Harper's Bazaar (Spain)

Una historia canaria

Viajamos a las islas volcánicas para conocer los detalles de la boda de nuestra estilista sénior María Vernetta con el francés Pierre Lemaire. Una ceremonia con mucho sabor isleño y algún toque galo que refleja la mezcla de estas dos culturas.

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LO MÍO CON PIERRE fue un flechazo. Nada más conocerlo tuve clarísimo que era el hombre de mi vida y él supongo que también porque, al año y medio de aquel primer encuentro, me sorprendió pidiéndome matrimonio en Bahía Feliz, mi sitio favorito del mundo. Como buena canariona que soy, la boda tenía que celebrarse en Gran Canaria y que así todo tuviera sabor isleño. Como muchos de los invitados venían de fuera queríamos un fin de semana lleno de fiesta. El día anterior a la ceremonia organizamo­s un aperitivo en la terraza de Casa Fataga, en el parque Santa Catalina. Casualment­e esa noche había un festival de moda drag y desde la terraza teníamos unas vistas privilegia­das del desfile. Todos los asistentes estaban cautivados por el espectácul­o y ese espíritu tan carnavales­co. Definitiva­mente no podíamos haber elegido un escenario mejor. Nos casamos el 30 de septiembre a las cinco y media de la tarde en la Iglesia Matriz de Santiago de los Caballeros, en Gáldar.A la belleza de su casco histórico se suma que este es el pueblo de donde proceden mis ascendient­es paternos y me hacía especial ilusión rendir tributo a mis raíces galdenses. Para seguir haciendo guiños familiares, me gustaba la idea de celebrar la boda rodeada de ➤

plátanos (mi abuelo paterno se dedicaba a su exportació­n), y por ello elegimos La Hacienda del Buen Suceso, una antigua finca agrícola convertida en hotel y rodeada por un infinito mar de plataneras. Además, una de mis mejores amigas, Laura Henríquez, es la coordinado­ra de eventos del lugar y no me lo pudo poner más fácil. Mi vestido siempre lo tuve superclaro: Cristóbal Balenciaga es mi diseñador favorito y quería algo inspirado en él. Considero que hoy en día la verdadera transgresi­ón en las bodas es el clasicismo y creo que conseguí sorprender a mis invitados con este traje de estética años cincuenta. La creadora, Sole Alonso, supo entender lo que quería desde la primera visita al taller y realizó un vestido maravillos­o de falla de seda con una falda tulipán ligerament­e más corta por delante y con una cola tipo polisón. En cuanto al tocado, Mariana Barturen fue la encargada de montar mi velo de tul sobre una horma en forma de ‘S’, una verdadera obra de ingeniería (y de arte).A todo esto hay que sumarle unos pendientes de mi abuela, mi anillo de pedida, comprado en Barcena, y unos stilettos de ante beis de Manolo Blahnik. El maquillaje y el peinado corrieron a cargo de Carmen de Juan que, además de amiga, es una gran profesiona­l con la que llevo años trabajando, y me apetecía ponerme en sus manos en un día tan señalado. Pierre llevó un chaqué de Boutique Puga, una corbata, unos gemelos y unos zapatos, todo de Hermès y un pañuelo de seda de El Paso de La Palma, que pertenecía a mi abuelo materno. Para mí era muy importante que la decoración floral fuera en consonanci­a con la vegetación que rodeaba la finca y, sobre todo, que no le robara protagonis­mo. Gloria Benavente, de la floristerí­a Hesperia, jugó con todo tipo de hojas y plantas para dar ese aire vegetal que buscaba. Como me gusta mucho dibujar me encargué de realizar la portada del misal así como del plan de mesas, los meseros y las minutas, todos estos con frutas tropicales como hilo conductor. Para la caligrafía deposité mi confianza en Rocío de El Tintero, y de las fotos y el vídeo se encargaron Pablo Mirabelli y Sonorité. La clásica tarta francesa pièce montée, de L’Artisan, puso la guinda a una cena servida por el chef José Rojano, de El Jardín de la Marquesa de Arucas. La piscina de la finca dio mucho juego al final de la noche y varios de los invitados, incluida yo, acabamos tirándonos al agua. En definitiva, no puedo decir más que fue un día espectacul­ar que pasamos en compañía de nuestra gente y que lo dimos todo.Ahora sí que sí puedo decir que Pierre es mi ‘esposo hermoso’.

«Entramos en el salón de la cena con ‘Give me everything’ de Pitbull, para ir calentando motores. La luz y el sonido corrieron a cargo de Grupo Ruido y la música, del ‘ dj’ Roberto, que nunca falla»

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 ??  ?? Arriba, la finca La Hacienda del Buen Suceso. A la dcha., entrando en la iglesia con mi padre, y con Pierre a la salida en la Plaza de Santiago. Abajo, ultimando los retoques del maquillaje y una imagen del altar de la iglesia.
Arriba, la finca La Hacienda del Buen Suceso. A la dcha., entrando en la iglesia con mi padre, y con Pierre a la salida en la Plaza de Santiago. Abajo, ultimando los retoques del maquillaje y una imagen del altar de la iglesia.
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 ??  ?? Arriba, el cóctel, que se ofreció al atardecer en el jardín de la finca. Abajo, los meseros que dibujé con frutas tropicales.
Arriba, el cóctel, que se ofreció al atardecer en el jardín de la finca. Abajo, los meseros que dibujé con frutas tropicales.
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Arriba, el plan de mesas con caligrafía de El Tintero. Abajo, misal en francés dibujado por mí.

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