Melilla, ‘cheques’ por votos: “Yo lo vendí a 150 euros por necesidad”
● Las mafias aprovechan la situación de los ciudadanos con pocos recursos para comprar sufragios por vía postal ● Los intermediarios cobran según la cantidad de papeletas que recojan
En el El Rastro, uno de los barrios más antiguos de Melilla, los vecinos conviven ajenos al mayor intento de fraude de la democracia y a las acusaciones que profieren los dirigentes de los distintos partidos políticos. Nunca una campaña electoral había resultado tan convulsa en la ciudad autónoma. Sin embargo, el sistema de compra de votos por correo tampoco es un problema nuevo. Quizás sea más bien la punta del iceberg de un funcionamiento social y político –único en Europa– viciado por el clientelismo, el nepotismo, la corrupción y la impunidad, que ha reventado por las aires tras años en una olla a presión.
Mohamed (nombre ficticio) acaba de cumplir 18 años. Estudia Bachillerato. Tiene donde dormir y donde comer. Pero le gustaría que su familia tuviese una mejor situación económica. En elecciones anteriores, sus padres solicitaron el voto por correo y lo vendieron para sacarse algunos euros. Este año, han llegado tarde. Las 11.707 solicitudes de envíos de papeletas electorales por vía postal –que representa el 21,21% del total de los sufragios y más del doble de los registrados en los comicios de 2019– hizo saltar todas las alarmas y la Junta Electoral de Zona (JEZ), amparada por la Junta Electoral Central (JEC), ordenó mostrar el DNI en Correos para aquellos votos emitidos a la ciudad autónoma. Según datos de la Delegación del Gobierno en Melilla, 761 se depositaron antes de la resolución de la JEZ.
Uno de ellos fue el de Mohamed. Lo vendió por 150 euros. A diferencia de otros muchos vecinos, que se muestran temerosos o avergonzados al reconocerlo, este melillense no muestra reparo y asegura que lo hizo “por necesidad”. Además, explica que se vendió al mejor postor. “Del PP me ofrecían 100 y del CPM 150, así que me quedé con el segundo”, indica.
Pero, ¿cómo funcionan las mafias y por qué compran votos? En la cúspide de la pirámide se sitúan los líderes de las formaciones políticas, que encargan la compra de votos a personas afines al partido. A su vez, estos localizan a jóvenes que hacen de representantes de sus barriadas y se encargan de recaudar el voto de los vecinos de esa zona. Normalmente, aprovechan la situación de ciudadanos que se encuentran sumidos en la pobreza. “Cuantos más votos, más dinero”, explica un vecino de Las Minas del Rif al tiempo que asegura que uno de estos intermediarios puede llegar a cobrar desde 10.000 hasta 50.000 euros. “Yo conozco gente que no tenía nada y de repente se compraron un chalé o un coche súper lujoso y todos sabemos de qué es”, manifiesta.
Y, ¿este panorama solo se da en Melilla? La realidad de esta ciudad es que sus habitantes viven menos que en el resto de España, ya que tienen una esperanza de vida más baja, solo por detrás de Ceuta. Además, se trata una de las regiones del país con una tasa más elevada de abandono educativo temprano. Uno de cada tres melillenses está en paro, a pesar de contar con un presupuesto de más de 350 millones de euros para el ejercicio de 2023. “En Melilla eres funcionario, barrendero, jardinero, rastrero del Ayuntamiento o delincuente”, lamenta un vecino. Este contexto de vulnerabilidad es el que precisamente aprovechan las mafias para captar votos de manera fraudulenta.
El caso está ya en manos del Juzgado de Instrucción número 2 de Melilla, que ha declarado el proceso bajo secreto de
sumario. Si bien, algunos diarios nacionales han adelantado que decenas de personas están siendo investigadas.
Todos los focos están puestos sobre Mustafá Aberchán, el líder del partido localista Coalición Por Melilla (CPM), muy aclamado, sobre todo, por la población musulmana. Y es que, en febrero de 2021, el Tribunal Supremo confirmaba la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Málaga tres años antes que le condenaba por la compra de votos por correo en las elecciones al Senado en 2008. El fallo, dos años de cárcel e inhabilitación. Si bien, nunca llegó a ingresar en prisión y en agosto podrá volver a su vida profesional. De esta manera, la candidata por esta formación es Dunia Almansouri.
La misma condena de Aberchán fue impuesta para el ex secretario general del PSOE en Melilla Dionisio Muñoz por dos delitos electorales y uno de falsedad, pues las dos fuerzas políticas habían concurrido en coalición a la Cámara Alta y la Justicia consideró probado que las organizaciones idearon un sistema para convencer a ciudadanos de que pidieran el voto por anticipado y les entregaran los sobres en los que introducían la papeleta común que depositaban en Correos, gracias a sus “contactos”.
Hassan Driss, ex viceconsejero del PP, y Javier Lence, gerente de los populares, también fueron juzgados por la presunta compra de votos a través de vales de alimentos en 2007. Sin embargo, el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla resolvió que no quedaba probado que hubiesen cometido ni un delito electoral ni otro de malversación, por lo que quedaron absueltos.
Ahora, ¿quién gobierna? Hace cuatro años una inesperada coalición entre PSOE, CPM y el único representante de Ciudadanos, Eduardo de Castro, le otorgó a este último la presidencia frente al favorito, el popular Juan José Imbroda. En 2021, De Castro fue expulsado de la formación naranja tras su imputación en una causa por prevaricación. Pero no abandonó la presidencia-alcaldía de la ciudad.
Y es en este punto cuando subyace el interrogante de si en estas condiciones se pueden celebrar con garantías unos comicios. En cualquier caso, el resultado lo darán las urnas en una semana.
