El presidente armenio se alza como mediador entre el Gobierno y la oposición
El presidente armenio, Armen Sarkisian, mantuvo ayer consultas con representantes del Gobierno, la oposición y el Ejército de Armenia, los dos últimos enfrentados con el primer ministro, Nikol Pashinian, en un intento de apaciguar la nueva escalada de la grave crisis política que vive ese país desde su derrota ante las tropas de Azerbaiyán hace tres meses en la guerra de Nagorno Karabaj.
Sarkisian, de 67 años, se reunió durante una jornada maratoniana con los líderes de los partidos parlamentarios, el presidente del Legislativo, delegados de la oposición, así como con el jefe del Estado Mayor del Ejército armenio, cuya destitución exige Pashinian, pero que pende aún de la firma del presidente.
Precisamente el futuro del jefe del Estado Mayor, Onik Gasparian, fue el tema principal del encuentro del líder armenio con la oposición, que apoya al general en su pulso con el primer ministro.
El jueves, más de 40 dirigentes castrenses, entre ellos Gasparian, firmaron una declaración en la que exigieron la dimisión de Pashinian y de todo el Gobierno, algo que el jefe del Ejecutivo calificó de “intento de golpe militar”.
El Ejército instó seguidamente a Pashinian a cesar las “presiones” sobre Gasparian para evitar que la situación “se tense aún más”, cuando la oposición anunció protestas indefinidas y acampaba el jueves pacíficamente frente al Parlamento para tratar de forzar ayer una sesión extraordinaria.
La oposición no logró reunir el quorum necesario para abordar la crisis en el país, dado que los diputados del partido oficialista, Mi Paso, no se presentaron.
El líder armenio mientras, que el jueves elevó el tono al arremeter contra la cúpula militar y salió a la calle para rodearse de sus seguidores, ayer no se dejó ver y mantuvo el silencio.