Fallece ‘El Risitas’, icono de los programas de Jesús Quintero
Juan Joya fue descubierto en ‘El vagamundo’ en 2000 En septiembre sufrió la amputación de una pierna y ha muerto en Sevilla a los 65 años
F. A. Gallardo
Juan Joya El Risitas, un personaje popular en España pero también en otros países por vídeos virales a raíz de sus apariciones en el programa de Jesús Qiuintero, fallecía ayer en Sevilla, a los 65 años, al agravarse sus dolencias derivadas de una grave diabetes.
En el pasado septiembre le fue amputada una pierna y fue ingresado en Huelva. Estaba asistido desde entonces en el Hospital de la Caridad sevillano y el empeoramiento en los últimos días obligó a su traslado al hospital Virgen del Rocío, donde murió ayer a las ocho de la tarde.
El Risitas, nacido en Sevilla en 1956, vecino del Polígono San Pablo, fue descubierto por el empresario y cantaor José Pérez Blanco, Pepe Peregil, como cliente de su bar y lo llevó en el año 2000 al programa de entrevistas de Jesús Quintero, El vagamundo, en Canal 2 Andalucía, que posteriormente se llamó Ratones coloraos al pasar a Canal Sur. En ese momento llamó la atención de inmediato por su característica carcajada aguda y sus incontables anécdotas. En aquella primera noche habló de un accidente que le afectó el “melinque”, según el “médico florense”, y estaba a la espera de cobrar el seguro por el atropello de un Renault Clio.
Junto a su “cuñaooo”, Antonio Rivero El Peíto, formó un dúo digno de Buñuel, e intervinieron en sucesivas noches. Su alusión al familiar se convirtió de inmediato en expresión popular. El Peíto falleció en 2003 a los 44 años de un ictus. El Risitas prosiguió en solitario y apareció en numerosas entregas de Quintero, tanto en Canal Sur como en TVE, cuando ya era un fenómeno nacional. Su aparición en Telemadrid y a través de los primeros soportes para compartir vídeos lo elevaron a personaje conocido en toda España, con imitadores de sus frases, pero también fuera de nuestras fronteras. Esa popularidad se tradujo en apariciones en spots publicitarios y sobre todo en memes, da igual en el idioma de los subtítulos, donde se soltaba la imaginación de lo que podía contar.
Su experiencia y popularidad le llevaron incluso a intervenir en la tercera entrega de Torrente, fichado por Santiago Segura en una auténtica selección nacional de frikis como guardaespaldas de comedia.
Era un personaje popular en Punta Umbría, su lugar de veraneo, donde extendía su faceta de buscavidas, un bohemio en sí mismo y una fuente continua de anécdotas, como expresaba a Quintero en el luminoso confesionario del plató. En las vacaciones de 2019 apareció en el matinal de La 1 y también en Zapeando, donde lucía su nueva dentadura postiza completa tras haber sido durante años icono con su imagen rotundamente mellada. El programa Tesoros de la tele rescataba hace dos semanas El Loco de la colina, el nombre del programa de Quintero en La 1, y apareció una de esas charlas con Juan Joya.
En Estados Unidos sus parodias en subtítulos son memes virales. En Francia sigue siendo una figura popular con el nombre de “Issou”, traslación del
“Jezuú” con que el sevillano se dirigía a su anfitrión. Allí, con miles de memes, se comparte todo lo que suene a “Issou” y es una complicidad entre nuestros vecinos aun sin traducir qué es lo que decía. Es un motivo de guasa para todo el mundo menos para los de la población de igual nombre, unos 3.000 paisanos al norte de París que están hartos de las bromas sobre “Issou”.
En Finlandia, debido a esa popularidad por su risa, protagonizó otro memorable spot, promocionando una pizza local. Los vídeos de El Risitas también se hicieron virales en Egipto, en 2014, en unas parodias lanzadas por la organización islamista Hermanos Musulmanes.
LA roteña Vero, la guardia civil gaditana de MasterChef, es la mujer más formal y concentrada que vieron las cocinas de La 1 y cuando en torno a ella revolotea Ofelia, con sus sobreactuados impulsos, se siente capaz de arrearle un bofetón hasta ponerla en posición de firmes. Porque aguantar a esta dispersa compostelana es faena titánica como se ratificó este martes. “Muy intensa” la resumió la agente afectada .
Y cuando se perfilaba como la lógica eliminada del día se salvó al copiar la mantequilla con trufa de Arnau, el sobrado concursante catalán, que de la euforia en la prueba inicial terminó sufriendo en la eliminatoria. Se vino arriba en los exteriores marítimos gijoneses y cuando fue cambiado de equipo como capitán terminó desencantado entre Ofelia y compañía. De propina ella le copió la pringue aromatizada. Para el desafío cremoso apareció el chef jerezano Juanlu Fernández, de Lu, un fan de la mantequilla más grande que Marlon Brando y que ha fusionado el estilo francés con las recetas andaluzas tornando la manteca colorá y el aceite de oliva por el producto lácteo.
En el segundo reto de eliminación Álex, autocalificado de bombón, no pudo arrancar una tarta Sara y cayó con estrépito. Ahí es donde se salvaron la abnegada benemérita y el copiado Arnau. María, la de Tomelloso, se las vio con el deportista Álex con un lenguado a la menier y el de Barcelona fue el expulsado por dejar crudo el pescado bañado en mantequilla.
Fran, el camarero de Cuenca que parece un vecino de Alcafrán, fue el hombre de la noche. Hizo un plato desastre en la primera prueba, ante El Monaguillo y con dos juniors sensacionales, Manuel y Mario, y se le endosó el delantal negro, que lo mandaba al patíbulo. En lugar de arrugarse o tomarse la prueba exterior con mosqueo, su generosidad fue tal que hizo rectificar el castigo, piropeado por jurado y compañeros. Un tipo módelico, currelante, asombroso. Sí, todo lo contrario, en las mismas circunstancias el pasado año, que la pajarera Saray.
Su “cuñaooo”, ‘El Peíto’, falleció en 2003 a los 44 años y él prosiguió en solitario con sus charlas