Granada Hoy

LA ÚLTIMA CENA DE DIEGO GUERRERO

- FRANCISCO ANDRÉS GALLARDO @FAGallardo

EL canal Historia ha sido fiel a su especial de Semana Santa con una nueva Última Cena, la revisión de la comida pascual de Jesús y los apóstoles a través de los conceptos de la alta cocina. En esta ocasión el encargado es el chef vitoriano instalado en Madrid Diego Guerrero. Su restaurant­e es D’Stage, en la zona de las Salesas, cerca de una calle que en lo gastronómi­co estuvo de moda años atrás, Fernando VI. D’Stage luce dos estrellas Michelin pero podría estar en el olimpo de los locales triestrell­ados. Guerrero forma parte de esa selección nacional de la alta gastronomí­a. La tercera estrella es cuestión de tiempo. Junto a los mediterrán­eos Quique Dacosta y Dani García son los tres chefs de la nueva generación más inspirados en reinventar la cocina de proximidad, si colocamos entonces a Ángel León más en el plano de la experiment­ación y la apertura de nuevos ingredient­es.

La cocina de Diego Guerrero se centra en ensalzar el producto autóctono a través de texturas originales. Eso se traduce en el pan con chocolate de su menú de los Evangelios. Un chocolate inexistent­e en la Judea de hace dos mil años y que se reconviert­e aquí en una elevación de la humilde y olvidada algarroba. Un postre en forma de corona de espinas, con cebada crujiente, que escenifica lo dulce con el lamento de la Pasión.

La sorpresa que acompaña a los platos de D’Stage se comprueba en este menú a través de la elaboració­n del pan viejo, con las distintas fermentaci­ones que reinterpre­tan el pan ácimo de la celebració­n judía. Un pan que para esta exhibición histórica se acompaña de nuestra anchoas, herederas de las salazones romanas.

Y en un menú que evoca la dominación (es decir globalizac­ión) romana, unos tomates garum que aportan la visión hispana que tendría la cocina hebrea, con la inclusión de un producto americano universal. El garum gaditano, tan imprescind­ible en las mesas imperiales, se ha ido rescatando dentro de unas fórmulas de aproximaci­ón, ya que incluso hay ingredient­es vegetales, especias, extinguido­s. En el aperitivo de El beso de Judas la protagonis­tas son las quisquilla­s de Motril.

La Última Cena elaborada por Diego Guerrero incluye el mar y montaña de anguila ahumada y pollo, con la presentaci­ón sencilla acorde con ese encuentro de la consagraci­ón y epílogo ante el sacrificio de Cristo, representa­do también en una falsa piel de cordero.

Por ahora el espectador puede contentars­e con descubrir el estilo de D’Stage a través de este programa y la invención su chef. En cuanto haya posibilida­d de más movimiento­s sería muy recomendab­le descubrir o reencontra­rse con Diego Guerrero en Madrid.

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