¿Qué le falta a esta provincia?
Para mí es un honor poder hacer uso de la palabra para trasladar en nombre de todos nosotros el orgullo que supone recibir este reconocimiento y para transmitir el agradecimiento a quienes nos han propuesto y a quienes nos han elegido. Creo que expreso el sentimiento de todos si digo que nada de lo que hemos hecho en el último y complicadísimo año, o a lo largo de nuestras largas trayectorias tenía como objetivo el reconocimiento… pero que este reconocimiento, con el que Andalucía nos premia hoy, nos motiva, nos incentiva y desde luego nos emociona. Creo que hablo también en nombre de todos si digo que esta bandera que hoy hemos recibido, nos obliga –y ese es el compromiso con el que uno recibe cualquier premio– a seguir creando, a seguir sirviendo, a seguir retándonos para ser mejores, a seguir investigando
Que nos obliga a seguir enseñando a los más pequeños, a seguir cuidando a los enfermos del Covid-19 incluso a riesgo de la propia vida, a seguir innovando y vendiendo productos, a seguir cuidando nuestro medio natural y nuestro patrimonio, a seguir trabajando por Granada.
Queridos amigos, a Granada no le faltan hijos ilustres, colectivos ejemplares, ni instituciones excelentes. Quienes están aquí presentes lo son. Lo es la Cámara de Comercio de Granada. Y lo son quienes, en actos como este, en las últimas décadas, han recibido también esta bandera; y por supuesto aquellos que la recibirán en los próximos años.
A Granada nunca le han faltado ciudadanos destacados en los más variados ámbitos: en la música, en la investigación, entre los profesionales de la salud o la docencia, en el deporte, en la defensa de nuestro patrimonio o de nuestro medio natural, en el voluntariado. Tampoco en la agricultura, la ingeniería, en el pensamiento, en las letras. A Granada no le han faltado protagonistas en el mundo de la empresa.
Ni a Granada, porque ellos los tenían, le ha faltado nunca talento, imaginación, generosidad, abnegación, tesón, vocación de servicio, curiosidad, perspicacia, coraje, valentía, clarividencia, pasión, amor por esta tierra.
Quienes hoy se sientan en estas sillas son una demostración de todo aquello que a Granada no le ha faltado nunca. Pero entonces, queridos amigos, ¿Qué le falta a Granada?
A Granada tampoco le falta, lo ha tenido desde siempre, o al menos desde antes de que ustedes y yo tengamos memoria, altas montañas que se cubren de nieve, no le falta agua del deshielo, ni ríos, ni vegas, ni productos que se cultivan ricamente en ellas, ni paisajes del cuaternario, ni castillos, ni catedrales, ni museos, ni historia, ni playas, ni mar, ni viento para alimentar turbinas.
A Granada no le falta sol, ni valles, ni leyendas, ni palacios, ni casas cueva, ni campanarios, ni minaretes.
POR TANTO ¿QUÉ LE FALTA A GRANADA?
Durante los últimos años, y ahora permítanme que me dirija a ustedes como presidente de Cámara Granada, he pensado mucho sobre esa pregunta. Lo he hecho, además, en los últimos tiempos, viajando por España, conociendo otras tierras, a centenares de empresarios, escuchando sus problemas, aquello que les preocupa, aquello que no tienen, aquello que les falta. Y lo he hecho, en cada viaje de vuelta, es decir, cada noche, estuviera donde estuviera porque uno vuelve a dormir siempre allí donde lo hacen su familia, sus hijos…
Entonces, tras escuchar a personas de otros lugares, me preguntaba: ¿qué es lo que le falta a Granada? Desgraciadamente no tengo una respuesta concluyente que ofrecerles a ustedes hoy. Solo algunas ref lexiones, tentativas, que quisiera compartir esta mañana. A Granada le hace falta darse cuenta de que por grande que sea, por hermosa, por mágica, por más hijos ilustres o colectivos ejemplares, por más castillos, palacios, ríos o leyendas que tenga, eso no es suficiente. Granada hoy necesita competir. Y tiene que hacerlo aquí al lado, pero sobre todo en el mundo entero. A Granada le falta darse cuenta de que, en ese enorme desafío, Granada unida puede tener éxito (y el éxito en esa competición global se traduce en empleo, desarrollo, lucha contra la desigualdad); pero que no lo tendrá si cada uno hacemos el camino por nuestra cuenta. A Granada le falta poner todo eso que tiene junto, unido, al servicio de una estrategia clara, audaz. A Granada le falta pensar más y hacer más; acordar más y pelear menos. A Granada le falta que creamos en el protagonismo de Granada y no, como tanto ocurre, cada uno en nuestro propio, pequeño y mezquino protagonismo. Ese es uno de los trabajos que, siempre con el objetivo del desarrollo de Granada y en muchas ocasiones de la mano de la hermana Cámara de Motril estamos haciendo desde Cámara Granada: tratar de coser, de unir, de impulsar proyectos colectivos. Pero hoy, como presidente de Cámara Granada, con el compromiso y la responsabilidad que hemos adquirido como portadores de la bandera de Andalucía, es mi obligación decir que, a Granada, también, le falta que Andalucía crea más en Granada: en lo que Granada ha sido, en lo que es hoy y, especialmente, en lo que tiene que ser en el futuro.
Porque en esa competición mundial de la que hablaba antes, Andalucía será tanto más fuerte como fuerte sea Granada. No es una Granada más pequeña la que hace más grande a Andalucía. Es esa Granada, referente inequívoco en el sur de España y Europa en la investigación y en la docencia de la salud la que hará más grande a Andalucía. Es esa Granada, en la que se estudiarán los materiales que darán lugar a las energías limpias del futuro; excelente en ramas de las tecnologías de información como la inteligencia artificial; es esa Granada culturalmente rica, variada y por ello imbatible, en la que el turismo se reinventa aunando lo patrimonial con lo natural; es esa Granada en la que los productos agroalimentarios alcanzan los mercados internacionales por su calidad y generan valor añadido aquí… es esa Granada, la que hará grande a Andalucía.
Pero estimados amigos, mirar fuera para achacar a los demás nuestros propios fracasos, siempre me ha parecido pobre, siempre me ha parecido la excusa de los mediocres. Creo que, para ser certero, el primer análisis de por qué no alcanzamos nuestros objetivos, tiene que centrarse siempre sobre nosotros mismos A Granada le pueden faltar apoyos de fuera, le puede faltar que los demás crean en ella, le falta que los gobiernos, los ministerios, las consejerías, la Unión Europea... pero a Granada le falta, en primer lugar, creer en sí misma. Unirse. Definirse con claridad, valentía y a largo plazo. Hacer el camino juntos.
Pensar más, hacer más, acordar más, pelear menos. En estas sillas hay sentados hijos ilustres de Granada, representantes de colectivos ejemplares e instituciones excelentes. Ellos, cada día, como miles de granadinos en sus desempeños, sirven, crean, investigan, velan por nuestros montes, recuperan nuestro patrimonio, cuidan de nosotros, se retan para ser mejores, crean productos, enseñan, trabajan con pasión y entrega por lo que hacen, y así construyen esta tierra. Lo que ellos hacen es lo que, en su conjunto, le falta a Granada. Unámonos todos, todos, para seguir su ejemplo. A Granada no le faltan motivos para creer en su futuro. Todo está por ganar.