El secreto de la eterna juventud de Molina
El ariete del Granada dice que la clave de su rendimiento está en el ayuno intermitente
Jorge Molina. A punto de cumplir 39 años. Futbolista, emprendedor y empresario. En menos de seis meses, suma once goles y cinco asistencias en más de cuarenta partidos ya jugados. Dice que la clave es la ilusión. Que le encantan la tensión y los nervios de los encuentros.
Pero en su brillante longevidad deportiva hay un secreto. Está en la alimentación. Y es el ayuno intermitente que realiza desde más de un año y medio. Muchos días se pasa 16 horas sin comer y de vez en cuando alcanza las 24. Desde que lo hace está mejor que nunca. Una de las estrellas del ‘EuroGranada’.
El de Alcoy descubrió el ayuno intermitente cuando militaba en el Getafe. A través de un compañero conoció al nutricionista Endika Montiel, que trabaja mucho con una técnica que no consiste en comer menos sino en distribuir un poco más en el tiempo las ingestas de alimentos.
“Yo al principio pensaba que no iba a poder hacerlo porque a mí me ha gustado siempre mucho comer, pero lo he experimentado y las sensaciones son buenísimas. Lo hago a diario, me viene muy bien y me está ayudando mucho”, indica Molina. No le da demasiada importancia a este ayuno intermitente al afirmar que “es algo que hace todo el mundo mientras duerme”, ya que “si cenas un poco antes y desayunas más tarde, ya estás haciendo un ayuno de doce horas, que es un principio para ir adaptándote”.
Jorge Molina lo practica casi a diario, forma parte de la eterna juventud que vive. Según el día y la semana “varía un poco” y hace “un ayuno un poco más prolongado o un poco más corto”.
Es importante contextualizar el término corto. “El que hago más a menudo es el de 16 horas. Ceno por la noche y a la mañana siguiente me tomo un café, con eso entreno y a mediodía almuerzo. Si algún día lo considero oportuno hago 24 horas, de cena a cena”, expone con total naturalidad.
No se conforma con dar clases sobre el terreno de juego con un balón de por medio. También lo hace para explicar lo que se busca con el ayuno intermitente: “Es dar a diferentes partes del cuerpo su tiempo de reposo, que no esté todo el tiempo trabajando en digestiones y demás. No tiene que ver con el peso, los nutrientes los aportas igual, lo diferente es la distribución de las comidas”.
Varias son las causas que están detrás de esta longevidad deportiva. Para el punta rojiblanco, que el próximo año cumplirá los 40 como jugador del Granada porque tiene un año más de contrato, “la alimentación es importantísima” y, por eso, el “asesoramiento nutricionista” que recibe le ayuda “muchísimo”.
Por si acumular más de dos mil minutos de juego y ser el futbolista más determinante del equipo en ataque fuese poco, hay otro dato revelador. Es el único miembro de la plantilla, porteros incluidos, que ha estado disponible en los cerca de cincuenta partidos que acumula ya el Granada esta campaña. Lo justifica a su manera.
“He sido un afortunado toda mi vida, he tenido muy pocas lesiones y no he tenido nunca una rotura muscular. Soy un afortunado y toquemos madera para seguir así y estar disponible para cuando el míster lo vea oportuno”, argumenta.
“Con la edad vas conociendo más tu cuerpo, sobre todo lo que te viene mejor en lo relacionado con los ejercicios complementarios o a la hora del trabajo preventivo”, sostiene Jorge Molina.
Dice que vive “por y para el fútbol”, aunque en su vida le ha dado tiempo a hacer muchas más cosas que marcar goles, dar asistencias y tirar desmarques.
Por ejemplo, demuestra sus conocimientos nutricionales contando que, con su edad, “el porcentaje de grasa que tienes es muy bajo, por lo que lo ideal es mantener el peso, intentando bajar algo esa grasa y cogiendo más musculatura”.
Jorge Molina alcanzará este mes de abril las 39 primaveras. Lo celebrará con el Granada enfrentándose, entre otros, al Barcelona o al United, con el que cayeron en Los Cármenes este jueves (0-2). Y sin desayunar.