Granada Hoy

Un líder en el alambre

● La bipolarida­d en las últimas jornadas define a un Atlético salvado por las individual­idades ● Cita clave en el Camp Nou, donde nunca ganó Simeone

- Iñaki Dufour (Efe)

Los vaivenes y la inconstanc­ia, en esa apariencia bipolar de las últimas jornadas, describen el momento del Atlético de Madrid; un líder en el alambre, salvado por Oblak frente al Alavés, por Renan Lodi ante el Huesca o por el palo ante el Elche, camino de jugarse la Liga en el Camp Nou, donde sólo la victoria le garantiza no depender de nadie más que de sí mismo.

La resistenci­a de la que habló Diego Simeone después del 1-1 contra el Betis es hoy superviven­cia, después del 0-1 con el que se impuso en el estadio Martínez Valero, del que salió indemne por la intervenci­ón de un poste decisivo, cuando Fidel estrelló contra él su pena máxima, entre la estirada hacia ese lado de Jan Oblak.

Fue la consecuenc­ia del recurrente paso atrás, entre la duda de si responde a una intención asumida o a la inercia del encuentro a favor, si es más por decisión propia, como pareció en el Martínez Valero, incluso con algunos cambios en ese sentido (Koke por Correa o Saúl por Luis Suárez), o por fuerza de su rival.

“Cuando no cierras el partido, ya sabemos lo que sucede con el 1-0, que siempre te genera esa concentrac­ión, esa presión y ese peligro que se te pueden escapar dos puntos, que hoy, claro, que son determinan­tes”, dijo Simeone tras el 0-1 al Elche, en el que el Atlético terminó replegado atrás.

El Atlético del primer tiempo contra el Elche, ganador, concluyent­e y ambicioso, no se pareció en nada al que se conformó con un 0-1 después. Suele ocurrirle últimament­e. No hay regularida­d ni siquiera dentro de un partido. Le pasó contra el Athletic, derrotado por 2-1; contra el Huesca, al que ganó 2-0 porque con 1-0 Lodi se cruzó ante Sandro; o contra el Eibar, con 40 minutos infames hasta los goles de Correa.

Son los ejemplos más recientes, en concreto los últimos cuatro encuentros, de un equipo que sólo ha perdido uno de ellos, en San Mamés, que ha ganado los otros tres con su portería a cero, pero que ni siquiera eso oculta la inestabili­dad que desprende el Atlético, entre un colectivo que no funciona como antes, que no es nada constante.

Y el sábado aguarda el Barcelona en el Camp Nou, con la victoria como única fórmula para seguir dependiend­o de sí mismo para ganar LaLiga, para mantener un liderato que ha sido suyo durante las últimas 17 jornadas, que asumió para no bajarse de él el 16 de diciembre, precisamen­te cuando el equipo azulgrana, tan lejos entonces, tan cerca ahora, ganó a la Real Sociedad.

Nunca ha ganado en el Camp Nou el Atlético de Diego Simeone. Y no parece que dé para vencer allí con lo mostrado globalment­e en Elche, en San Mamés, con el Huesca o con el Eibar. No bastará sólo con Marcos Llorente, cuatro veces goleador y asistente otras dos en las últimas cuatro citas; con los instantes de inspiració­n de Correa; con la definición de Luis Suárez, sin gol los tres últimos encuentros; o con las paradas determinan­tes del portero Jan Oblak.

Mientras el partido de Elche reivindicó a Kondogbia, infrautili­zado en la alineación titular por Simeone, también supuso otra suplencia de Joao Félix, secundario desde hace tiempo. Lo echa de menos el Atlético, porque su mejor momento de la temporada también coincidió con el del atacante portugués, tan suplente como titular en sus últimos 16 partidos disponible­s y, a día de hoy, más lo primero que lo segundo para la visita al Camp Nou, que pone al conjunto rojiblanco de nuevo en el alambre.

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MANUEL LORENZO / EFE Diego Simeone gesticula en el área técnica del Martínez Valero.

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