Un juzgado de Melilla investiga ya a decenas de personas por este supuesto fraude
Humanos, la Fiscalía recuerda que en nuestro sistema constitucional “tienen cabida todas las ideas y todos los proyectos políticos, incluso aquellos que ofenden, chocan o inquietan” con la única excepción de aquellos que defiendan sus ideas “mediante una actividad que vulnere los principios democráticos o los derechos fundamentales de los ciudadanos”.
La Ley de partidos de 2002 –impulsada por Aznar “para aplastar a la serpiente de una santa vez”– se aprobó con 302 votos: PP, PSOE, CiU, CC y el Partido Andalucista. Quedarse anclados en el contexto en el que se aprobó, cuando ETA asesinaba a diario, es extemporáneo. De hecho, la ley prevé ilegalizar un partido cuando sirva para “fomentar, propiciar o legitimar la violencia” para conseguir objetivos políticos, supuestos que hoy no se dan por parte de Bildu. Aunque el asunto sigue ahí: que la inmensa mayoría de los ciudadanos sigue considerando terroristas a esos candidatos y no se fían de sus buenas intenciones. Travestido, adaptado a las circunstancias, sobreviviendo camuf lado, como se quiera, pero Bildu no es hoy una formación política como lo fue HB, que preconizaba la violencia etarra como herramienta política. Y estas son las diferencias que legalmente sustentan el actual proyecto abertzale y la justicia ha dicho una vez más que no hay caso. Entre otras cosas porque ETA ya no existe y, en ese sentido, la ley de partidos no es aplicable.
A LA POLÍTICA POR LA DERROTA
Es difícilmente creíble que la decisión de Bildu de descartar como concejales a los siete conde
La inmensa mayoría sigue considerando terroristas a esos candidatos y no se fían
Cine a dos euros
La campaña obra milagros. El último anunciado por Sánchez: el cine los martes a dos euros para mayores de 65 años. No se sabe si lo va a pagar el Gobierno, si habrá un bono-cine o si indirectamente se lo van a endosar a los distribuidores. Obviamente así no se salva a las salas de cine de la crisis sostenida que soportan. Es que además ignoramos si las salas de cine tienen salvación. Han muerto iconos mayores en la hoguera de la vanguardia. Pero el asunto es que los políticos podrían tener un poquito más de decoro y no seguir arrojando migajas y sortilegios electorales a los votantes. Es un hartazgo y una sensación creciente de que nos tratan como a tontos en almoneda.
Page y los machotes
El presidente de Castilla-La Mancha nunca falla. Siempre eleva la máximo su apuesta por la campechanía y esa pulsión por ser más del pueblo que nadie. Así. En un mitin en Azuqueca de Henares (Guadalajara) terminó hablando de la hombría de su hijo. Confesó a los asistentes que no suele hablar con sus hijos de asuntos íntimos pero matizó: “Con mi hijo sí porque es de esos de raza, pero con la chica no me atrevo” para terminar deseando un muchacho “buena gente y fiable” para su hija, un mozo al que pueda preguntarle: “¿Qué tal se porta mi hija?”. A ver si la campaña acaba pronto y nos van librando del bochorno diario y si puede ser de las apariciones de Page.
Temilla importante fuera de campaña
La natalidad en España está en mínimos históricos y cayendo. El INE ha publicado esta semana sus datos: entre enero y marzo han nacido en España 78.534 bebés, un 1,7% menos que en el mismo periodo del año pasado. Y si se remontan a las estadísticas previas a la pandemia, casa mes nace un 10% menos de niños que en 2019. La. población infantil se ha reducido a la mitad desde los años 60. En aquella década el grupo de edad entre 0 y 14 años representaba el 27% de la población, hoy en lugares como Asturias ni alcanza el 11%. Este es uno de los desafíos de marca mayor que tiene nuestro país, aunque no se hable de él en campaña. Posiblemente porque los candidatos tendrían que explicar que la única solución que vislumbraban los demógrafos está relacionada con la llegada de inmigrantes, en los que están posadas las esperanzas para mejorar los datos de natalidad. Y ese siempre es un tema incómodo y que no da votos Y estamos en campaña. Pero esta tendencia provoca una transformación económica y social profunda de nuestro país, amenaza las pensiones, el sostenimiento de los sistemas públicos, la viabilidad de las universidades, la disponibilidad de mano de obra, la competitividad e incluso los valores de la sociedad. Parece un temilla importante como para que estuviera en la palestra más allá de las regiones de la España vacía que ya tienen la guadaña encima.
Los nombres y la nueva España
Los nombres con que se bautizan a los recién nacidos en España es también un termómetro curioso de cómo se mueve la sociedad. Según el INE los Antonio y María Carmen (así) son los más comunes, seguidos de Manuel, José y Francisco en los varones; y María, Carmen y Ana María entre las mujeres. Laura va despuntando en cuarta posición. Entre 2020 y 2021 los nombres que descuellan son Hugo, Martín y Mateo; Lucía, Sofía y Martina. Esos seis serán los antonios y maricármenes del futuro. Los nombres más viejunos en 2022 fueron Afrodisia (84,9 años) y Acindino (82,8). Los más jóvenes, Mirha (1,5 años) y Nyan (1,7). Acracia, Fraternidad y Cirina al igual que Frumencio, Adoración, Valerico y Ronald Charles son los más envejecidos. Y despuntan ya en el horizonte Aurah, Asees, Gurbaaz, Biorn, Liam, Mateo y Zohan, Markel y Aimar. Los ecuatorianos que viven en España suele elegir para sus hijos los nombres de Juan Carlos y María Fernanda; y los marroquíes, Mohamed y Fátima. Nuevo santoral de la España del siglo XXI.