Bella Hadid en 24 horas
6.30 H. Me encanta trasnochar desde que era pequeña, por eso levantarme temprano nunca ha sido una opción para mí. Podía pasarme el día entero en la cama. Hasta ahora. Por lo general, siempre tengo que estar a primera hora en algún sitio. En cuanto me despierto, hago unos ligeros estiramientos y después miro la hora en mi teléfono para asegurarme de que no llego tarde, porque aquí el tráfico es una locura. Hace ya dos años que vivo en Nueva York, con mi mejor amiga, Olivia [Perez], y hace nada que nos hemos mudado de apartamento. 7.05 H. Apenas suelo tener más de cinco minutos para arreglarme. A veces, ni me da tiempo a ducharme. Vi en Internet a una chica que no se lavó el pelo en un mes, pero creo que yo no podría llegar a eso... Me visto según tenga el día. Hoy, por ejemplo, llevo un chándal de Givenchy, pero ayer iba más sofisticada. Puedo salir con ropa deportiva o arreglarme de arriba abajo (no me pregunten por qué). Pero, por regla general, me gusta estar cómoda en las sesiones de fotos. Para eso, nada como unas zapatillas Nike Air Force 1; debo de tener como una docena de pares, en todos los colores. Y también me gustan unas buenas botas de piel, ceñidas al tobillo, que pueda ponerme con cualquier cosa. 8 H. Si no tengo que trabajar por la mañana, o me hago unos huevos con salchichas para desayunar o bajo a la tienda que hay al lado de mi casa a por unos bagels. Los tienen de todo tipo, aunque mi favor ito es el más simple, solo de huevo. Una vez intenté ir de saludable y pedí uno sin gluten, pero créanme si les digo que estaba asqueroso. 8.15 H. En el coche, de camino al trabajo, reviso mis correos electrónicos en el móvil. En mi cuenta personal solo recibo unos cinco diarios, con contratos o call sheets [convocatorias de sesiones], pero antes me entraban todos esos spam basura con promociones y ofertas de tiendas que nunca supe cómo habían conseguido mis datos. Mantengo el contacto con mis amigas a través de FaceTime mientras me maquillan o me peinan, que son momentos un poco aburridos, la verdad, o hablamos después de trabajar. Durante las sesiones o los rodajes de una campaña, solo me concentro en lo que tengo que hacer. Jamás me verán enviando mensajes desde un set. 13 H. Mi nivel de azúcar en sangre es muy bajo, lo que me obliga a comer a menudo. Suelo hacer una pausa sobre la una para almorzar, salmón o pollo con verduras. Si no, pasta. Intento tomar proteínas, pero no comer demasiado, porque, de lo contrario, me canso mucho [en 2012 se le diagnosticó la enfermedad de Lyme, una infección bacteriana, en su caso crónica, que afecta a varios órganos]. Necesito saciarme con cosas que me hagan sentir bien. En las sesiones, pido muchos zumos de verduras y los bebo constantemente. Hasta guardo chupitos de jengibre en una mininevera, por si me siento baja de energía. También tomo mucho café, al menos tres expresos
antes del mediodía. 15 H. Si por un milagro tengo la tarde libre en Nueva York, me encanta pintar vasijas de cerámica. Voy a Color Me Mine [estudio con franquicias por todo Estados Unidos que ofrece talleres y actividades de artesanía] más de lo que debería. [Mi hermana] Gigi y yo somos asiduas desde crías, es como nuestra segunda casa. Un sábado cualquiera nos decimos: “¿Qué hacemos?”, y siempre acabamos allí. Lo último que hice fue una taza con forma de calavera con dos X en lugar de ojos. Me gusta crear objetos y luego regalárselos a mis amigos, como detalle personal. Pero si estoy en otra ciudad, digamos París, me gusta salir a explorarla. 19 H. Mi familia siempre cena a las seis, así que cuando empecé a vivir sola quise mantener la costumbre. A mis amigas les parece muy raro: “¿Cómo que a las siete? ¡Salgamos a las diez!”, me dicen siempre. ¡Si yo a las diez me voy a dormir! Si ceno sola, nunca es después de las 19.30. Antes cocinaba yo misma, pero ahora pref iero encargar algo al salir del trabajo y así tengo todo listo cuando llego a casa. Siempre llamo al restaurante Westville; su kale salteado es mi plato favorito. 20 H. En caso de salida nocturna, me encanta ir a probar restaurantes nuevos. El que más me gusta ahora mismo es Socialista, un pequeño jazz bar que está sobre el Cipriani. Es muy coqueto. Si ya tengo decidido lo que me voy a poner, no tardo demasiado en vestirme. Soy la más rápida de mi grupo de amigas, así que mientras las espero pongo música y me monto una pequeña fiesta en el apartamento. Adoro a Beyoncé y a Rihanna. Es im-
minutos para vestirse
posible que no te gusten si eres una chica. Son geniales tanto si estás triste como alegre, si deseas embor rachar te o quieres dejar de beber. Maquillarme tampoco me lleva más de 15 minutos. Uso la base Diorskin Forever, que es realmente ligera, y me pongo corrector bajo los ojos y, a veces, incluso por todo el rostro, ya que no resulta nada denso. Se te siguen viendo las pecas, mientras te proporciona un buen fondo. Luego me aplico polvos iluminadores, también de de Dior, en las mejillas y, si lo encuentro conveniente, en los párpados, porque aportan mucha luz. Para perfilar empleo Diorblush y me encanta un toque extra de brillo dorado en los ojos para contrastar con el rímel. 22 H. Lástima que ya no pueda trasnochar como antes, sobre todo ahora que trabajo todos los días y tengo que madrugar. Pero se me da muy bien quedarme hasta tarde en casa, haciendo absolutamente nada. Me encantan los hoteles, pero paso tanto tiempo en ellos que cuando vuelvo a Nueva York estoy deseando terminar la jornada, llegar a mi piso y meterme en mi cama a ver la televisión. No hay nada mejor en el mundo. Soy adicta a Netf lix y fan de la serie de dibujos animados Padre de familia. También me he enganchado a Black Mirror. Antes de irme a dormir, me doy un baño de vapor (tener esa opción en la ducha me parece una genialidad) y me pongo una mascarilla facial. Por suerte, caigo dormida al instante, tanto en mi cama como si estoy en un avión. Ya pueden ponerme de pie, que no me despertaré.
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