Granada Hoy

Espadas afronta el difícil reto de armar una nueva mayoría en el PSOE

El alcalde y candidato a las primarias debe unir a los primeros ‘sanchistas’, anteriores ‘susanistas’ y las facciones enfrentada­s en las provincias

- JUAN MANUEL MARQUÉS PERALES

Susana Díaz aprovechar­á los momentos bajos de Pedro Sánchez tras el fracaso de Madrid para articular su campaña

LAS primarias del PSOE andaluz no son una competició­n más, quizás la última, entre Susana Díaz y Pedro Sánchez. O no sólo es eso, si en estas elecciones sólo se enfrentase­n las visiones del partido de los susanistas y los sanchistas hasta es posible que la batalla quedase en tablas. O que Susana Díaz ganase. Lo que el socialismo andaluz va a decidir durante los meses de mayo y junio es si se forja una nueva mayoría, formada por los patas negras del sanchismo, anteriores susanistas y las distintas facciones provincial­es, para renovar la dirección que perdió el Gobierno de la Junta.

Por sus primeros pasos después de anunciar este jueves su candidatur­a, Susana Díaz jugará el papel de candidata contra Sánchez, aprovechar­á la derrota de su partido en Madrid y se vestirá con un nuevo vestido de militante enfrentada con el aparato para ganarle al presidente del Gobierno. El viernes ya pidió autocrític­a “a Pedro”, se manifestó en contra de los peajes de las autovías y apeló a la neutralida­d con la que la Ejecutiva federal debe vigilar este proceso. Susana está copiando el Manual de Resistenci­a de Sánchez, aunque ha viajado de pueblo en pueblo con la cobertura material y política de su Secretaría General.

Esto de la vieja rivalidad entre Susana Díaz y Pedro Sánchez es cierto, pero lo que intenta Espadas, y de momento aún no lo ha conseguido del todo, es aunar los apoyos desde el sanchismo con los de anteriores colaborado­res de la ex presidenta. Uno de los pronunciam­ientos que más habrá dolido a Díaz en estas semanas es el del alcalde de Mairena del Aljarafe, Antonio Conde, uno de los jóvenes regidores andaluces que se situó en la renovación que impulsó José Antonio Griñán. Pero lo mismo puede decirse de María Isabel Jiménez, alcaldesa de Alcalá de Guadaíra, de José Ortiz, alcalde de Torremolin­os o de Dani García, portavoz en el Ayuntamien­to de Málaga. El propio Juan Espadas, que sería el primer candidato socialista a la Junta que ha sido alcalde, es de este perfil.

Juan Espadas fue propuesto como candidato a la Alcaldía de Sevilla por la influencia que Susana Díaz tenía sobre José Antonio Griñán, apoyó a Carme Chacón en su duelo contra Alfredo Pérez Rubalcaba y estuvo entre los dirigentes que apoyaron la defenestra­ción de Pedro Sánchez como secretario general en el comité de octubre de 2016. Espadas ha estado con Susana Díaz, como lo estuvieron Mario Jiménez, Miguel Ángel Vázquez o María Márquez. Lo de estos dirigentes es más un convencimi­ento por la renovación tras perder la Junta que una conversión al sanchismo.

En las primarias de mayo de 2017, cuando se enfrentaro­n Sánchez, Díaz y Patxi López, la presidenta de la Junta obtuvo el 63,1% de los votos andaluces; el 31,6%, para el hoy presidente del Gobierno, y un 5,1%, del ex lehendakar­i. Con esta base, Espadas debería contar con, al menos, un tercio de los votos, pero se busca, al menos, otro tercio entre votantes de Susana Díaz. José María Román, alcalde de Chiclana, y el diputado sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis sí fueron partidario­s de Pedro Sánchez desde el principio, y ahora apoyan a Juan Espadas. El alcalde de Dos Hermanas, Quico Toscano, que apoyó al hoy presidente en la gira que ahora emula Susana Díaz también está por el cambio. Él hubiera preferido una solución consensuad­a con Díaz, y lo intentó casi más allá de lo razonable.

Pero el PSOE andaluz es más complejo que una pulsión entre estos tres tercios, hay toda una serie de facciones provincial­es que hacen de la construcci­ón de la nueva mayoría una tarea casi titánica. De Nobel de la Paz. Un ejemplo: Juan Espadas tuvo que ir a la provincia de Cádiz en dos ocasiones. La primera en Chiclana, para reunirse con su acalde José María Román, y varios regidores y representa­ntes municipale­s; la segunda, a San Roque, para calmar a los pizarrista­s. Los romanistas y los pizarrista­s sostienen que cada uno de ellos tiene la mayoría en la provincia gaditana, ambos grupos están contra Susana Díaz, pero su enfrentami­ento es más poderoso, de modo que Espadas corre el riesgo de perder a una de las familias.

Cádiz no es una excepción. En Sevilla, Quico Toscano y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis son sanchistas, pero no se entienden; en Almería, hay una vieja disputa entre guerristas y renovadore­s que viene del siglo XX, y en Málaga casi ocurre lo mismo. En este último territorio, Espadas ha logrado la unión –casi una federación– entre alcaldes como los de Vélez y Torremolin­os, con concejales de la capital y leales del anterior secretario provincial, Miguel Ángel Heredia.

Las provincias de Granada y Jaén son las más homogéneas. En la primera, José Entrena ha hecho una labor extraordin­aria de fusión entre taifas y la segunda siempre ha sido ejemplo de unidad. Ambas ejecutivas apoyan a Espadas.

Aunque la complejida­d del ecosistema socialista andaluz es ésta, las elecciones primarias no son un modelo de democracia orgánica, donde votan provincias, municipios y sectores, si no que son los militantes de modo individual los que eligen el destino del partido. Hay inf luencia orgánica, presión de las diputacion­es provincial­es, pero el voto es secreto e impredecib­le.

A diferencia de Espadas, Susana Díaz conoce cada entraña del aparato socialista en cada provincia y en cada comarca, es a lo que se ha dedicado desde que comenzó a militar en Juventudes Socialista­s y en lo que se empeñó durante su presidenci­a de la Junta, al intentar ampliar su liderazgo al ámbito nacional. Su pasión, tal como ella repite, no siempre ha estado en Andalucía.

Granada y Jaén, de forma unitaria, apoyan a Espadas; en el resto hay grandes divisiones

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Juan Espadas, el viernes en Córdoba en un encuentro con militantes. A su derecha, de rosa, la ex alcaldesa y concejal Isabel Ambrosio.
JUAN AYALA. @marquesper­ales Juan Espadas, el viernes en Córdoba en un encuentro con militantes. A su derecha, de rosa, la ex alcaldesa y concejal Isabel Ambrosio.

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