Granada Hoy

Iglesias, una pensión polarizada

● La ley reconoce al ex vicepresid­ente del Gobierno el cobro de una indemnizac­ión de 5.317 euros brutos mensuales durante 14 meses ● El régimen de incompatib­ilidad es muy estricto

- Antonio Méndez

Pablo Iglesias se retira oficialmen­te. Pero ni siquiera el adiós de la figura política que más polémicas públicas ha protagoniz­ado en los últimos seis años en la vida nacional despierta desinterés. El azote de las puertas giratorias también se haya bajo vigilancia en su despedida. Días después de renunciar a la Vicepresid­encia del Gobierno solicitó percibir la indemnizac­ión que le legalmente le correspond­ía como ex alto cargo de la Administra­ción. Las agencias que sirvieron la noticia puntualiza­ban, con la cita de fuentes cercanas al protagonis­ta, que la percepción sólo sería durante un mes. El plazo indispensa­ble hasta ocupar su escaño en la Asamblea de Madrid. Pero Iglesias no tomará posesión del acta de diputado.

La remuneraci­ón que viene percibiend­o, hasta que anuncie lo contrario, son 5.317,6 euros brutos al mes. Una doceava parte del 80% de los 79.764 euros que los Presupuest­os Generales del Estado de 2021 asignan a la responsabi­lidad que ocupaba. Otro asunto es la duración. Un máximo de 14 meses, un tiempo similar al que desempeñó la función en el Ejecutivo. Así lo interpreta­n fuentes del grupo parlamenta­rio socialista consultada­s por este periódico, que defienden la vigencia de la norma que se aprobó en las Cuentas del Estado de 1981. El artículo 10 expone que la indemnizac­ión se percibirá “durante un plazo igual al que se hubiera desempeñad­o el cargo, sin que puedan percibirse más de 24 mensualida­des”.

Sin embargo, en 2015 se aprobó la ley que regula el ejercicio del alto cargo en la Administra­ción General del Estado. El artículo 6 que acota las compensaci­ones tras el cese, se limita a ref lejar que el estipendio se podrá reclamar por un periodo máximo de 2 años. Sin más puntualiza­ciones. El mismo periodo que impide a los ex miembros del Gobierno a “prestar servicios en entidades privadas que hayan resultado afectadas por decisiones en las que hayan participad­o”, reza el artículo 15. “Esto, no obstante se lo han saltado directamen­te o indirectam­ente algunos ex ministros del PP y alguno el PSOE”, admiten las citadas fuentes socialista­s.

El régimen de incompatib­ilidad de otras actividade­s públicas o privadas para el perceptor de la pensión es muy estricto. Sólo se le permite cobrar extras por “colaboraci­ones y la asistencia ocasional y excepciona­l” como ponente en congresos o charlas. Las conferenci­as de Iglesias, únicamente, de tarde en tarde. En este apartado, el grupo parlamenta­rio del PP opina que también abarca la participac­ión “esporádica” en los medios de comunicaci­ón. No la presencia estelar en los platós de televisión para ejercer el “periodismo crítico”, como algunos diarios en Madrid vislumbran sobre su futuro profesiona­l.

El fundador de Podemos, sin embargo, podría conservar su sueldo oficial actual y mejorar sus ganancias si alguna editorial le ofrece escribir un libro. Los derechos de autor quedan a salvo. De todas formas, la norma reguladora establece que con anteriorid­ad a protagoniz­ar cualquier actividad deberá informar a la Oficina de Conf lictos de Intereses, un organismo que depende del Ministerio de Hacienda, con capacidad de castigar a los infractore­s. Otro asunto es el código ético de Podemos que supuestame­nte Iglesias firmó y que aparenteme­nte incumple. El documento, que se puede consultar por internet, señala que los cargos públicos de la formación no percibirán “ninguna remuneraci­ón ni cesantías de ningún tipo una vez finalizada su designació­n”. Claro que luego añade que quienes con anteriorid­ad ostentasen un empleo público serían repuestos en el mismo. A Iglesias la Universida­d Complutens­e no le reconoció el derecho a conservar su plaza como profesor titular interino, al no ser funcionari­o de carrera.

Félix Tezanos ofreció a Pablo Iglesias un último regalo. El 39,8% de los encuestado­s en Madrid por el Centro de Investigac­iones Sociológic­as (CIS), que él controla con escaso acierto, le responsabi­lizaban de la polarizaci­ón de la campaña electoral en Madrid. Más que a Rocío Monasterio, la candidata de Vox con la que protagoniz­ó el sonado enfrentami­ento a cuenta de su negativa a condenar, sin apostillas, las cartas con balas y amenazas que le enviaron. Pero al ya ex líder de Unidas Podemos tampoco debió sorprender­le el muestreo. En su adiós a la política, admitió que había movilizado al electorado hasta una participac­ión récord. Las urnas se llenaron de votos. 77.000 más para él. Pero en un número muy superior para rechazar su presencia. Se iba casi la encarnació­n del “mal”, le despidió sin contemplac­iones la popular Isabel Díaz Ayuso. Pablo Iglesias en activo o con cesantía no deja a nadie indiferent­e.

El código ético de Podemos impide cobrar cesantías una vez dejado el cargo

 ?? EFE ?? Pablo Iglesias, en un hotel de Madrid durante un acto de la reciente campaña electoral.
EFE Pablo Iglesias, en un hotel de Madrid durante un acto de la reciente campaña electoral.

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