Un policía muerto en otro ataque en el Capitolio de un paranoico religioso
Noah Green, que fue abatido por los agentes, sufría alucinaciones e impulsos suicidas
Un policía falleció y otro resultó herido tras ser atropellados y atacados con un cuchillo por un asaltante, Noah Green, de 25 años, que fue mortalmente abatido junto al Capitolio de EEUU, en un trágico suceso ocurrido el pasado viernes que la Policía no consideró terrorismo y que se produjo apenas tres meses después del asalto violento al Congreso. El atacante embistió su coche contra una barrera de seguridad junto al Capitolio, salió del vehículo con un cuchillo en la mano y corrió a atacar a los dos agentes.
“Con gran tristeza anunciamos que uno de los agentes ha sucumbido a sus heridas”, anunció Yogananda Pittman, jefa interina de la Policía del Capitolio. Green fue disparado por los agentes tras salir del vehículo y esgrimir un cuchillo de manera “agresiva” contra ellos. Murió poco después en un hospital de Washington.
Justo después de la una de la tarde, la Policía del Capitolio envió un mensaje a las oficinas de los congresistas en el que alertaba de “una amenaza de seguridad externa” y señaló que las instalaciones quedaban clausuradas. Inmediatamente, hubo un enorme despliegue policial y de seguridad en los aledaños del Capitolio, en el centro de la capital estadounidense. El Congreso se encuentra en un receso por las vacaciones de Semana Santa.
Las informaciones hicieron revivir inmediatamente los trágicos acontecimientos del 6 de enero, cuando una turba de seguidores del ex presidente Donald Trump llevó a cabo un violento asalto al Capitolio, que dejó cinco muertos, y que ofreció unas imágenes inauditas en la historia reciente de EEUU. El lugar está blindado desde entonces, aunque hace dos semanas se habían retirado parcialmente algunas vallas.
El pasado mes la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, remarcó que “la amenaza de extremismo violento doméstico, particularmente de carácter racial y por extremistas antigubernamentales, no comenzó ni culminó el 6 de enero” al señalar que “el actual ambiente de elevada seguridad en la capital es una ilustración ello”.
Green, autor del último ataque, se debatía entre sus problemas mentales y su religiosidad, vinculada al islamismo, revelaron familiares y amigos. Según testimonios difundidos por The Washington Post, jugaba en el equipo de fútbol americano de la Universidad Christopher Newport antes de sentir en los últimos años una profunda religiosidad y sufrir episodios de una posible paranoia.
Los allegados de Noah indicaron que éste achacó sus problemas a sus ex compañeros de equipo y de habitación, a quienes acusó de drogarlo en 2019 con el medicamento psicotrópico Xanax, lo que le causó adicción a esta sustancia y síntomas de abstinencia. Sin embargo, un compañero indicó que esta versión no tenía que ver con la realidad.
Pero desde ese episodio y pese a que se mudó a su propio apartamento en Newport News, el joven siguió sufriendo alucinaciones, palpitaciones cardiacas, dolores de cabeza y pensamientos suicidas, relató su hermano Brendan, quien añadió que Noah se trasladó posteriormente a Indianápolis, según dijo inspirado por las drogas.
Fox News difundió información sobre el perfil en Facebook del atacante, donde publicaba fotos y vídeos de los mítines de la agrupación negra Nación del Islam y se identificaba como “seguidor de Farrakhan”, en alusión a Louis Farrakhan, líder de ese grupo separatista negro fundado en 1935 por Elijah Muhammed.