Harper's Bazaar (Spain)

CIUDADES 3.0

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En este gran evento, bautizado keynote como los de Jobs y su querida Apple, su socio Br ian Chesky añade el factor de ilusión: “Cuando vas de viaje descargas una aplicación, contratas un guía o una excursión, preguntas a tus allegados, haces listas… Pero nosotros queremos hacer que todo eso vuelva a tener magia”. Lo curioso en esta evolución, por encima de las novedades tecnológic­as, es el énfasis en la conexión humana. En las propuestas no hay ni rastro de monumentos turísticos o paseos por barrios culturales, sino andanzas emocionale­s. Francisco, por ejemplo, es un joven homosexual que viaja desde Santiago de Chile a San Francisco y cuenta su historia en un vídeo proyectado durante la conferenci­a:“Pasé de ser un ciudadano de segunda categoría en un país donde no tengo acceso al matrimonio igualitari­o, ni a la adopción, a la que yo ideaba como capital de la libertad”. Su anftriona le presentó a un grupo de amigos con los que atravesó los lugares clave en la lucha de la comunidad LGBT durante los años ochenta. En otra pestaña, Lugares, se descubre qué sucede en cada sitio en el momento en que uno va a aterrizar allí, útil para ahorrarse reservar en aquel restaurant­e que vivió su gloria meses atrás y que, tras dos traspasos, hoy ofrecerá una pasta rancia como mejor opción. “Queremos acortar la brecha que Experienci­as.

Qtantas veces sentimos entre las expectativ­as de nuestro destino y su realidad fnal”, razonaba Chesky al término de su intervenci­ón. Para ello, se han aliado con Hearst en una revista bianual de 32 páginas que ofrecerá las mejores novedades al respecto. Si consigue ampliar la metamorfos­is a los billetes de avión y alquileres de coche, según sus intencione­s, Airbnb sacudirá el mercado de las agencias de viajes con la misma facilidad con que lo ha hecho con el turismo de la última década. Pero con ello, probableme­nte, aumentarán sus problemas.Aunque sus estudios señalan que el impacto económico de su actividad generó 165 millones de euros y 4.000 nuevos puestos de trabajo en una ciudad como Barcelona, quinta en su escalafón de ingresos, su modelo ha acarreado conflictos en varias direccione­s. En noviembre, la alcaldesa Ada Colau anunciaba multas de 600.000 euros a Airbnb y HomeAway –de oferta similar– por “anunciar pisos turísticos ilegales”. Blecharzcy­k replica: “Entiendo que a un inquilino no le apetezca tener cada semana vecinos nuevos, pero hay mucha desinforma­ción. Si haces las cuentas, los números no salen: no somos responsabl­es de la inflación económica ni de la pérdida de fuelle de los hoteles. No hay pruebas que lo sustenten”.Ámsterdam y Londres, por su parte, acaban de cerrar acuerdos con la plataforma para limitar la cantidad de días que un piso puede ser alquilado de forma completa para evitar efectos perversos, como las molestias a los vecinos o la proliferac­ión de alojamient­os ilegales. Un compromiso entre sostenibil­idad social, propietari­os, turistas y residentes. Aunque se puede dormir por 10 euros en una cama hinchable, la alta gama ha sido uno de los principale­s buques de salvación para Airbnb.Tan solo en España, la empresa cuenta con 950 casas de lujo a más de 500 euros diarios disponible­s para su alquiler, de las cuales 176 se encuentran en Ibiza, un centenar entre la Costa Dorada y la del Sol y alrededor de 60 en Barcelona y Mallorca. En Estados Unidos, donde solo el 3% de sus hospedajes pertenecen a esta categoría, se han aliado con los más famosos para ampliar su audiencia. Kim Kardashian se mudó a un apartament­o en NuevaYork en el que costaba 10.000 dólares pernoctar cada noche, Beyoncé hizo lo propio en San Francisco durante su actuación en la Super Bowl y Justin Bieber siguió sus pasos en marzo. Ninguno de ellos pagó por la estancia, claro. “Supongo que lo hacen porque valoran la privacidad y la comodidad, pero además nos ayudan a amplifcar audiencias”, zanja su director técnico. Elizabeth Gilbert no volverá a Luang Prabang porque, asegura, “hay sitios que merecen permanecer intactos en la memoria”. Pero esa felicidad, aunque en principio creíabamos que no se compraba, parece un poco más a nuestro alcance desde ahora. airbnb.com

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 ??  ?? La enoteca Lo Schiacciav­ino, en el barrio florentino de Santa Croce (arriba), el lago del parque nacional de Malibú, en California (arriba, izda.) o la penúltima tienda en Le Marais, en París, son algunos de los rincones a descubrir en las 12 ciudades...
La enoteca Lo Schiacciav­ino, en el barrio florentino de Santa Croce (arriba), el lago del parque nacional de Malibú, en California (arriba, izda.) o la penúltima tienda en Le Marais, en París, son algunos de los rincones a descubrir en las 12 ciudades...
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