Granada Hoy

Inmaculada Rivera

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“Un viaje en el tiempo con paradas en el presente”. Así es como Ana Torroja (Madrid, 1959) define su puesta en escena en 2023. Esa forma de plantarse en un escenario que durante cuatro décadas ha marcado un santo y seña. Generacion­es enteras conocen los icónicos temas con los que Mecano hizo historia, pero su brillante trayectori­a con el trío que formaba junto a los hermanos Cano –en una época “donde se decía que los grupos no podían tener vocalistas femeninos, porque no vendía” (dícese de aquellos visionario­s de antaño)– fue el peldaño que la impulsó a lanzarse en solitario, donde su varita mágica sigue despertand­o emociones en todo lo que toca. Ana Torroja transmite jovialidad, se emociona con facilidad y habla con serenidad, sensatez y humildad. Gran humanidad para una diva que, aunque no se vea a sí misma como la voz de una generación, está entre los grandes de la historia de la música en este país, algo que demostrará, una vez más, en el Icónica Sevilla Fest el próximo 1 de julio en la Plaza de España. –¿Ilusión por estar en Icónica Sevilla Fest... y tan bien acompañada?

–Todas. Por el festival en sí y también por el lugar, en la Plaza de España. Y sobre todo por coincidir con Mario Vaquerizo y Alaska. Vamos a ser un grupo de amigos en directo. Nunca tengo oportunida­d de verles y esta es la mía.

–¿Qué va a dar sobre ese escenario que no haya dado ya? ¿Qué espera de sí misma o qué cree que la gente espera de usted? –Todavía la gente se sorprende, porque aunque cuento en cada tour lo que voy a hacer, se siguen sorprendie­ndo y eso me encanta. Sigo dándolo todo, es que no sé hacerlo de otra forma. Es un viaje en el tiempo con paradas en el presente. Cuando hablo del tiempo hablo de Mecano, que forma parte de mi trayectori­a profesiona­l, pero también de Ana Torroja. Es un concierto en el que la gente no para, se saben el 95% de las canciones tanto de una etapa como de otra. Es muy disfrutabl­e. Es como una montaña rusa porque está llena de diferentes emociones. Empieza con un mix muy cañero de

No tergiverso las canciones, no cambio la esencia, pero sí que modifico el maquillaje y eso me gusta”

Amo lo que soy, con mis pros y mis contras, y eso ha sido gracias a lo que he vivido, a las piedras en el camino también”

–He ganado en seguridad y en autoridad sobre un escenario. Enseguida sientes al público y sabes cómo está. Durante estos años he hecho una especie de curso en psicología con ellos y ya sabes cómo hacer para que la gente vaya entrando en ese viaje. Yo no sé subirme a un escenario sin compartir, sin que sea una cosa de muchos, del público y del artista. Creo que eso lo consigo siempre, a veces cuesta algo más, depende del ambiente, pero en Sevilla estoy convencida de que va a ser un fiesta de principio a fin con lo que gusta un sarao. Pero la verdad es que sí he ganado en seguridad, en empatía, en saber cómo está la gente, en saber llevarles por ese viaje musical y que al final sea un explosión. Auguro resaca de felicidad por una semana al menos (risas). –¿Cuáles son sus miedos y sus deseos?

es lo que haces. Te das cuenta de que el pasado ya fue y el futuro no existe. He vivido mucho, he tenido una gran estrella, aunque con baches, pero no puedo pedirle más. Tengo más de lo que necesito. –¿Se imaginaba su carrera como ha sido?

–Mi música ha sido referente para mucha gente y lo veo ahora, la verdad. Aunque la retroalime­ntación es maravillos­a. Todos necesitamo­s referentes y ser referente a través de la música es de las cosas más bonitas que hay. Es la mejor compañera de viaje que puedes tener porque entiende tus momentos. Que se quede un legado musical para mí es lo mejor que me ha pasado en la vida, y que me está pasando. es fácil de hacer, no todo el mundo lo puede hacer. Creo que las letras deberían tener la importanci­a que han tenido siempre. También creo que hay veces que solo necesitas que te hagan mover el cuerpo y que la mente no trabaje. La música también sirve para desconecta­r, no siempre tiene que haber un mensaje que dar.

–¿El reguetón ha desbancado del trono al pop?

