Un ejemplo de calidad que ha vuelto a ser reconocida
EL presidente de la Cooperativa San Isidro de Loja, Indalecio Cáceres Gámiz, atendió a Granada Hoy al finalizar los premios en los que fueron galardonados con el Primer Premio en la categoría Frutado Verde.
–¿Qué representa este galardón para San Isidro de Loja?
–En tiempos difíciles como los que vivimos, nos anima a seguir adelante, intentando obtener aceites de la máxima calidad, aunque suponga una merma en la cantidad. Es un reconocimiento al buen trabajo realizado, tanto de agricultores socios y socias, como de los trabajadores y trabajadoras, de todos ellos es esta distinción.
–¿Cómo se vislumbra el futuro de San Isidro de Loja en este 2023?
–No podemos evitar pensar en lo que más nos preocupa actualmente, la sequía que venimos padeciendo desde hace ya unos años y que cada año es más acuciante, motivo por el cual esta campaña que estamos terminando será el 65% de la anterior, que tampoco fue demasiado grande. A pesar de que nuestra zona, al ser algo más tardía, se ha visto un poco menos perjudicada que otras más tempranas por las lluvias caídas el pasado mes de Diciembre, muchas Cooperativas se han quedado en un 25% incluso menos. Por supuesto también afecta al espárrago, producto que también se elabora en las instalaciones. Pensando en el futuro de San Isidro también tenemos por delante la afección por el trazado del AVE, somos la empresa lojeña que más se va a ver afectada por esta cuestión. Hemos intentado que se modificara el trazado para salvar nuestras instalaciones, nuestra zona de crecimiento, gasolinera, etc, pero no ha sido posible, por lo tanto tendremos que acometer cambios importantes para poder continuar con las actividades y servicios que actualmente desarrolla la Cooperativa; lo cual supondrá un esfuerzo extra. –¿Cuál piensa que es la mejor forma de seguir apoyando al sector oleícola en Andalucía?
–Hay que tener en cuenta que Andalucía aporta al mercado global cerca del 50% de la producción total de aceite de oliva virgen y virgen extra (hay que ponerle los apellidos), que se dice pronto, por ello debemos defender “a capa y espada” a nuestros agricultores, no sólo por la riqueza que generan en la Comunidad directa e indirectamente, también porque cuidan el medio ambiente, y facilitan alimentos imprescindibles. Teniendo en cuenta este precepto, se puede ayudar por ejemplo, exigiendo a los demás productores los mismos requisitos que se aplican aquí. Si no se puede conseguir este objetivo quizás deberíamos pensar en exigirnos menos a nosotros mismos, teniendo en cuenta que, cuanto más estrechemos el camino, más amplitud les dejamos a los demás, que luego no van a venir a traernos nada. Y es lógico competir en igualdad de condiciones, con las mismas reglas o lo más parecidas posible.Por supuesto que tiene que haber una serie de exigencias relativas principalmente a la salud alimentaria, a la calidad de los alimentos, exigencias medioambientales, que aunque no sean iguales tampoco deberían ser muy diferentes aquí que en otros lugares. Otra forma de ayuda es precisamente unificando o estandarizando requisitos y normativas de las distintas administraciones de tal manera que no arrojen tanto trabajo administrativo para los agricultores, cooperativas, etc, simplificando y clarificando las distintas normativas en cuanto a aspectos laborales, normas de obligado cumplimiento para el cobro de las ayudas de la PAC, por ejemplo, encuestas de obligada cumplimentación, etc. Y que las normativas y Reales Decretos tengan en cuenta las peculiaridades propias del trabajo que estamos tratando, que no sólo se ve afectado por los precios y la disponibilidad, de insumos, energía y demás elementos necesarios para llevar a buen término la recolección de las cosechas, la manipulación y la producción de los alimentos y puesta a disposición de los consumidores; sino que además depende de algo que escapa a la “mano del hombre” como es el clima o la meteorología, que puede obligar a tener que trabajar Domingos y/o festivos o a no poder trabajar en un tiempo indeterminado, sin poder planificar las tareas o actuaciones con anticipación en muchas ocasiones.