Lucia Pica viaja a Nápoles
Nos adentramos en uno de los lugares más fascinantes del Mediterráneo para conocer, de la mano de LUCIA PICA, los secretos que encierra la nueva colección de maquillaje de primavera que ha creado para Chanel. Un fel refejo de su ciudad natal.
ENápoles no existen las medias tintas. Tampoco hay espacio para el ‘sí, pero no’. La amas y vuelves a ella ir remediablemente o, por alguna razón inexplicable, simplemente la apartas de tu particular lista de hot spots. Porque una ciudad tan majestuosa, con tanto pasado –griegos, romanos o bizantinos son algunas de las antiguas civilizaciones que han dejado huella en cada uno de sus rincones– y con una personalidad tan marcada es difícil de encontrar. Amén de la riqueza arquitectónica, artística, cultural o gastronómica que posee… Pero al margen de su legado histórico, la capital de la región de Campania también es caos, bullicio, ajetreo y anarquía. Por algo es la ciudad más poblada del sur de Italia, con más de 6 millones de habitantes.Y un particular crisol de infuencias hasta el que hemos querido acompañar a la gurú del maquillaje Lucia Pica (Nápoles, 1976), para desgranar los recovecos que encierra su nueva colección de primavera/ verano donde el color y la audacia se impregnan del espíritu inesperado de esta ciudad. Porque desde la elección de los pigmentos, hasta las texturas y acabados de cada uno de los productos que la componen, todo respira esa auténtica esencia napolitana que solo los nativos como Lucia Pica saben capturar. ³
Una perfecta mezcla entre pasado y presente que ofrece un juego de contrastes de lo más inspirador. Así es el Nápoles más enigmático y evocador «Tenía claro que quería volver a Nápoles, la ciudad donde crecí», cuenta Pica, que lleva casi 20 años viviendo en Londres. «La colección se llama Neapolis, que era el nombre que recibía en el sigloVI a. C., porque al crearla realmente retrocedí mucho en el tiempo», prosigue la directora creativa global de maquillaje y color de Chanel. Verdes, amarillos, rojos, azules, dorados o negros se complementan entre sí en una paleta de colores que te atrapa nada más verla. Como la ciudad. «Todos los elementos de Nápoles se encuentran aquí. Cuando vas a Pompeya y ves los colores tan vibrantes de los frescos después de 2.000 años de estar con nosotros, con esa pátina del tiempo, es fascinante. Porque los colores son vibrantes, pero a la vez tenues», explica.Y precisamente fue en la antigua ciudad romana que la lava del Vesubio sepultó en el año 79, donde encontró la inspiración para idear el que va camino de convertirse en la estrella de esta colección: Poudre à Lèvres, una nueva forma de maquillarse los labios y lograr el ansiado ‘efecto mordido’, inspirado en las tradicionales técnicas de la témpera utilizadas para crear los antiguos frescos. «No sé explicar por qué ciertas cosas de Nápoles me atraen», comentaba Lucia Pica a Caroline de Maigret en un reciente encuentro en París. Pero lo que sí sabemos es que recorrer la ciudad que marcó su infancia con un puñado de sus recomendaciones nos hará más feliz (si esto es posible) la escapada. Desde una comida en la Trattoria da Cicciotto (trattoriadacicciotto.it), su restaurante favorito donde degustar las mejores recetas de pescado mirando al mar, hasta una auténtica pizza napolitana en Da Oliva Concettina ai Tre Santi (pizzeriaoliva.it), una dirección informal en pleno distrito de Sanità, o en L’Antica Pizzeria da Michele (damichele.net), pasando por una merienda o un cóctel en el Gran Caffè Gambrinus (grancaffegambrinus.com), un cafetín literario de fnales del siglo XIX al lado de la Plaza del Plebiscito, son algunos de los planes a apuntar en tu lista. Perderse por sus estrechas calles y recodos es también una delicia. La Iglesia del Gesù Nuovo –máxima expresión del Barroco–, la Basílica y el Convento de Santa Chiara, cerca de la muralla occidental de la ciudad, el Duomo o Catedral de San Gennaro y el Museo de la Capilla de Sansevero –un gran exponente del arte sacro– son solo algunas de las joyas arquitectónicas donde a Lucia Pica le gusta recalar.Y entre tantos vestigios de las diferentes culturas que se han ido dando a lo largo de los años en Nápoles, parece que un color inunda y defne como ninguno este lugar. «El color amarillo es un color que está muy presente en la ciudad pero me preguntaba cómo trasladarlo al maquillaje. Porque sí, me encanta diseñar colecciones de maquillaje, pero por encima de todo tienen que poder ser llevadas por mujeres. Por eso fue tan importante para mí dar con el tono adecuado», añade Lucia. «Yo, defnitivamente, llevaré las uñas amarillas en verano», confesa Pica antes de despedirse, con ese optimismo que la caracteriza.Tan auténticamente magnético. Como Nápoles.