–No. Es una tendencia importante, es un ritmo que viene del reggae, y al que es imposible resistirse, a mí se me va el cuerpo, pero no lo ha desbancado. Hay sitio para todos. El pop sigue ahí, está pisando fuerte, pero la música tiene muchos momentos, es una compañera de viaje.

La música es la mejor compañera que puedes tener porque entiende tus momentos”

No me gusta generaliza­r pero echo de menos letras como las de antes. Ahora importa más la parte rítmica”

de la francesa Justine Triet, ganó ayer la Palma de Oro de la 76 edición del Festival de Cannes y convirtió a su realizador­a en la tercera mujer en obtener el máximo galardón de la cita cinematogr­áfica de la Costa Azul Francesa.

Todo el equipo de este film –que trata sobre el caso de un hombre que muere al caerse por la ventana en su casa en las montañas, en un momento en el que solo estaban en ella su mujer, su hijo ciego y su perro– subió al escenario para recoger el galardón, que se había encargado de anunciar la actriz estadounid­ense Jane Fonda.

Una emocionadí­sima Justine Triet, que apenas podía contener las lagrimas, aprovechó para criticar al Gobierno francés por su reforma de las pensiones.

“Esta noche me dais la palabra y no puedo contentarm­e con expresar mi felicidad por el premio”, dijo la realizador­a francesa al subir al escenario junto a todo su equipo para recoger la Palma de Oro.

Recordó que este año se ha

El premio a la Mejor Dirección fue para el francoviet­namita Tran Anh Hung

vivido en su país “una protesta histórica, extremadam­ente potente y unánime contra la reforma de las pensiones, protesta que ha sido negada y reprimida de forma chocante”.

“Y ese camino de poder dominador es cada vez más descarado” y estalla en todas las áreas. Aunque socialment­e es dónde más se nota, es algo que se puede ver “en todas las áreas de la sociedad y el cine no se escapa a ello”.

“La mercantili­zación de la cultura que el gobierno neoliberal defiende está rompiendo la excepción cultural francesa –medidas para proteger e incentivar el arte francés frente a la globalizac­ión–. Esa misma excepción cultural sin la cual yo no estaría delante de ustedes hoy”, agregó la directora.

Antes de Triet, las únicas mujeres que habían obtenido la Palma de Oro habían sido Jane Campion por The Piano, en 1993, y Julia Ducournau, por Titane en 2021, quien en esta edición formaba parte del jurado, presidido por el sueco Ruben Östlund e integrado también, entre otros, por el realizador argentino Damián Szifron.

Otra de las grandes favoritas, The Zone of Interest, del británico Jonathan Glazer, se adjudicó el Gran Premio.

El premio a la Mejor Dirección protagoniz­ada por Juliette Binoche y Benoît Magimel,

En guion, el galardón se lo quedó el japonés Yuji Sakamoto por Monster, una película dirigida por Hirokazu Kore-eda que trata sobre la infancia y la homosexual­idad.

En el apartado de interpreta­ción, los ganadores fueron la turca Merve Dizdar, de la película Dry Grasses (Nuri Bilge Ceylan), y el japonés Koji Yakusho por su papel en Perfect Days, de Wim Wenders.

El palmarés de largometra­jes lo completó Fallen Leaves del finlandés Aki Kaurismäki, que se adjudicó el Premio del Jurado.

Respecto a los cortometra­jes, la obra ganadora de la Palma de Oro fue de la húngara Flóra Anna Buda, mientras que la islandesa Fár, de Gunnur Martinsdót­tir Schlüter, se llevó una mención especial.

Con ello, las propuestas llegadas desde España (Aunque es de noche), Colombia (La perra) y Argentina (Nada de todo esto) se quedaron sin premio.

Lo mismo le ocurrió al brasileño Karim Aïnouz, que con Firebrand era el único latinoamer­icano que competía por la Palma de Oro en esta 76 edición.

En la ceremonia de clausura también se entregó la Cámara de Oro a la mejor ópera prima presentada en Cannes (incluidas sus secciones paralelas), que fue para el vietnamita Thien An Pham por Inside the Yellow Cocoon Shell, presentada dentro de la Quincena de Cineastas y que cuenta entre sus coproducto­res a Fasten Films de Barcelona.

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