La artista Kate Daudy da voz a los refugiados sirios en el Centro Caja Granada
La artista reflexiona sobre identidad y hogar en condiciones extremas con una gran instalación
“Mi hija de 15 años y su hijo de siete años fueron asesinados. La hija de mi hijo perdió una pierna con tres años. Mi nieto envejecido perdió una mano. La casa de mi familia fue destruida”. Es uno de los testimonios estampado con letras de fieltro en la instalación de la artista visual Kate Daudy, que desde ayer se puede ver en el Centro CajaGranada. La creadora británica elaboró su obra a partir de una tienda de campaña, hogar de una familia siria, y de una serie entrevistas que hizo a personas desplazadas en los campos de refugiados de Azraq y Zaatari, en Jordania. Zaatari, el amargo retrato de la diáspora siria tras diez años de guerra, es el segundo campo de refugiados más grande del mundo.
Tienda de refugiados airea las “desgracias” que se suceden en estos espacios a través de la carpa de grandes extensiones y los testimonios de personas de los campos de Azraq y Zaatari estampados con fieltro. Además de algunas palabras esperanzadoras como coraje y perseverancia cosidas en la pieza. Daudy reflexiona así sobre la identidad y el hogar en condiciones extremas en su instalación. El proyecto de la artista, reconocida por su trabajo de exploración y revaluación de la experiencia humana en el contexto del mundo natural y por sus intervenciones escritas en espacios públicos y privados, se sumerge de esta forma en la realidad de la vida en un campo de refugiados.
La muestra, abierta al público hasta el 9 de mayo, fue presentada por el director de CajaGranada Fundación, Fernando Bueno; el director de la organización AIDA, Javier Gila; y la propia artista. La exposición gira en torno a una tienda de refugiados real, proveniente del campo de Zaatari (Jordania) y convertida ahora en una obra artística. Sobre la lona de la tienda figuran las frases que personas refugiadas pidieron a Daudy que transmitiera al mundo, junto con datos y cifras que ayudan a los visitantes a ponerse en la piel de estas personas desplazadas.
Para hacerlo, ha utilizado su particular estilo, recortando y pegando cada letra de fieltro. La tienda es visitable y se acompaña de numerosas infografías. Daudy usó la malva real como inspiración. La flor, todo un símbolo cultural en Oriente Medio, a menudo plantada por familias de refugiados para embellecer su entorno transitorio.