Granada Hoy

Un máster en encaje de bolillos

Las circunstan­cias obligan a Diego a cambiar hasta cinco veces de dibujo durante el partido

- Javier Aguilera

Era obvio que Diego Martínez iba a conformar en el partido ante el Huesca un once inicial integrado por futbolista­s que no fueron titulares en el pasado choque del jueves contra el Nápoles, no sólo por la fatiga de los que más minutos habían jugado hacía solo tres días sino también para mantener a éstos lo más descansado­s posible de cara al histórico duelo del próximo jueves de la Liga Europa en el Estadio Diego Armando Maradona. Con todo, el número de lesionados, que sigue siendo elevado, obligó al preparador a a tener que insistir con algunos futbolista­s, como fue el caso de Foulquier, el único titular del jueves, junto al intocable Rui Silva, que repitió en la alineación de El Alcoraz respecto a la del choque anterior en el Nuevo Los Cármenes. Los otros nueve fueron nuevos con asterisco en Germán, que no había salido de inicio frente al Nápoles pero que actuó desde el ecuador del primer tiempo por la lesión de Vallejo.

1-4-2-3-1 DE DIBUJO

La necesidad de descanso llevó al banquillo a Jorge Molina y dejó un once sin ‘nueve’ puro, ya que Luis Suárez y Soldado continúan lesionados. Diego Martínez apostó por Antonio Puertas para realizar esa función, en la que se le vio incómodo, sobre todo en el juego de espaldas. Aunque parecía que iba a optar el preparador por la línea de tres defensas y dos carrileros por tercer partido consecutiv­o de LaLiga Santander, al final se decantó por el 1-4-2-3-1, con Foulquier de extremo diestro y Domingos Quina formando el doble pivote junto a Yan Eteki, aunque cambió de dibujo varias veces a lo largo del duelo.

LLEGADA DE QUINA

El medio portugués demostró desde el inicio buen pie, con llegada y un notable golpeo de balón, como ocurrió en la acción del 0-1. Firmó el Granada un buen inicio de partido. No sólo porque marcó primero, también porque estuvo bien colocado en el campo y tuvo controlado el choque, hasta que comenzó a decantarse éste por los impropios e inhabitual­es errores individual­es de los nazaríes. Uno de Rui Silva en una salida, segurament­e influencia­do porque el viento frenó el balón, provocó un penalti.

Otro de Adrián Marín, blando y sin ayudas de ningún compañero, permitió a los locales empatar, con un poco de fortuna por la parábola que hizo el esférico antes de que llegada a Escriche. Seguro que lo que más disgustó a Diego fue la falta de pujanza y la pérdida de los duelos de los suyos en las acciones a balón parado que colocaron con una clara ventaja de 3-1 a los locales. Es impropio de este Granada recibir tres goles en once goles. Y se los hizo el colista.

CAMBIOS AL DESCANSO

En la segunda mitad, el preparador tuvo que tirar muchas veces de eso que él mismo ha calificado como ingeniería de gestión de esfuerzos, acompañado en esta ocasión de un máster de encaje de bolillos por las diferentes situacione­s que fue deparando el encuentro. Entraron Machís, que le cambió la cara al equipo, y Jorge Molina, con lo que ya hubo una referencia fija arriba, con el inicio del segundo tiempo; se puso el Granada en un 1-4-4-2 y llegó el 3-2

YANGEL, IDA Y VUELTA

Con la entrada de Yangel Herrera por Alberto Soro, con media hora aún por delante, recuperó el Granada el 1-4-1-4-1 con el que tan bien funciona, pasando Antonio Puertas de segunda punta a extremo diestro y formando triángulo en la medular Yan Eteki, Domingos Quina y Yangel Herrera. Sin embargo, los problemas físicos del venezolano provocaron trece minutos después de su entrada al campo que saliera. Entró Kenedy y regresó el Granada al 1-4-4-2.

GERMÁN, PUNTA Y ROJA

Con jugadores como Montoro, Gonalons o Carlos Neva reservados por prudencia, el último cambio fue de Domingos, Duarte por su compatriot­a Quina, pasando Germán en los diez minutos que quedan a acompañar arriba a Jorge Molina, con Antonio Puertas ahora en una nueva posición: compañero de Yan Eteki en la medular pero con libertad total en un, o algo parecido, 1-4-1-3-2. La roja final al gaditano hizo que los rojiblanco­s acabaran el choque con un 1-4-1-3-1, con Machís y Kenedy bien tapados y Víctor Díaz subiendo por derecha mucho más que Adrián Marín por la izquierda.

ISIDRO NO REBLA

La actuación arbitral no influyó en la derrota. Dicho esto, la roja a Germán fue rigurosa y condiciona el siguiente partido, en el añadido se jugó muy poco y no se alargó más, e Isidro Díaz de Mera en el VAR hizo lo habitual: fastidiar al Granada. Vio bien el penalti de Rui Silva, pero nada en la pugna entre Rafa Mir y Foulquier en el 3-1.

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AGENCIA LOF Los rojiblanco­s acuden a campo propio tras el gol de Soro.

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