Oriente Medio perfuma Occidente
La opulenta cultura sensorial de la región del Golfo Pérsico marca el tono de las fragancias más sofsticadas y poderosas del actual planeta olfativo. Un flón que ya explotan las casas de lujo occidentales.
Sándalo, oud, incienso, mirra, ámbar, azafrán, almizcle... ¿Por qué ingredientes que llevan utilizándose en el mundo de la perfumería desde tiempos inmemoriales son el nuevo objeto de deseo de las grandes casas del lujo de Occidente? ¿Y por qué marcas como Prada o Carolina Herrera han dado el salto, creando aromas exclusivos para el mercado de Oriente Medio? Una vez más, el orientalismo frente al occidentalismo se pone en evidencia. “Los árabes son países donde el perfume tiene un profundo signifcado cultural y religioso, como expresión de tradiciones y creencias muy arraigadas. Es una región de amantes de las fragancias y los consumidores están muy informados sobre las materias primas y sus combinaciones”, comenta Pierre-Constantin Guéros, el nariz que está detrás de Gold Incense, el último lanzamiento de Herrera Confdential, que utiliza el incienso como hilo conductor olfativo. “En Oriente Medio, el consumo de perfumes es elevadísimo y el mercado, en constante crecimiento, es treméndamente dinámico. De ahí el interés y objetivo claro de venta que tienen las marcas internacionales occidentales, que adaptan sus productos al gusto de estos países”, añade Elisabeth Vidal, perfumista de Puig para su división Premium & Prestige. Uno de los ingredientes estrella que, en los últimos años, está acaparando el protagonismo de este fenómeno es el oud, un aceite esencial obtenido del agar, la madera aromática más cara de la que haya noticia y que producen varias especies del género Aquilaria. Para que desprenda su esencia, el árbol debe estar contagiado por un hongo particular que produce una resina de olor muy especial que recuerda al sándalo. Por eso, no es de extrañar que hoy se les inocule este hongo de manera artifcial. “Las calidades del oud son muy diferentes dependiendo de la edad y el origen del árbol, con un perfl olfativo complejo por sus facetas amaderada, ahumada, terrosa, de cuero y, en muchas ocasiones, incluso animal. El azafrán es otro de los ingredientes más fascinantes, por su aspecto especiado, licoroso, afrutado y metálico, igual que el cipriol, una esencia obtenida a partir del papiro con connotaciones amaderadas muy interesantes”, apunta Vidal. Si partimos de la base de que cada fragancia es un viaje en sí misma, en el caso de la perfumería árabe nos vemos transportados, más que nunca, a universos lejanos, exóticos y desconocidos, por su enorme carga de especias y las notas de madera y ambaradas que las envuelven. “La sobredosis de aromas que cubre todos los aspectos de la vida en Oriente Medio es inolvidable. Tienen ingredientes increíblemente ricos y de alta calidad, que no solo se emplean como perfumes, sino que también son utilizados para ambientar la casa y la ropa”, refiere, por su parte, Carolina Herrera de Báez, directora creativa de The House of Herrera, absolutamente fascinada por esta categoría de perfumes y sus ingredientes milenarios. Otra de las facetas interesantes del ritual aromático (o aromatizante) en Oriente Medio es el concepto del layering –o el arte de perfumarse a capas, utilizando varias fragancias a la vez para crear olores únicos–, que tan dado es a llevar a la práctica y que tiene su origen en las antiguas civilizaciones árabes y persas. No hay que olvidar que, allí, el perfume es parte de la forma en que se expresan los hombres y las mujeres y, aunque no exista un manual de uso concreto, suele funcionar mejor si los aromas más fuertes se rocían en primer lugar. “Me impresiona la capacidad que tienen de combinar distintos olores y conseguir un aroma único, personalizado y atractivo. El hecho de conocer tan bien el perfume en todas sus formas, les permite jugar con distintas combinaciones para crear sus propias fórmulas”, explica Elisabeth Vidal. ¿Algunas de las más veneradas? La colección Les Mirages, de Prada Olfactories, tres nuevas fragancias unisex creadas expresamente para el mercado de Oriente Medio, que representan un punto en un mapa imaginario, o las que conforman la colección Trade Routes de la londinense Penhaligon’s. Para el caso, no solo están hechas para aquel exótico mercado. El secreto de la industria está en conseguir enamorar (y captar) a una cada vez más creciente clientela occidental, ávida de dejar estela.Y mucha.