Eider Biomasa, energía ‘made in Granada’ en los hogares españoles
La empresa comenzó su andadura en los años 30 del pasado siglo comercializando carbón vegetal, pero actualmente se dedica a la fabricación de estufas de pellets, convertidos en un referente del sector y siendo proveedores de grandes superficies como Leroy
El descubrimiento del fuego marca un antes y un después en la historia de la civilización humana al permitir, entre otras cosas, mantenerse calientes y evitar morir congelados. Basándose en eso, era lógico que el ser humano dedicase especial atención a cuidar y mantener viva a esa pequeña llama que, al mismo tiempo, les mantenía vivos. Por eso, a medida que la evolución lleva a los homínidos a sus cotas más altas, también lo hacía su necesidad de seguir manteniéndose calientes y a salvo, por lo que no es de extrañar que, en pleno siglo XXI, las calderas se hayan instalado dentro de la dinámica de los smartphone y las nuevas tecnologías.
De esto se encarga precisamente Eider Biomasa, un empresa con una larga experiencia dentro de su sector, que en los últimos años ha apostado decididamente por este tipo de calderas.
Como explica José Antonio Martín, gerente de la empresa, que tiene su sede en Padul y forma parte del Club Cámara de Comercio de Granada, esta nueva tecnología permite controlar el encendido y apagado de la caldera y la temperatura desde el teléfono móvil. Además, permite a los técnicos de la empresa conocer mejor el estado de la máquina. “Podemos entrar telemáticamente en una estufa de los Pirineos y saber la avería que tiene y cómo arreglarla”, explica Martín.
La mención al sistema montañoso no es baladí, puesto que Eider Biomasa no solo distribuye sus calefacciones a toda la geografía española, sino también a otros puntos de Europa, de hecho, Martín expone como uno de los puntos fuertes de su compañía los 200 técnicos que prestan servicio en toda la península ibérica.
El siguiente paso de esta empresa granadina es la aerotermia, un nuevo sistema de calefacción que permite generar tanto calor como frío, mediante la compresión o expansión del aire que toma del exterior.
Pero más allá de lo que ocurra en el futuro, en la actualidad Eider Biomasa es una de las empresas decanas del sector de las estufas de pellets, ya que comenzó su andadura en los años 30 del pasado siglo, aunque por aquella época la empresa se dedicaba a la comercialización del carbón vegetal, una etapa que ya solo existe en el recuerdo, puesto que como afirma el gerente hace unos quince años que se vendió esa cartera del negocio.
Pese a todo, la experiencia sigue ahí y eso la convierte en una “empresa estable”, en palabras del gerente, algo que, según él mismo explica, no es fácil en un área que ha crecido tanto en los últimos años.
Al ser la única energía renovable que puede almacenarse, “han entrado miles de empresas en los últimos años, las mismas que han salido, pero nosotros seguimos aquí”, resume Martín para afirmar que son la única empresa que lleva “tanto tiempo haciendo lo mismo”.
Y lo que llevan tanto tiempo haciendo es fabricar estufas de pellets, convertidos ya en la primera empresa de España de este tipo, distribuyendo incluso a las grandes superficies como Leroy Merlin o el Corte Inglés.
El crecimiento de esta empresa va en paralelo a la demanda que tiene este tipo de estufas, ya que son, como asegura Martín, “muy eficientes”, puesto que más del 90% de la madera que se quema se transforma en calor, por lo que apenas se pierde energía, lo que les hace competir de tú a tú con las caldera de gas o de gasoil, pero con la ventaja de que, a diferencia de estas, se trata de una energía limpia.
Como el resto de empresas, Eider Biomasa ha sufrido los efectos de la pandemia, haciéndoles facturar de enero hasta agosto de 2020, según los cálculos del gerente, 700.000 euros menos que en el mismo periodo de un año antes, aunque a renglón seguido puntualiza que finalmente el Covid les ha “resultado beneficioso” y en el año pasado terminaron por vender más de 9.700 unidades, frente a las 8.300 que solían poner en el mercado cada año.
En términos económicos, el gerente de la empresa explica que la facturación del 2020 rondó los ocho millones de euros, aunque en esa cifra se incluye también el dinero facturado por otra empresa europea con la que colaboran de forma habitual.