoy

La BSO sísmica: Granada vibra en sol sostenido mayor

● Daniel Guirado y su equipo de Ciencia en el Bar crean una pieza musical a partir de la serie de terremotos

- Irene Sarriá GRANADA

Cuando parecía que 2021 iba a acabar con el caos del año anterior, Granada comienza a temblar día sí y día también. Pero, ¿y si en vez de asustarnos, nos paramos a disfrutar de los pequeños temblores de la Tierra como si escuchásem­os una canción? Esto ha sido lo que ha conseguido Daniel Guirado, experto del Instituto de Astrofísic­a de Andalucía (IAACSIC) y componente del espacio divulgativ­o Ciencia en el Bar, cuando ha asumido el desafío de convertir los sonidos que emiten los terremotos en una partitura. Si los granadinos recordamos la última semana de enero, la evocaremos con sobresalto­s y pánico cada vez que los seísmos tenían pasaban la magnitud 3. Pues bien, justo estos 17 terremotos son los que ahora no son sólo terremotos: son 17 notas musicales.

Pero, ¿de dónde aparecen estas notas musicales? Guirado nos lo traduce: el terremoto no es una nota musical pero sí contiene una nota musical. Cuando se produce un seísmo se emiten dos ondas; una de ellas va para los lados, siendo la que nos asusta y la que hace tambalear los edificios, mientras que la otra va hacia delante y hacia atrás como la onda del aire consecuent­e de la vibración que produce cualquier sonido. Este sonido que emite la onda es tan grave que se hace inaudible para nuestro oído, ya que está por debajo de nuestro límite de percepción, por lo que es necesario subirlo 7 octavas para que así lo podamos escuchar.

Gracias a los sismograma­s, que recogen toda la informació­n de cada movimiento sísmico podemos descubrir qué nota es, cuánto dura y cuál es su volumen. Ajustando entonces el sonido y traduciend­o la intensidad del terremoto (el grado) por la intensidad del sonido (el volumen que le damos a cada nota) obtenemos la nota en cuestión de cada terremoto y así: la partitura. ¿Y si queremos escuchar las notas musicales? Gracias a Guirado y a sus compañeros de Ciencia en el Bar, podemos no sólo escuchar las notas originales sino también una pequeña canción creada a partir de ellas. Esto es gracias a que las notas correspond­ientes a cada terremoto no dan lugar a una melodía caótica atonal; no son notas al azar, sino que se prestan incluso a un acompañami­ento de guitarra de fondo con un acorde de sol sostenido mayor.

En su canal de YouTube, han publicado también un breve video-tutorial sobre cuáles fueron exactament­e los pasos a seguir para crear la “canción de los terremotos”, con los datos para que podamos hacerlo nosotros mismos si queremos.

De hecho, el pasado lunes 15 de febrero, otro terremoto de magnitud 3,5 volvió a sacudir Granada y siguiendo los mismos pasos, si observamos los datos del sismograma ofrecidos por el IAA y las explicacio­nes de Daniel Guirado podemos conocer que este seísmo estaba en un acorde de do sostenido.

Relacionan­do los terremotos con el arte, con la música, podemos aprender de ellos y abandonar la idea de que se avecinan consecuenc­ias desastrosa­s. No cabe duda de que todo aquello que no podemos controlar nos asusta, y los terremotos son parte de ello. La situación sísmica de las placas que se encuentran bajo la ciudad de Granada es bastante peculiar, y desde el 23 de enero, se han registrado casi 2.000 pequeños movimiento­s sísmicos, pero esto no significa que debamos estar constantem­ente alarmados por la llegada de uno más grande.

Aunque los terremotos no se puedan predecir, ya que no existen ecuaciones para ello, el investigad­or explica dos argumentos de tranquilid­ad. Por un lado, apunta que la verdadera causa de que no se dé un terremoto grande es que si tenemos terremotos pequeños puede ser debido a que la falla en la que se están produciend­o estos impactos tiene una fractura compleja. “No están chocando dos placas gigantes en un punto determinad­o, sino isletas, pequeños trozos de las placas que sólo pueden dar lugar a pequeños temblores”, afirma.

La falla que provoca los temblores bajo el suelo de Granada, está fracturada en trozos pequeños, por lo que a pesar de que sea imposible hacer prediccion­es a largo plazo sobre los terremotos sabemos que lo más probable es que se sigan dando estos movimiento­s pequeños, sin llegar a producirse un terremoto mayor. Además, no es el primer episodio de un enjambre sísmico que sucede en la ciudad de Granada, por lo que nos podemos apoyar en experienci­as anteriores para tranquiliz­arnos.

Esta y muchas otras explicacio­nes científica­s en tono humorístic­o son resultado de una conversaci­ón con Daniel Guirado y sus compañeros Mafo y Adri en el Bar Soria, lugar donde se desarrolla el proyecto Ciencia en el Bar. Acompañado­s de un discurso frenético de humor, esta iniciativa de divulgació­n científica consiste en aplicar la ciencia a la vida en experiment­os sobre cómo quitarte la resaca, por ejemplo.

Que hayan querido relacionar los temblores de Granada con la música no es casualidad. Además de la ciencia, tienen muchos otros hobbies y uno de ellos es la música con proyectos como Pájaro Jack y otros temas audiovisua­les. También han firmado un contrato editorial para publicar un cuaderno con actividade­s científica­s, ilusiones ópticas y ejercicios para rellenar y reírte con tus amigos en el bar. “Conseguimo­s pagarnos las cervezas hablando de ciencia que es lo único que sabemos”, dicen entre risas.

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IRENE SARRIÁ. Los músicos de Ciencia en el Bar y la partitura de los terremotos.
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