El Supremo permite a Lula enfrentarse a Bolsonaro por la Presidencia en 2022
● El ex presidente es posible candidato tras ser anulados cuatro juicios: “Estoy listo para la pelea”
El ex mandatario brasileño Lula da Silva ha recuperado sus derechos políticos y se convierte en potencial candidato presidencial para 2022, con algunos sondeos que lo sitúan como favorito frente al actual gobernante, Jair Bolsonaro. En una sentencia que no lo exculpa, el Tribunal Supremo anuló cuatro juicios que cursaron contra Lula en Curitiba por un conflicto de competencias y decidió que las causas deberán reiniciar en otros juzgados, con lo que dejó sin efecto las penas de casi 26 años de cárcel que pesaban en su contra.
“Se trata de otra decisión del Supremo que restablece la seguridad jurídica y la credibilidad del sistema de justicia del país”, declaró ayer el abogado Cristiano Zanin, jefe de la defensa del ex mandatario, sobre un fallo que también le devuelve a Lula su derecho a aspirar a cargos electivos.
En ese mismo sentido, se pronunciaron todos los partidos del arco progresista, que en algunos casos llegaron a insinuar que Lula será candidato presidencial en 2022. El más claro fue el gobernador del estado de Maranhao, Flavio Dino, barajado hasta ahora como posible candidato presidencial para 2022 por el Partido Comunista do Brasil (PCdoB), pero quien dijo después de la sentencia que, si le fuera propuesto, “sería un honor aspirar a la vicepresidencia” en una fórmula encabezada por Lula.
El ex mandatario no termina de aclarar nada en ese sentido, pero sí empieza a dar algunas pistas sobre sus intenciones. “Yo estoy vivo, entero, tengo una energía de 30 años y estoy listo para la pelea. Si es necesario para derrotar a un fascista como Jair Bolsonaro, seré candidato a presidente”, declaró Lula a la emisora argentina C5N.
Además, algunos sondeos ya consideran su posible candidatura de cara a las elecciones previstas del 2 de octubre de 2022 y hasta lo sitúan como claro favorito frente a Bolsonaro, cuya popularidad está en caída en parte por su errática gestión de la pandemia.