Una parada clave en Pucela
● El equipo rojiblanco visita este domingo al Valladolid, antes del histórico partido del jueves en Manchester, en busca de un triunfo que le otorgue la permanencia virtual en Primera
más, por una mujer, que encima es esposa y madre. Apenas da crédito a ese aluvión reaccionario, y casi absurdo por su falta de consistencia: “Los sectarios se han hartado de llamarme sectaria naturalista (...) Lo malo de lo vulgar no es ser cosa de muchos sino de los peores, que son muchos”.
El resultado es que José Quiroga, el abogado carlista con el que se casó a los 16 años, le pide que se retracte públicamente y deje de escribir. Con la resolución de siempre, se separará amistosamente del marido y reforzará su nueva autonomía convirtiendo su literatura en salario y sustento. Como mera consecuencia de su tesón por arrancar derechos individuales y espacios de igual-dad, a partir de la separación tendrá una relación de amante que durará tres años con Pérez Galdós, y otras más esporádicas como la que tuvo con Alcalá Galdiano. Gracias a que se han conservado las cartas que ella escribió a Galdós, podemos ver cómo el amor le dio a doña Emilia un sentido de la completud, de la totalidad, que quizá nunca antes sintió con tanta intensidad. Se trataría de otra variante más de ese afán, tan suyo, de entrar en la realidad para poder apropiársela y luego compartirla. De ese modo, en una ocasión le escribe: “Hay en mí una vida tan afectiva y física, que puedo decir sin mentir que soy toda tuya”.
Será Pardo Bazán para toda una generación de intelectuales motivo de ese oscuro resquemor generado porque alguien pueda remover la tierra de los beneficios, tan gratuitos, de la masculinidad. La llamarán “mujer que es mucho hombre”, dotada de una “inteligencia macho”, que “practica el marimachismo”, mujer que “escribe a lo hombre o quizá como un escritor afeminado”, hembra que “se ponía los pantalones para escribir”, “dama obispal de la literatura española”. Debajo de esos clichés, vive una sociedad de indigencia intelectual que “habla”, como dice doña Emilia, “con frases hechas, igual que piensa con pensamientos hechos”, y una mujer que tuvo la superioridad de saber que la cultura se levanta a pulso y que no hay vida plena fuera de ella.
Desde niña, siente su aprendizaje como la materia para armar la vida. Hay algo conmovedor cuando rememora las tareas que se impone, su modo solitario de aprender, su autodidactismo desesperado, un esfuerzo sin referencias claras a no ser de las que quiere huir: de la enseñanza superficial, ortopédica o menor, destinada a las personas de su sexo. “Hoy la educación de la mujer no puede llamarse educación sino doma, pues se propone por fin la obediencia, la pasividad y la sumisión”.
“Tuve que trabajar tremendamente para formarme, no teníamos universidad, habría que haberse vestido de hombre [como Concepción Arenal] para asistir a las clases. Tuve que trabajar casi cinco veces más que un hombre para tener una educación equiparable”.
“Comprendiendo que la educación que poseía no podía ser más ligera y más mal fundada, mi educación era a la violeta, y mis lecturas, por lo desordenadas, mejores para confundirme que para guiarme, fue un trabajo duro e infructuoso al principio y que ejercí completamente sola, el de ponerme a leer con fruto y escalonando y enlazando, llenando aquí y allá los huecos de mi superficial instrucción”, escribió.
Su vida y obra, en fin, fueron tan abundantes y excesivas, tan claramente excepcionales, que podemos decir que fue esto, más que la independencia de su carácter, lo que la condenó sin remedio a la transgresión y a la soledad. Le tocó vivir en la Restauración borbónica, donde dominaba el techo de la precariedad intelectual y del machismo satisfecho, que supuso una condena para alguien que encaminó gran parte de su actividad a una conquista del conocimiento y a un empuje continuo por ampliar espacios, derechos, modos de actuación.
El 21 de mayo se cumplirá un siglo de la muerte de esta mujer de laboriosidad y curiosidad admirables que, al parecer, no dejó de multiplicarse para que le cundiera más la vida. Si miramos atrás, no tenemos hoy más remedio que celebrar todas esas vidas de doña Emilia, porque no sólo glosó lo esencial de la vida con su obra sino que su vida fue también una obra, un trabajo de construcción de una realidad mejor, más igualitaria y más libre. Un siglo es nada, porque aquí permanece doña Emilia, inmersa todavía en el vasto latido de la realidad, abriendo no sólo las ventanas de la España mohosa de la Restauración sino también las del presente, llenándonos todavía de preguntas doña Emilia, aún comiéndose el mundo, aún llenándonos de mundo.
Su vida y su obra fueron tan abundantes y excesivas que la condenaron a la soledad
Entre United y United, Pucela. Antes del histórico partido del jueves en Manchester, parada este domingo en Valladolid.
El Granada visita esta tarde (18:30 horas) al conjunto dirigido por Sergio González, con el objetivo de sumar puntos que le acerquen a la permanencia, objetivo de la temporada y que rozaría de forma virtual si consigue el triunfo.
El equipo entrenado por Diego Martínez se encuentra en una situación desahogada en la clasificación, pero quiere alcanzar la salvación cuanto antes para evitarse sustos finales.
Los resultados del sábado, mirando para abajo, le fueron bien. Una victoria hoy colocaría a los rojiblancos con trece puntos de ventaja sobre el descenso y con doce sobre el cuadro pucelano, mientras que una igualada también sería un buen resultado para ampliar en un punto más la renta sobre los últimos y mantener la que tiene con el Valladolid, rival directo en la verdadera pelea del curso, la de la salvación.
El Granada llega al partido en una mala dinámica como visitante, ya que acumula ocho partidos seguidos de LaLiga Santander sin ganar, con seis derrotas y dos empates. No vence fuera desde que lo hiciera en Elche. Y ya ha llovido.
Además, el hecho de afrontar el encuentro en Pucela entre los dos de la eliminatoria de cuartos de final de la Liga Europa contra el Manchester United, el de ida que perdió el jueves por 0-2 y el de vuelta que disputará el siguiente jueves en Old Trafford, provocará que el técnico haga muchas rotaciones y conforme un once inicial integrado en su mayoría por jugadores que no fueron titulares en el encuentro del pasado jueves en el Nuevo Los Cármenes.