“La única solución que han dado a los empresarios es que se endeuden”
El polígono industrial de Asegra afronta un 2021 incierto ante la inseguridad que supone la pandemia, aunque mantienen el optimismo y confían en que su larga experiencia les permita capear el temporal
Hace mucho tiempo, en un lejano rincón del sur de España, un grupo de empresarios decidió unirse para llevar a la sociedad algo de lo que carecía, pero necesitaba: suelo industrial. Fue así como nació el polígono industrial de Asegra, que con más de medio siglo de vida (las primeras gestiones se llevaron a cabo en 1967) ostenta el título de decano de los polígonos granadinos, pero también afronta en mitad de la pandemia su peor momento.
“Hay muchas incógnitas y nos lo esperamos igual o peor que 2020”, explica Antonio Espigares, gerente del polígono, cuando se le pide una valoración del año entrante.
El pesimismo está más que justificado. Según Espigares, las empresas del polígono han perdido, de media, un 40% de facturación respecto a 2019. Eso “solo las que han seguido abiertas”, puntualiza, porque las que han tenido que bajar la persiana, como las vinculadas al sector hostelero, “han perdido entre el 80 y el 90% de la facturación”.
Tampoco ayuda mucho la respuesta de las administraciones, que “la única solución que han dado a los empresarios ha sido que se endeuden, que pidan préstamos sin tener ningún tipo de ayuda directa”, denuncia el gerente.
Pese a todo, el gerente prefiere no regodearse en el lado negativo y asegura que “en el 2020 la asociación ha crecido en número de asociados”, debido en parte a la información puntual que dieron en los momentos más duros de la pandemia. “Información puntual, sin días de tregua”, asegura Espigares, consciente de la responsabilidad que supone ser el decano de los polígonos.
Además de esa responsabilidad, el actual gerente heredó de sus predecesores el espíritu de lucha que les llevó en el siglo pasado a poner en pie el polígono industrial. Ahora, con el polígono construido, la lucha de la junta directiva discurre por otros derroteros, como el de los accesos.
Actualmente, se encuentran en la comisión de infraestructuras demandando las necesarias para Asegra, como la VAU-7, que conecta Maracena con Albolote, y por la que llevan peleando “más de 20 años”. De completarse esta obra, unida a la recién inaugurada segunda circunvalación, “se descongestionaría la rotonda de Maracena y se reducirían los atascos de aquí”, explica Espigares.
Precisamente este espíritu de defensa de los intereses comunes es una de las ventajas que Espigares esgrime de formar parte de la asociación de empresarios, pues son “el interlocutor válido ante todas las administraciones para la defensa de nuestros derechos”.
Porque en el fondo, Asegra es una familia y, como tal, luchan todos a una. Es además, como esos grandes linajes que se extienden hasta el infinito, una familia que cuida su pureza, ya que el 100% de las empresas son procedentes de Granada. “Aquí no hay multinacionales con delegaciones”, explica Espigares, quien añade que “el 100% de las empresas son granadinas”.
Sin embargo, el actual gerente no se niega a recibir a nuevos miembros que quieran formar parte de la familia Asegra, ya que como reconoce Espigares “España es un país de emprendedores” por lo que no descarta la incorporación de nuevas empresas al polígono, aunque matiza que “las administraciones a nivel impositivo no promueven ese emprendimiento, lo que hace que muchas personas prefieran irse a otros lugares donde tienen más beneficios que aquí”.
INCERTIDUMBRE ANTE LA PANDEMIA
La pandemia es, quizá, el mayor reto al que Asegra se ha tenido que enfrentar en su dilatada vida. Sin embargo, la experiencia es un grado y la directiva del polígono no dudó en imponer las medidas necesarias.
“Desde el minuto uno todas las empresas adoptaron los procesos sanitarios y las medidas de higiene pertinentes”, rememora Espigares, quien también añade que “el polígono dotó a todos sus empresarios con mascarillas cuando fue obligatorio para todos los trabajadores y había escasez a nivel nacional”.
Ahora la pandemia parece estar más calmada y las vacunas dan algo de esperanza, pero en Asegra sigue la incertidumbre de saber qué pasará. “No podemos planificar, no ya para dentro de dos o tres meses, si no para la próxima semana”, afirma el gerente de una asociación que, pese a todo, seguirá luchando.
Las empresas que han seguido abiertas han perdido un 40% de facturación media