Condenado a un despacho
● El cuadro de Aurelia Navarro aún sin museo en Granada tras pasar por el Prado
El cuadro de Aurelia Navarro ha pasado de protagonizar la exposición Invitadas en el Museo del Prado a decorar (de nuevo) un despacho de la sede del Consejo Consultivo de Andalucía. La pieza, reconocida con la medalla de bronce en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1908, llegó el 31 de abril al Palacio de Bitabaubín. Lo ocurrido con el desnudo de la pintora local es una triste metáfora del lugar que ocupa la mujer en la sociedad actual: de formar parte de ella activamente durante un tiempo (por derecho propio) a verse reducida a un mero adorno, invisible a la vista de la mayoría.
De momento, la obra, que hasta el pasado 14 de marzo daba la bienvenida a los visitantes de la muestra de la pinacoteca madrileña, va a al sitio donde estaba. La Diputación no tiene previsiones de exhibirlo en uno de sus museos próximamente. La diputada provincial de Cultura Fátima Gómez reconoció a este periódico hace un mes que aún no saben lo que harán con él. Gómez señaló que Desnudo de mujer lleva toda la vida con ellos. “Se trata de un cuadro que tenemos conveniado con el Consejo Consultivo. Se encuentra en Bibataubín. No lo tenemos en un almacén. Hace mucho tiempo se quedó en la sede antigua de Diputación. Allí está. Cuando lo piden, autorizamos el traslado”, afirmó.
“Lo normal sería que la Diputación tuviera un sitio reservado para ese cuadro. Seguro que en
su colección tiene piezas maravillosas, pero ésta debería ocupar un lugar preferente. ¿Quién va a ver una obra a un sitio así? Allí se pasarán a hacer gestiones, no a ver una obra de arte”, criticó en febrero Antonio Navarro, sobrino de la artista que reside en Córdoba. Además del Prado, el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza también exhibió la pieza en
2014 dentro de la muestra María Luisa de la Riva (1859 - 1926) y otras creadoras de su tiempo.
“Su trayectoria artística fue tan breve como intensa, alcanzando su plenitud con apenas 25 años para, posteriormente, abandonar la que hubiera sido una prometedora carrera”, resume Magdalena Illán Martín, profesora de la Universidad de Sevilla. Navarro se atrevió a desafiar a la sociedad misógina del siglo XIX: fue una de las primeras artistas en retratar un desnudo (y además inspirado en la Venus del espejo de Velázquez). Su negativa a ser el prototipo de mujer de la época lo pagó caro: dejó la pintura y a los 40 años se hizo monja.
La familia de Navarro aseguró a este periódico que le encantaría mostrar el legado de la pintora por primera vez en la ciudad que la vio nacer. “Ojalá toda la obra de mi tía se pueda ver en Granada y esta ciudad sea el primer sitio en exponerla. Ella era granadina. La mayor parte de su vida la vivió entre la ciudad y los conventos. En Córdoba (donde murió en 1968) estuvo muy poco tiempo”, argumentó su sobrino. ¿Responderán las instituciones públicas o privadas a su petición? ¿Se podrá ver pronto el famoso cuadro? Muchos se lo preguntan en vista de lo ocurrido en el último año.