Harper's Bazaar (Spain)

Celebració­n cosmopolit­a

Nuestra colaborado­ra de estilo Sofía Paramio revela los detalles de su espectacul­ar –y divertida– boda con Nacho Losada en Madrid.

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NOS CASAMOS el 9 de septiembre de 2017 en San Jerónimo el Real, en Madrid, a la una de la tarde. Nacho me pidió que me casara con él poco más de un año antes, en un viaje sorpresa a la playa de Punta Cana donde nos conocimos cuando éramos pequeños, y nos habríamos casado al día siguiente, ambos lo estábamos deseando y la espera se nos hizo eterna. Desde el primer momento, pensamos en nuestra boda como un fiestón, y así fue. La celebració­n empezó un día antes, en El Jardín de La Máquina, en Pozuelo, Madrid. Allí citamos a los invitados en un cóctel al atardecer y fue una gran decisión.Todos empezaron a animarse y pudimos saludarlos detenidame­nte. Además, el jardín no podía estar más bonito repleto de luces. Fue una noche previa mágica. Al día siguiente, hacía un sol espectacul­ar y los nervios de ambos apareciero­n al entrar en la iglesia, a la que yo llegué en el coche de mi padre, decorado con enormes lazos blancos. De mi vestido se encargó Carmen March, y cada vez que lo veo me gusta más. Con él me sentía cómoda y ‘muy yo’; ella y su taller idearon el diseño perfecto. Creo que no podía haber elegido a alguien más profesiona­l, y con tanta elegancia y buen gusto como Carmen. Además, le añadí unos pendientes de diamantes Sur Mesure de Suarez, que diseñé junto a su genial equipo; también, mis anillos de pedida, una esmeralda de la misma firma, y un solitario de Tiffany & Co. y la sortija con la que mi abuelo le pidió matrimonio a mi abuela en los años 60, superespec­ial. Me maquilló José Belmonte, que para mí es el mejor, y me peinaron del equipo de Inés Estébanez, con un moño sencillo de bailarina, que llevo casi a diario.Y para los zapatos, opté por el modelo Sicariata de Manolo Blahnik, que no me quité en todo el día. El ramo, en tonos blancos, era de Floreale, así como las flores de la boda. Nacho se decantó por Anglomania, al igual que mi padre, mi suegro y mi hermano, con un chaqué de tres piezas azul que luego se transformó en traje clásico con americana cruzada, y usó un gemelo de cada uno de sus abuelos para llevar algo de ellos consigo. Sus zapatos eran de Bow-Tie. ➤

De que todo estuviera bajo control se ocuparon, Lara, mi cuñada, y Laura, de Petite Mafalda, expertas wedding planners, que me ayudaron muchísimo, así que todo quedó en familia. Fui escoltada por 11 pajes, aunque en la boda había bastantes más niños, y me hizo especial ilusión ocuparme yo misma de los detalles que tuvieran que ver con ellos, así que diseñé la mesa infantil con productos de Pippa’s Store.Además, contratamo­s a Parties For Kids, una empresa top de cuidadores que les entretuvo con distintas actividade­s. La celebració­n tuvo lugar en la Finca El Monje y fue todo un acierto, la gente todavía nos recuerda lo buena que estaba la comida, y a la mañana siguiente, ya que dormimos allí, nos prepararon un desayuno espectacul­ar a ambas familias. Fue muy divertido recordar el día anterior. De inmortaliz­ar cada momento se encargó Bibiana Fierro, que es recomendab­le al cien por cien.Y como detalles a los invitados, durante el cóctel, con reggae y canciones del brit pop de los años 60 de fondo, My Collect y Petite Mafalda crearon un puesto de pendientes personaliz­ados, que fue todo un éxito.A la hora del baile, las chicas de Iberlucea Caligrafía pintaban alpargatas a mano, mientras otros invitados se tatuaban con calcomanía­s nuestras iniciales; pusimos una cabina de fotos de Flash Flash Box en la que constantem­ente había cola, y el equipo de Oui Novias retocaba el maquillaje a las invitadas. A la comida, entramos con Bitter Sweet Symphony, de The Verve, y de las minutas se encargó Eugeniota Collection. Le pedí que distintas ilustracio­nes contaran nuestra historia en ellas. De postre, quisimos partir la tarta como antiguamen­te.Así que mi amigo Pablo Moreno, de Pastelería Mallorca, nos hizo una tarta riquísima de frutos rojos y un metro de diámetro.Tras cortarla, todos brindamos con chupitos de tequila y fue un momentazo.Después,abrimos el baile con DoYou Love Me?, de The Contours, y a pesar de ensayar el día antes, salió bien y disfrutamo­s mucho.A continuaci­ón, el grupo Los Limones hizo que todos saltaran a la pista, y tras ellos llegó el gran Mickey Pavón, con el que bailamos hasta las cuatro de la mañana.Yo no me bajé del escenario en toda la noche. Fue la mejor fiesta de nuestra vida, divertida a más no poder y en la mejor compañía. Jamás imaginamos que se pudiera llegar a sentir tanta felicidad, y solo tenemos palabras de agradecimi­ento.

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Sobre estas líneas, Nacho y yo al salir de la iglesia. A la dcha., el segundo vestido que llevé con gran lazada de tafetán.
 ??  ?? Alrededor de estas líneas, mi padre y yo bailando, la tarta nupcial y distintos detalles para los invitados.
Alrededor de estas líneas, mi padre y yo bailando, la tarta nupcial y distintos detalles para los invitados.

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