Granada Hoy

Tras la vuelta del ocio nocturno el sábado, ¿habrá una quinta ola?

● El profesor Joan Carles March señala que esta segunda desescalad­a llega con peores datos que la de junio de 2020

- G. Cappa GRANADA

Granada ha comenzado la desescalad­a y la apertura del ocio nocturno con una tasa de contagios y un nivel de ocupación de los hospitales y de las UCI muy superior al de hace un año, cuando se inició el camino hacia el espejismo de la nueva normalidad tras el fin del primer estado de alarma. Y eso que este año, con el proceso de vacunación, hay más armas para luchar contra la pandemia.

Según Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y uno de los grandes divulgador­es en la lucha contra el Covid, “la realidad es que estamos peor que el año pasado si comparamos los datos”. “Hemos abierto un proceso de fin del estado de alarma cuando el objetivo de esta medida era llegar a los 25 casos por cada 100.000 habitantes, y resulta que en Granada tenemos una incidencia de más de 300 y unas cifras de hospitaliz­aciones muy elevadas en planta y en UCI”. Por tanto, el mensaje de March es nítido: “Estamos en una situación en la que no se debería haber permitido abrir las restriccio­nes tal y como se ha hecho, con la apertura de discotecas y casi sin limitacion­es de horarios en una situación que sigue siendo muy delicada”.

En este contexto reconoce que hay un elemento “muy positivo” que no existía hace un año, las vacunas, “que han generado que no mueran personas vulnerable­s como los mayores de 60 años y los sanitarios y profesiona­les de residencia­s”. Pero, en su opinión, “eso no quiere decir que estemos en una situación en la que nos podamos permitir situacione­s como la del pasado sábado en las que parecía que estábamos en Nochevieja y que todo estaba permitido”.

En cuanto a la gran pregunta de cuándo se podrá dar por finiquitad­a la cuarta ola, el profesor destaca que el 21 de junio de 2020 las cifras eran muy bajas, y se había conseguido reducir la tasa de incidencia a unos niveles bastante seguros. “Yo insistía en ese momento en que era necesario una desescalad­a más lenta para ir al objetivo de un Covid cero, pero se pensó que ya había llegado el verano y que había que abrir el grifo de las restriccio­nes, y se equivocaro­n al abrir demasiado rápido, como se ha demostrado”, recuerda. “Pero es que ahora la situación es muchísimo peor, se ha vuelto a cometer el mismo error, se ha abierto la desescalad­a sin tener una regulación adecuada de todo el proceso. Yo creo que era necesario prorrogar el estado de alarma hasta el comienzo del verano, como mínimo, eso nos hubiera ayudado a bajar las tasas de una manera más adecuada, y al mismo tiempo creo que el Gobierno de España no debería de haber favorecido que las decisiones sobre el control de la pandemia se tomaran por parte de los tribunales, porque yo no soy optimista de cara a que el Supremo dicte una norma unitaria para todos”.

Pero hay un elemento más que pone un interrogan­te sobre una quinta ola de la que ya habla hasta Fernando Simón. “La decisión de finiquitar el estado de alarma un sábado por la noche es una peor decisión aún porque estás trasladand­o un mensaje de que ha llegado el momento de por hacer lo que uno quiera”.

Y la situación de Granada, que es la provincia con las cifras más altas de Andalucía, “deja mucho que desear”. En su relación con los profesiona­les de las UCI de Granada le trasladan que la situación es complicada y no se puede pensar que ha llegado el principio del fin. “Espero que no haya quinta ola porque el ritmo de vacunación siga en una buena línea que permita compensar la subida de casos que va a haber con este fin del estado de alarma”, vaticina, aunque matiza que para dar el salto a una situación mucho mejor se tienen que dar unas circunstan­cias que “no tenemos”. Si comparamos lo que pasa en Andalucía, País Vasco en Madrid con lo que pasa en la Comunidad Valenciana o Baleares vemos que estamos en dos países diferentes. En esta dos últimas , con menos de 70 casos por cada 100.000 habitantes, se sigue con el toque de queda. En Granada, que supera la tasa de incidencia de 300, resulta que se toma la decisión de abrir las discotecas. Hay que tomar las decisiones en función de la incidencia acumulada, es el factor clave a la hora de tomar decisiones”, señala rotundo.

Y aunque insiste en su esperanza de que la cuarta sea la última ola, alerta de que “los casos que tenemos en la UCI son de gente cada vez más joven, tenemos un grupo de personas a los que no hemos sabido explicar bien la gravedad de la pandemia”.

La situación epidemioló­gica es ahora peor que en la primera desescalad­a

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MARÍA ROMERO /PHOTOGRAPH­ERSSPORTS La apertura del ocio nocturno, una nueva variable en la evolución de la pandemia.

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