Llegan los nuevos impuestos
A partir de 2024, para ir de Salobreña a La Caleta o La Guardia por la carretera general N-340 habrá que pagar el impuesto correspondiente. Pero qué tonterías escribe este jubilado. De tonterías nada, he puesto un ejemplo propio y cercano, pero real que va a ocurrir si progresa la idea del Gobierno planteada a Bruselas. Pagar por el uso de las carreteras, autovías y por supuesto autopistas, para que ese dinero o peaje sirva para el mantenimiento de las mismas.
Este Gobierno embustero y filibustero en el arte del engaño, ha mantenido la noticia de los 2.000 folios entregados en Bruselas para poder recibir las ayudas europeas, dos días después de las elecciones en Madrid, simple casualidad, yo estoy seguro que no. Lo han hecho pensando en las elecciones a la comunidad madrileña y claro así les ha ido.
Por supuesto aumentarán los impuestos de matriculación, de ayuda al diésel, supresión del impuesto IRPF de las declaraciones conjuntas de los matrimonios, impuesto de sucesiones y así una serie de aumentos de impuestos propios y típicos de los socialistas. No se le vaya a ocurrir prejubilarse dos años antes, pues el palo que le pegan dan ganas de seguir trabajando hasta los 80. Y lo que más me jode es toda la caterva de declaraciones de la ministra de hacienda sra. Montero diciendo que este gobierno no subiría los impuestos.
Sin embargo, nadie pide la supresión de los más de 1.500 asesores del Gobierno y ministros que lo único que hacen es leer el boletín del tiempo y los periódicos deportivos. En este país nadie dimite, nadie es capaz de admitir su nula capacidad e trabajo o para decidir en cualquier tema importante.
Luego, ocurre lo de siempre, el pueblo se ha equivocado y el resultado de las elecciones celebradas en Madrid, es causa del poco poder psicológico de pueblo madrileño. Por favor, váyanse todos ustedes y déjennos ir a la Caleta desde Salobreña por la carretera general de toda la vida sin tener que pagar, pues sino vamos a congestionar la Cuesta Caracho y el Camino del Gambullón para trasladarnos por la vega de Salobreña. Antonio Luis Gallardo