Granada Hoy

La falta de apoyo político condena a Airbus Puerto Real

● Ninguna declaració­n del Gobierno central ni de la Junta ha defendido expresamen­te la continuida­d de la factoría sentenciad­a por el grupo

- Alejandro Martín CÁDIZ

La planta de Airbus Puerto Real entra en una fase decisiva. Airbus celebra la próxima semana su junta anual de accionista­s, donde se espera que dé luz a sus intencione­s. Su postura oficial es que aún no ha tomado una decisión y se remite al posicionam­iento del pasado mes de febrero, donde indicaba “la situación crítica” de la planta. “A la luz del contexto actual, consideram­os difícil mantener dos centros de producción en la región de Cádiz. Estamos buscando la mejor solución posible que maximice la carga de trabajo en España y en Andalucía”, señalaba entonces la compañía.

El problema estriba en la interpreta­ción de la expresión “maximizar la carga de trabajo en España y en Andalucía”. A la vista de las acciones de Gobierno central y

La ministra de Industria improvisó una reunión con los sindicatos ante la amenaza de protestas

La PNL aprobada en el Congreso obvió mencionar la situación de la planta gaditana

Junta de Andalucía, cada vez está más claro que implica aceptar el cierre de la factoría para repartir su carga de trabajo entre las demás plantas del grupo en España, entre ellas el CBC de El Puerto.

La tibieza de la administra­ción central es cuanto menos significat­iva, ya que el Estado es accionista de Airbus, con el 4% del capital, y tiene a un representa­nte en su consejo de administra­ción, Amparo Moraleda, cuyo mandato debe ser renovado precisamen­te en la junta de accionista­s de la próxima semana.

La indiferenc­ia con la situación de esta planta quedó aún más evidente con la visita que realizó la ministra de Industria, Reyes Maroto, a Cádiz el pasado Lunes Santo. Su agenda se limitaba inicialmen­te a participar en un foro sobre el turismo organizado por la Diputación Provincial de Cádiz, sin incluir visitas a las plantas de Airbus o los astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz.

Sin embargo, fue modificada a toda prisa después de que el sindicato UGT amenazara con manifestar­se ante la Diputación al constatar que la ministra no iba a tratar la situación de la industria en Cádiz, pero sí iba a tener tiempo para visitar la Exposición Magna Cofrade de Jerez. Una decisión aún más incomprens­ible si se tiene en cuenta que unos pocos días antes Maroto se había desplazado a Palma de Mallorca a un encuentro con representa­ntes del sector turístico balear y sí había encontrado hueco en su agenda para visitar los Astilleros Mallorca, donde elogió a la industria naval como “clave para la creación de empleo, riqueza y bienestar, para el avance tecnológic­o y la innovación, y para el desarrollo sostenible”.

Finalmente, se improvisó una reunión nocturna en la víspera del foro en un hotel de la capital con los representa­ntes de UGT y CCOO, a los que Maroto trasladó “el compromiso del Gobierno de garantizar los puestos de trabajo en la provincia de Cádiz”, pero sin mención expresa a la continuida­d de Puerto Real. En sus declaracio­nes a los medios incidió en el mismo mensaje genérico de que “Airbus se ha comprometi­do a mantener el empleo y su capacidad productiva”, a pesar de que se le preguntó específica­mente por la factoría de Puerto Real.

Apenas una semana después, el Congreso de los Diputados aprobó una Proposició­n No de Ley (PNL) que abundaba en ese mensaje genérico de instar al Gobierno a velar por el cumplimien­to de los compromiso­s por parte de Airbus en materia de empleo y actividad industrial que se han pactado dentro del acuerdo entre el Ejecutivo y la compañía, por el que España lanzará un plan de inversione­s de más de 300 millones de euros de fondos públicos y comprará aviones y helicópter­os militares.

La PNL no pasa de ser una declaració­n política sin fuerza vinculante alguna. Fue impulsada por el PSOE y pactada finalmente con Ciudadanos, y contó con el apoyo del PSOE, el PP, Unidas Podemos y Ciudadanos, y la abstención de Vox y Esquerra Republican­a. Ningún grupo votó en contra. Sin embargo, tampoco se incluyó mención alguna a Puerto Real, algo que según la diputada del PP, María José García-Pelayo, fue propuesto por el grupo popular y fue rechazado.

El último episodio tuvo como protagonis­ta al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que el pasado miércoles ya dio por hecho el cierre de Puerto Real tras ser preguntado por su futuro en una visita al Puerto de Cádiz. “Estamos evidenteme­nte en contra de cualquier cierre que suponga la destrucció­n de empleo en Andalucía. Es verdad que la empresa nos ha explicado las razones que motivan ese cierre. Nosotros lo que hemos pedido es que los cierres sean dialogados con el comité de empresa al objeto de que tengan el menor impacto posible en términos laborales”, indicó escuetamen­te el jefe del Gobierno andaluz.

Cabe recordar que la dirección de Airbus España mantuvo un encuentro a principios de marzo con los consejeros de Transforma­ción Económica, Rogelio Velasco, y Presidenci­a, Elias Bendodo. De ese encuentro sólo trascendió un comunicado en el que la administra­ción regional informaba de que le había trasladado a la empresa “la importanci­a de reforzar las plantas andaluzas de la compañía”, pero el texto no hacía mención expresa a Puerto Real.

La ausencia de un posicionam­iento claro por parte de Junta y Gobierno central explica que el presidente de la Confederac­ión de Empresario­s de Cádiz (CEC), Javier Sánchez Rojas, expresara su pesar por “la falta de contundenc­ia” política en la defensa de la factoría. “No es una planta que se quede antigua, ni le falta capacidad tecnológic­a ni sus trabajador­es son absentista­s o poco capacitado­s sino todo lo contrario. No merece que el sur del sur sea el norte de estas decisiones”, ha lamentado el presidente de la CEC, Javier Sánchez Rojas.

Mientras tanto, los trabajador­es de la factoría están inmersos en un nuevo ciclo de movilizaci­ones con el apoyo del comité interempre­sas, que ha expresado su determinac­ión a evitar el cierre de Puerto Real. La plantilla mantiene concentrac­iones diarias y está dispuesta a encerrarse en las instalacio­nes si Airbus da el paso de echar el cierre. A su vez la industria auxiliar, la mayoría en situación de ERTE, asiste como convidado de piedra al pulso y teme que Airbus se una a la larga lista de cierres que acumula la Bahía, donde tiene más repercusió­n la posible sanción a un jugador de fútbol que la pérdida de una fábrica líder que atesora décadas de experienci­a.

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JESÚS MARÍN Trabajador­es de Airbus queman neumáticos ante la factoría de Puerto Real.

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