Pablo Iáñez, el único joven talento granadino becado por La Caixa
● Hijo de informático y nieto de médico, trabaja en aplicar la tecnología del aprendizaje profundo en la Medicina
“No lo tenía claro. Ni siquiera sabía a qué campo quería dedicarme”. A Pablo Iáñez Picazo (Granada, 1995), cuando cursaba segundo de Bachillerato en el Regina Mundi y estaba en capilla para entrar en la Universidad le interesaba la ciencia, sí, pero también la traducción y viajar... Demasiados frentes abiertos. Al final echó mano de razonamiento lógico y pensó que lo mejor, en ese momento, era entrar en una titulación de Ciencias y, de forma paralela, seguir con los idiomas. “Decidí que también podía aprender por mi cuenta”.
De su etapa en el Bachillerato a Iáñez –que por cierto habla inglés, italiano y se defiende en Polaco– le quedó el gusanillo de la biología. Aquel interés no se apagó en la Universidad y recuerda que disfrutó durante el grado de Bioquímica en la Universidad de Granada. Apunta que “me encantó” alimentar su curiosidad científica, pero también descubrió que lo suyo no era estar entre pipetas. “Me encantaba la ciencia, pero no el laboratorio”, admite desde el otro lado del teléfono Iáñez. En su último curso de grado consiguió una beca de colaboración y en el Trabajo de Fin de Grado (TFG) optó por darle a aquello una vuelta. “Vi que lo mío eran los ordenadores. Me lo pasé bomba”, recuerda de esos primeros pasos como investigador. Su TFG, dirigido por Hilario Ramírez, fue muy singular. Propuso entrar en una proteína mediante realidad virtual. “Disfruté muchísimo” de ese primer acercamiento a la bioinformática, una disciplina que desde aquel año 2017 en el que este joven granadino se graduó ha dado un cambio radical. “Hay cosas que hago ahora que no se podían realizar entonces”.
Tras su paso por el grado estuvo un año en Polonia. Preparó su ingreso en el máster de bioinformática que ofrece la Universidad de Copenhague (Dinamarca). Allí pasó los dos años previstos dentro del posgrado más la prórroga impuesta por las restricciones a la movilidad decretadas por la pandemia. Este joven científico granadino considera clave el trabajo realizado junto a los investigadores Fernando Racimo y Graham Gower. “Son una fuente de inspiración”. En su trabajo final del posgrado construyó un modelo generativo basado en el aprendizaje profundo que permitía inferir parámetros demográficos de una población a través de datos genómicos. A su vez, este modelo era capaz de generar nuevos datos a partir de la información que había aprendido previamente. Esta herramienta presenta un potencial significativo en la estimación de variables demográficas de poblaciones humanas tanto arcaicas como modernas.
Después de esa experiencia en la Universidad de Copenhague, a Iáñez le motivó la idea de continuar con sus investigaciones y hacer el doctorado. Regresó a España, solicitó la beca de la Fundación La Caixa y la consiguió. Es el único de los 105 becarios de Granada. Desde octubre trabaja en el Instituto de Salud
La Fundación recibió más de 2.000 solicitudes y finalmente otorgó 105 becas
Desde octubre trabaja en el Instituto de Salud Global de Barcelona
Global de Barcelona, donde desarrollará durante tres años proyectos relacionados con el aprendizaje profundo (deep learning) y la salud. “Me di cuenta de que lo que me interesa es la aplicación de esta herramienta en el campo de la biomedicina”, reseña sobre su trabajo, que actualmente se centra en las redes neuronales y el proceso de envejecimiento. Está convencido de que este es el camino que debe andar la medicina y que la bioinformática ayudará a entender muchos procesos biológicos. De su padre, informático, le viene su afición por los ordenadores. De su abuelo, el doctor Julián Picazo, recientemente fallecido, quizá provenga el interés por la medicina. “Fue un médico que siempre hizo con pasión su trabajo”.
Iáñez tiene por delante una prometedora carrera científica. “He llegado hasta aquí movido por mi curiosidad”. Por eso ha conseguido una de las becas de La Caixa. El programa de ayudas de la Fundación “es el más importante de los que promueven las entidades privadas de España y Europa, tanto por el número de becas convocadas como por la variedad de las disciplinas”, destaca La Caixa en un comunicado, en el que señala que en la actual promoción de becarios de doctorando y posdoctorado se han invertido 20,2 millones de euros. La Fundación recibió más de 2.000 solicitudes y finalmente otorgó 105 becas, de las que 52 han recaído en jóvenes españoles, con únicamente un granadino entre sus beneficiarios, al que hay que sumar otras cuatro promesas de la ciencia se han formado en la Universidad de Granada y también han sido seleccionados dentro de este programa de atracción de talento.