ESTE VERANO NOS LA JUGAMOS
ESTA semana he escuchado al presidente Juanma Moreno que “perder este próximo verano” desde el punto de vista turístico “sería catastrófico”. ¡No le falta razón! Mientras, el presidente del Gobierno no va a prorrogar el estado de alarma sorprendiendo así a las comunidades autónomas. Motivo por el cual vamos a vivir una situación muy delicada sin garantías jurídicas para mantener las restricciones y una relajación ciudadana.
Esta pandemia nos está afectando de forma durísima. Sufrimos la gran deuda del Estado que trata de maquillar sus cuentas para convencer a Europa de la necesidad de las tan cacareadas ayudas que no llegan. El Banco de España ya ha rebajado sus estimaciones de crecimiento del PIB para este año, ocho décimas menos que en diciembre, como consecuencia de los rebrotes de la Covid y por el retraso de los fondos europeos. Sufrimos, igualmente, el crecimiento de la morosidad, así como la caída del consumo y de la actividad económica en general. Todo ello significa la desaparición continua y rápida de autónomos, de pequeñas, medias y grandes empresas con el esfuerzo que ha costado crearlas, formar a su personal –el auténtico y mayor activo de toda empresa– y la tragedia de tantos sueños rotos.
Este es el panorama real visto por un testigo privilegiado de la perspectiva empresarial y económica de Granada y Andalucía, tras más de veinte años de experiencia y de contacto directo con el tejido productivo donde he aprendido muchas lecciones. Tal vez las más importantes sean las de: llamar a las cosas por su nombre; analizar los errores y aciertos de los demás y propios con el mismo rasero; no hacerse trampas en el solitario ni creerse en posesión de la verdad absoluta y, sobre todo, que para resolver un problema lo primero es definirlo correctamente y luego aceptarlo con serenidad. ¿Verdad, presidente Sánchez?
Por este motivo, debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para llegar a este verano con el mayor número de inmunidad posible y poder atraer turistas para salvar al sector servicios, gran generador de nuestra riqueza y empleo. Defender la supervivencia de nuestras empresas, mantenerlas vivas y competitivas es la mejor aportación que podemos hacer a nuestro país. España necesita hoy a sus empresarios más que nunca. Hechos, no palabras.
Para resolver un problema lo primero es definirlo correctamente y luego aceptarlo con serenidad