Granada Hoy

Los hombres comían más y mejor que las mujeres en el reino Nazarí

● Un estudio de la UGR demuestra que los hombres comían más y mejor durante esa época ● Estas diferencia­s afectaban a aquellos que pertenecía­n a las clase más desfavorec­idas

- M. Valverde GRANADA

Comer, un acto necesario para todos, sea uno hombre o mujer, también sufría de discrimina­ción de género en la antigüedad. Un equipo internacio­nal de científico­s, liderado por la Universida­d de Granada (UGR), ha determinad­o mediante el análisis de huesos que durante las épocas de hambrunas en el Reino Nazarí de Granada (siglos XIII-XV), los hombres y mujeres de las clases desfavorec­idas no comían igual: los varones se alimentaba­n mejor y con más cantidad de comida que las féminas.

Así se desprende de un artículo publicado en la revista científica American Journal of Physical Anthropolo­gy, que ha analizado los restos óseos de un centenar de esqueletos hallados en los años 70 del siglo pasado en la Necrópolis de La Torrecilla en Arenas del Rey (Granada), depositado­s en el Laboratori­o de Antropolog­ía de la Facultad de Medicina de la UGR, que han sido analizados mediante la técnica de isótopos estables por investigad­ores del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tier ra, dependient­e del Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s (IACT-CSIC).

La profesora del departamen­to de Medicina Legal, Toxicologí­a y Antropolog­ía Física de la UGR y autora principal de este estudio Sylvia Alejandra Jiménez Brobeil señaló que el análisis de los huesos no deja lugar a dudas: “Las mujeres comían mucho peor que los hombres, y había importante­s diferencia­s de género en lo que a la alimentaci­ón se refiere entre la población de las clases sociales más bajas de Al Ándalus. Podemos decir que hombres y mujeres comían de la misma olla, pero no se ponían la misma cantidad en el plato”.

El análisis de isótopos de carbono 13 y nitrógeno 15 realizados a los huesos de estos individuos revelan que tenían un nivel medio de proteínas de origen animal (fundamenta­lmente huevos y productos lácteos), y consumían mucho sorgo (un cereal de origen africano que actualment­e no se cultiva en España) y caña de azúcar, como se demuestra en las múltiples caries que presentaba­n en su dentadura.

“En la Vega del río Cacín, donde en la actualidad se encuentra el pantano de los Bermejales, se cultivaban ambos productos, que estos campesinos pobres que vivían en alquerías empleaban como base de su alimentaci­ón”, explicó la investigad­ora de la UGR, quien recordó que, como señala el poeta Ibn al-Jatib en su obra, el trigo era un cereal reser vado solo para las clases más ricas.

El estudio óseo ha apuntado que existía dimorfismo sexual: los huesos de las mujeres son más pequeños y gráciles, porque comían peor que los hombres, probableme­nte porque ellos realizaban actividade­s físicas más duras (relacionad­as con el pastoreo en la Sierra de la Almijara) que ellas, cuyos trabajos se circunscri­bían al entorno doméstico y de cuidado de la familia.

El equipo de científico­s de la Universida­d de Granada que ha llevado a cabo este trabajo es interdisci­plinar, y en él hay antropólog­os forenses, biólogos, historiado­res medievalis­tas o geólogos, procedente­s, además, de distintos países.

Según i ndicaron desde la UGR, los resultados de esta investigac­ión han aportado datos desconocid­os hasta la fecha sobre los hábitos de alimentaci­ón de los habitantes del sureste de Al Andalus, ya que es el primer estudio de este tipo que se realiza, y permiten mejorar nuestro conocimien­to sobre estas poblacione­s del pasado.

 ?? G. H. ?? La profesora de la UGR Sylvia Alejandra Jiménez Brobeil, junto al catedrátic­o emérito Miguel Botella.
G. H. La profesora de la UGR Sylvia Alejandra Jiménez Brobeil, junto al catedrátic­o emérito Miguel Botella.
 ?? G. H. ?? Un cráneo analizado.
G. H. Un cráneo analizado.

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