La junta militar birmana aumenta la presión sobre las protestas
La Comisión Electoral, nombrada tras el golpe, anula el resultado de los comicios de noviembre
La presión policial siguió en aumento ayer en las calles de Birmania, donde las fuerzas del orden volvieron a utilizar munición real para dispersar a los manifestantes contra el golpe de Estado y mantuvieron arrestado durante unas horas a un periodista japonés.
Las protestas, más reducidas que en días anteriores y esparcidas en distintos puntos de las ciudades más importantes, fueron reprimidas con dureza por las fuerzas de seguridad, que en algunos lugares dispararon munición real y granadas de mano.
En Rangún, la ciudad más poblada, la Policía cargó repetidas veces y disparó contra un grupo de un centenar de manifestantes del movimiento de desobediencia civil, en su mayoría jóvenes, en el centro de la ciudad.
Durante la protesta fue detenido el periodista freelance y cineasta japonés Yuki Kitazumi, que estuvo retenido en la comisaría de Sanchaung, en la antigua capital, hasta su liberación menos de cuatro horas después. La detención de Kitazumi, que estaba cubriendo la protesta, es la primera de un reportero extranjero desde que la junta militar perpetró el golpe de Estado el pasado día 1.
También se produjeron incidentes violentos en Mandalay, la segunda ciudad más poblada, donde hubo un herido de bala, y en Naipyidó, la actual capital, donde al menos 20 personas fueron detenidas y la Policía usó granadas de mano para dispersar las protestas, según el portal Myanmar Now.
La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) indica que desde la asonada al menos ocho personas han muerto a raíz de la violencia desatada tras el golpe, tres de ellas por disparos policiales, mientras que otras 748 fueron detenidas, incluidas 62 que ya han sido puestas en libertad.
Las manifestaciones en rechazo a los militares piden la restauración de la democracia y la liberación de los políticos electos arrestados por los uniformados, entre ellos, la depuesta líder Aung San Suu Kyi.
Los militares justifican el golpe por el supuesto fraude electoral cometido en las elecciones legislativas de noviembre, en las que se impuso con una mayoría arrolladora la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Suu Kyi.
La junta trató de reforzar este viernes ese relato con la anulación de los resultados en esos comicios por parte de la nueva Comisión Electoral, nombrada después de la asonada.