Duclós pone su sello de lo cotidiano en el CAAC
● Nazario, Salomé del Campo, Abraham Lacalle y la donación de Pepe Cobo acentúan la apuesta por la escena andaluza en la nueva temporada
Teresa Duclós, Nazario, Abraham Lacalle y Salomé del Campo son los artistas andaluces que protagonizan las cuatro exposiciones individuales que ofrecerá la nueva temporada del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC). Habrá también cabida para cuatro muestras colectivas que, además de la donación de Pepe Cobo centrada en piezas de La Máquina Española, permitirán a la institución que dirige Juan Antonio Álvarez Reyes abrir ventanas a la creación internacional: Amazonía, sobre la relación del arte con la ecología y el cambio climático; Textiles, que explora la consolidación de esta tendencia del arte actual desde los años 60 y Escultura expandida, con piezas de la colección permanente del CAAC dialogando con obras de artistas foráneos y españoles. Esta oferta cultural “equilibrada, paritaria y para todos”, que supone “una apuesta conceptual y simbólica por el arte andaluz en el contexto actual”, según la consejera Patricia del Pozo, arranca el próximo 18 de marzo con la antológica de Teresa Duclós (Sevilla, 1934), que sigue la senda de las protagonizadas por otros artistas de gran trayectoria como Guillermo Pérez Villalta, Luis Gordillo o Carmen Laffón. Juan Bosco Díaz-Urmeneta, principal experto en su pintura y autor de la monografía que le dedicó a Duclós la colección Arte Hispalense, es el comisario de la muestra junto con Álvarez Reyes. La ventana es el hilo conductor de esta exposición que abarca también el interés de la artista por los jardines, el paisaje y el género del bodegón. En las naturalezas muertas de Duclós, con ecos de Zurbarán y Chardin, llama la atención la sencillez de los objetos empleados y la convivencia cotidiana con ellos. “Duclós siempre ha estado en contacto con la vanguardia y además habita en una casa racionalista que es la única proyectada en Andalucía por su tío José Luis Sert”, recordó Álvarez Reyes, que observó cómo en todo el Estado español se está revisando la carrera de las mujeres de la generación de Duclós, “eclipsadas no sabemos si por ser mujeres o por cultivar el realismo”.
Teresa Duclós vivió desde su infancia rodeada de pintura, pues su padre era amigo de pintores como Gustavo Bacarisas (18731971), que influyeron en su obra. En 1949 inicia sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla y posteriormente ingresa en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. En 1964 obtiene el Primer Premio de Grabados en la exposición patrocinada por la Dirección General de Bellas Artes de Sevilla. Poco después, ella, Carmen Laffón y Pepe Soto, junto a Enrique Roldán, participarían en el proyecto de la Galería La Pasarela, que abrió en 1965 y donde Duclós expone individualmente. En 1967, por iniciativa de los mismos artistas, llegará El Taller que estuvo activo hasta el 70, un espacio de difusión artística donde se celebraban además conferencias. Duclós fue profesora de dibujo en los Institutos de Enseñanza Media Nuestra Señora de Valme, en Dos Hermanas, y Martínez Montañés en Sevilla capital. Sigue pintando a diario.
También el 18 de marzo abrirá al público la exposición de media carrera de Salomé del Campo (Sevilla, 1961), que a través de obras datadas desde los años 90 hasta hoy implica al espectador en una normalidad extraña, anómala e inquietante, y descubre al gran público a una de las mejores pintoras de su generación, que nunca antes había protagonizado una individual en un museo.
Un mes después, el 18 de abril, el CAAC recupera la exposición que aplazó la pandemia Escultura expandida. Comisariada por Yolanda Torrubia y Juan Antonio Álvarez Reyes (responsables también de la de Salomé del Campo), ofrece una relectura de la colección permanente a partir del diálogo entre La celda de Louise Bourgeois y piezas de artistas andaluces como Pepe Espaliú. Además, podrán verse en esta reflexión sobre todo lo que hoy se entiende como escultura una selección de las obras de artistas y galeristas andaluces adquiridas por la Junta de Andalucía gracias a su plan de choque de apoyo al sector durante la pandemia, como ocurre con las adquisiciones de los colectivos Fuentesal & Arenilla o Moreno & Grau, entre otros.
Berta Sichel es la comisaria de Amazonía, una reflexión sobre la necesaria interacción de los análisis culturales y científicos ante los problemas ambientales que, a partir del 6 de mayo, acercará la obra de grandes artistas internacionales, muchas de ellas de América Latina y que han trabajado con colectivos indígenas, como Susana Mejía, Nela Ochoa, Claudia Andujar, Lothar Baumgarten, Barbara Brändli o François Bucher.
El 1 de junio Abraham Lacalle (Almería, 1962) protagonizará la exposición de media carrera que ha comisariado Iván de la Torre y en la que mostrará su concepción del paisaje mediante obras de la última década que alternan lienzos de gran formato con pequeños trabajos sobre papel. Lacalle, cuya carrera dio un salto considerable gracias a las becas en la Casa de Velázquez de Madrid y su posterior ingreso en el elenco de artistas representados por la galería Marlborough, es uno de los creadores más importantes de la generación de los 80, formado en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla.
La cita con la obra transgresora y barroca de Nazario (Castilleja del Campo, Sevilla, 1944) llegará al fin, tras posponerse por el Covid-19, el 23 de septiembre. “Será la retrospectiva más ambiciosa que se haya dedicado a este icono andaluz de la contracultura catalana”, según su comisario, Juan Antonio Álvarez Reyes, y exaltará la noche, la subversión y las risas, “tan necesarias en estos tiempos”. Ya el 21 de octubre se mostrará la generosa donación de Pepe Cobo al CAAC, que incluye obras de artistas como Rafael Agredano y Guillermo Paneque, junto a valiosa documentación de la trayectoria de su galería La Máquina Española, fundamental en el desarrollo del arte andaluz en los años 80 y la década siguiente. Cierra el año expositivo Textiles, que a través de creadoras como Pae White visibiliza la generalización de este medio de expresión en el arte actual.
La reanudación del curso Transformaciones en otoño y una abundante programación musical estival –con ciclos como Pop CAAC, Interestelar y Jazz en el CAAC, que regresaría en primavera– son otros atractivos del Monasterio de la Cartuja para este año en el que todavía la incertidumbre acecha.