Granada Hoy

El Covirán pierde en el cancha del Leyma Coruña (82-66)

● El conjunto de Pablo Pin cae de forma clara en Coruña y pierde el basket ‘average’ y la segunda plaza ● Los nazaríes arrancan bien el duelo pero se diluyen con el paso de los minutos

- Enrique López

Un sólo cuarto. Eso fue lo que aguantó el Covirán Granada en tierras gallegas ante un Leyma Coruña que le arrebató la segunda plaza de la tabla en esta fase de clasificac­ión fruto de su mayor concentrac­ión. Los rojinegros no aguantaron el ritmo físico de su rival y en un mal partido colectivo, con hasta 19 pérdidas, rompieron su racha de cuatro victorias seguidas.

La puesta en escena de los de Pablo Pin fue buena. Con una circulació­n en ataque muy fluida y liderados por Lluís Costa, los nazaríes mandaron en el electrónic­o desde el inicio. La dupla que formó el base catalán con Alex Murphy fue la principal arma del Covirán para imponer su ritmo. A ello se le sumó que en poco menos de tres minutos Zach Monaghan, el máximo anotador del conjunto naranja, cometió dos faltas personales teniendo que ser cambiado por Gaizka Maiza, que respondió y fue el que despertó a los de Sergio García del letargo ofensivo.

Las diferencia­s de los granadinos no eran excesivas pero sí se les vio cómodos sobre la cancha. Las posesiones eran muy cortas porque el acierto en los lanzamient­os invitaba a ello. Sin Bortolussi, que no jugó por problemas físicos, Pin le dio oportunida­d al mexicano Moisés Andriassi, que apenas había contado con 4 minutos desde su llegada a Granada. El escolta ayudó en defensa pero el Leyma La Coruña ya no era el mismo que en el inicio. Poco a poco fue apretando el marcador gracias a la aportación de sus hombres de banquillo, llegándose al final de los primeros diez minutos con un punto de renta para los visitantes (18-19).

No pudo comenzar mejor el segundo acto para el Covirán, que con un triple de David Iriarte a pase de Andriassi, pretendía seguir con su línea de acierto de los primeros diez minutos. Pero nada más lejos de la realidad. Todo lo bueno que hicieron en ese tiempo se convirtió en precipitac­ión, malas decisiones, errores en lanzamient­os liberados y, sobre todo, muchas pérdidas que permitiero­n a los gallegos correr y anotar con comodidad.

Un parcial de 8-0 volteó el marcador y a partir de ahí el dominador fue el cuadro local. De hecho, en seis minutos, únicamente anotaron los de Pin dos tiros libres por medio de Lluís Costa, además del triple de Iriarte. Ello provocó que se parara el choque para tratar de frenar la sangría atrás. El equipo nazarí perdió la concentrac­ión y el más claro ejemplo fue Thomas Bropleh.

El escolta norteameri­cano directamen­te no estuvo en el partido. Todo lo hizo mal para desesperac­ión de su entrenador que lo mantuvo en pista incomprens­iblemente pese a sus siete pérdidas. Sobre todo porque Coruña, con un Gary McGhee dueño de la pintura y con Maiza acertado en el exterior, fue aumentado su ventaja hasta alcanzar los 14 puntos, que fue la renta con la que se llegó al descanso (4228) tras un nuevo parcial de 8-0. Y eso que desde la línea de tres no estuvieron nada acertados, con un 1 de 11 al receso. Pero la producción ofensiva de los granadinos se redujo a la anotación de tan sólo cuatro de los once jugadores que pisaron el parqué y sólo dos canastas en juego. Muy pobre.

Era complicado hacer un peor cuarto pero los rojinegros se superaron negativame­nte. En apenas 1:43, perdieron tres balones (alcanzaron las 16 en poco más de 20 minutos) permitiend­o a su rival anotar fácil y alcanzar, en un pispas, los 20 puntos de renta tras un 8-2. Pablo Pin no daba con la tecla y se vio obligado a pedir tiempo muerto en busca de una reacción de sus jugadores. Los sistemas en cancha delantera no existían y cada uno hizo la guerra por su cuenta. Únicamente Fall pareció tener algo de orgullo y se echó al equipo a su espalda ante la desaparici­ón del máximo anotador del equipo (Bropleh) o de Christian Díaz, entre otros.

Tras 26 minutos, el de Denver anotó sus primeros dos puntos y dejó a 14 puntos abajo al Covirán. Pero Sergio García no quería ningún tipo de relajación y pidió tiempo muerto aunque la sensación no era precisamen­te que su equipo estuviera jugando mal. Todo lo contrario. La defensa en zona pareció dar resultado y se llegó a bajar de los diez puntos pero Javi Vega tiró de calidad para mantener a cierta distancia al Covirán (62-49).

En el último periodo y con 13 abajo, había que hacer muchas cosas bien para remontar. Pero no era el día. El intercambi­o de canastas no ayudó a acercarse en el electrónic­o y conforme fueron pasando los minutos, el único objetivo era tratar de ganar el diferencia­l particular. En el Palacio de Deportes se ganó por nueve, y aunque se estuvo cerca de dicha cifra, los gallegos no se relajaron y con un triple de Dago Peña finiquitar­on un partido en el que Bropleh anotó cuando ya no hacía falta su primer lanzamient­o de tres. Se cayó, perdió el average y la segunda plaza. Y encima, como castigo, 1.016 kilómetros en autobús para regresar a casa.

Los rojinegros acusaron el mal partido de Bropleh que sumó siete pérdidas

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CÉSAR QUIAN / LA VOZ DE GALICIA Alex Murphy intenta evitar una canasta en una entrada de Dago Peña.

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