LA ESTABILIDAD DEL GOBIERNO... Y DE LA OPOSICIÓN

EL Gobierno andaluz funciona gracias a una engrasada coalición, con un reparto de papeles que parece satisfacer tanto al PP como a un Ciudadanos que se debate a nivel nacional entre la irrelevancia y la desaparición, pero que en Andalucía tiene, por ahora, un papel que jugar. También goza de una cómoda mayoría parlamentaria gracias a Vox, formación de errático rumbo en el Parlamento regional –tres portavoces en apenas dos años–, pero que ha garantizado una estabilidad a prueba de convulsiones. Hay, por lo tanto, razones sobradas, como admite el propio presidente Juanma Moreno, para mantener la legislatura hasta su agotamiento sin someter a los andaluces a presión electoral en unos tiempos en los que la acción política tiene que centrarse en el combate contra la pandemia y la recuperación económica. Esa estabilidad, sin embargo, no se traslada al principal partido de la oposición, que vive de nuevo momentos de fuerte tensión interna como consecuencia del enfrentamiento entre la dirección regional encabezada por Susana Díaz y la federal que controla Pedro Sánchez. El PSOE es en Andalucía, como en el conjunto de España, un partido sistémico y la única alternativa real al Gobierno del PP. El proceso de primarias abierto para designar al candidato a la Presidencia de la Junta, en el que el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, cuenta con el apoyo de la estructura nacional, será útil si sirve para darle al PSOE la calma de la que ahora carece. En Andalucía ha faltado durante estos dos años una oposición que representara una alternativa creíble y que ofreciera medidas, desde una izquierda pragmática y posibilista, para resolver los problemas de la región. Si las primarias sirven para pacificar el partido y ponerlo a la tarea que los andaluces le han encomendado en las últimas elecciones saldrá ganando la estabilidad, que es ahora más necesaria que nunca. Si la crisis se cierra en falso y el ruido interno se superpone a todo lo demás, seguirá sin ser una alternativa para los andaluces.

El Gobierno andaluz goza de una sólida estabilidad mientras el principal partido de la oposición vive en convulsión