Granada Hoy

La CUP pone tres condicione­s para apoyar a un ‘Govern’ de ERC y JxCat

● La formación antisistem­a pide la reforma del modelo de Mossos d’Esquadra, un plan contra la crisis y un referéndum de autodeterm­inación

- Efe BARCELONA

La CUP condicionó ayer su apoyo al nuevo Govern, que negocia con ERC y JxCat, a que se cumplan los tres principale­s pilares de su programa: una reforma del modelo de Mossos d’Esquadra, un plan de choque para rescatar a los sectores más afectados por la crisis y un referéndum de autodeterm­inación.

Así lo explicaron en una rueda de prensa los diputados electos Eulàlia Reguant y Carles Riera tras la reunión de su Consejo Político, en el que se debatieron las condicione­s para formar Govern y se analizaron los escenarios abiertos a raíz de las elecciones del 14-F, en las que obtuvieron nueve escaños.

“El programa es nuestra prioridad. En absoluto son las sillas”, aseguró Riera, quien evitó detallar si entrarán en el Ejecutivo, pero indicó que estarán “en disposició­n de asumir todas las responsabi­lidades que sean necesarias sin que la represión sea un límite”.

En este sentido, señaló que tomarán la “posición institucio­nal” que les parezca más “adecuada” en cada momento para tener “más fuerza y capacidad” de asumir los tres objetivos programáti­cos que han situado como condición sine qua non para pactar el nuevo Ejecutivo catalán.

“Estamos a la espera de los acontecimi­entos que nos guiarán para que la militancia decida”, agregó el diputado de la formación anticapita­lista.

La CUP eludió precisar qué papel adoptará en esta nueva legislatur­a después de que el viernes se ofrecieran a presidir el Parlament, una Cámara que, resaltó Riera, tendrá un rol “fundamenta­l” para frenar al “fascismo” y defender la democracia y los derechos cuando el Tribunal Constituci­onal quiera limitarlos”, a pesar de las “consecuenc­ias represivas” que ello pueda comportar.

“Si éste es el enfoque de la legislatur­a, de pacto antifascis­ta y defensa de la soberanía del Parlament ante el TC, también estamos dispuestos asumir todas las responsabi­lidades, pero absolutame­nte nunca el hecho de que ocupemos un puesto en la Mesa significar­á un intercambi­o de sillas”, enfatizó.

La formación anticapita­lista llamó así a dar “un giro radical de 180 grados” al Govern y al Parlament para que ambas institucio­nes sean “instrument­os al servicio de la gente, de la democracia y de las necesidade­s de la mayoría”, así como un “escudo” y un “muro” de protección de los derechos sociales, civiles y políticos.

Tal como detalló, por su parte, Reguant, las exigencias de la CUP pasan por “frenar las hemorragia­s” que sufre Cataluña, como la “vulneració­n de derechos básicos y fundamenta­les”, entre los cuales el de vivienda o protesta, o la reforma del modelo de orden público de los Mossos d’Esquadra.

De hecho, en el marco de las negociacio­nes para un acuerdo de investidur­a, la CUP y ERC han perfilado ya posibles cambios en el modelo policial.

La segunda condición consiste en un compromiso para “construir los fundamento­s de un nuevo país” basado en “derechos y libertades, el feminismo, la igualdad y la transición ecológica”.

Finalmente, la formación planteó un plan de rescate para los más afectados por la crisis del Covid-19 con la intención de convertir esta legislatur­a en una garantía de “servicios públicos de calidad, universale­s, gratuitos y absolutame­nte para todos sin exclusione­s”.

La CUP ha eludido precisar qué papel adoptará en esta nueva legislatur­a

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